Las altas columnas de humo, producto de los cuantiosos focos de incendios en las islas de Victoria (Entre Ríos), preocupan a los vecinos de Rosario que, cuando el viento sopla en sentido a la Ciudad Cuna de la Bandera, reciben el molesto humo.
Lo advirtió el neumonólogo Fernando Meneghetti en una entrevista con El Litoral. La quema de pastizales y de basura, sumado a la polución generada a diario por el tránsito, aparejan enfermedades que pueden volverse crónicas, sobre todo para los más niños.
Las altas columnas de humo, producto de los cuantiosos focos de incendios en las islas de Victoria (Entre Ríos), preocupan a los vecinos de Rosario que, cuando el viento sopla en sentido a la Ciudad Cuna de la Bandera, reciben el molesto humo.
Si bien los incendios tomaron estado público hace unas semanas y tuvieron repercusión nacional, esta imprudencia se observa casi a diario a la vera de la ruta n° 168. Lo mismo sucede con la quema en microbasurales y basurales que se gestan en áreas urbanas; y la polución del aire en general, consecuencias de los gases tóxicos del tránsito.
Más allá del daño ambiental y del hábitat y de la flora y fauna autóctona, ¿cuáles son los daños para la salud humana?
Fernando Meneghetti, neumonólogo pediatra y jefe de Unidad de Medicina Respiratoria del hospital de Niños “Dr. Orlando Alassia”, comentó las complicaciones que puede aparejar la inhalación del humo. “La contaminación del aire es un determinante de la calidad de vida de niños, ancianos y pacientes con enfermedades respiratorias y cardiovasculares”, advirtió Meneghetti en una entrevista con El Litoral.
“Como profesionales de la salud y como sociedad debemos asegurar una mayor calidad de vida a todos nuestros conciudadanos, especialmente la de los niños y niñas, más sensibles a los contaminantes ambientales. Debemos tener presencia ante las autoridades locales que deban implementar medidas adecuadas para que se cumplan los criterios de calidad del aire”, sostuvo el neumonólogo y destacó que “la contaminación afecta a toda edad pero fundamentalmente en la niñez, donde se desarrollan los más rápidos y fundamentales procesos del sistema respiratorio”.
—¿Qué relación tiene el Covid-19 con la contaminación del aire?
—Es importante destacar que los virus respiratorios permanecen más tiempo en el aire contaminado con humo. Está claramente documentado en el caso del SARS CoV2 responsable de la actual pandemia de Covid-19.
Tener en cuenta que al humo producido por los incendios de territorios se suman los de microbasurales que contienen residuos químicos muy peligrosos como baterías, pilas, pinturas, venenos, etc. Además hay que considerar que en esta época del año y en el contexto de la pandemia, la calidad del aire interior tiene como principal enemigo el humo de tabaco, cannabis, cigarrillos electrónicos con aceites volátiles, inciensos, además de la humedad y mohos, todos ellos solos o en combinación con compuestos orgánicos volátiles de diversos productos de limpieza, ambientadores, desinfectantes aromáticos, a los que debe sumarse, en muchísimos casos, la falta de adecuada ventilación y filtrado del aire.
—¿Qué problemas de salud puede ocasionar inhalar humo de quema de pastizales y basura?
—Estudios del British Royal College of Physicians han revisado los efectos a largo plazo de la contaminación ambiental sobre la salud a lo largo de la vida, con especial atención a los primeros años de vida, y la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha publicado una revisión detallada de los efectos sobre la salud. Existen pruebas de que la exposición de las mujeres embarazadas a la polución ambiental puede asociarse con un aumento del riesgo de asma infantil y con función pulmonar reducida en el recién nacido, lo que aumenta primero el riesgo de síntomas respiratorios y se asocia más adelante con el asma. La sensibilización temprana a macropartículas en el aire y en interacción con infecciones virales favorece el desarrollo de asma.
También, la mala nutrición y la exposición ambiental nociva en etapas tempranas de la vida (concepción, y/o vida fetal, lactancia y primera infancia), inducen cambios en el desarrollo que tienen impacto a largo plazo y que, originan enfermedades crónicas no transmisibles: cardio y cerebro vasculares, cáncer, trastornos metabólicos y enfermedades respiratorias crónicas.
—¿Cuáles son los gases que más afectan al sistema respiratorio?
—Los contaminantes ambientales son los gases tóxicos del tráfico, como óxido de nitrógeno (NOx), ozono, dióxido de azufre y otros, que están directamente relacionados al aumento de las tasas de asma infantil. El material particulado (MP) es un contaminante atmosférico fundamental de la combustión de material orgánico y que son partículas líquidas o sólidas que se encuentran en suspensión.
Hay mezcla de partículas sólidas y líquidas suspendidas en el aire que varían continuamente en tamaño y composición química en espacio y tiempo. Las partículas gruesas, resultante de obras de construcción, polvo de los caminos y el viento; las partículas finas producto de procesos de combustión, están relacionadas con enfermedades agudas o crónicas, incluso con la muerte. Estas partículas pueden permanecer en el aire por días o semanas y desplazarse hasta 1000 km del origen primario, un ejemplo claro fueron los incendios forestales en el Amazonas.
El neumonólogo pediatra hizo hincapié en una serie de situaciones a tener en cuenta para preservar la salud de los más chicos frente a contaminaciones del ambiente.
“En la niñez hay que considerar que tienen vías de exposición propias de la primeras etapas, como la trasplacentaria o leche materna; pasan más tiempo al aire libre o expuestos por las actividades laborables de sus progenitores; respiran más cerca del suelo, exponiéndose a concentraciones mayores de los contaminantes; poseen vías respiratorias más pequeñas y de menor calibre que los adultos; mayor tasa de respiración bucal (aumenta 20% durante el ejercicio); filtración ineficaz de partículas por vía nasal y menor eficiencia de clarificación de sus vías aéreas; sistemas corporales antioxidantes de desintoxicación e inmunológicos inmaduros; sistema respiratorio en permanente desarrollo y crecimiento, son períodos específicos durante el cual exposiciones tóxicas pueden interrumpir el desarrollo normal”, enumeró Fernando Meneghetti.
—¿Cómo se manifiestan estas complicaciones? y ¿qué tratamiento recomienda?
—El impacto de todo ello va desde manifestaciones levemente sintomáticas como molestias o irritación nasal, ocular o de la garganta hasta enfermedades que cursan con tos, dificultad para respirar, distintos grados de obstrucción bronquial con aparición de chillidos (sibilancias) que en algunos casos restringen la actividad física o provocan ausentismo escolar. Muchas de estas manifestaciones son causales de consultas en urgencias, hospitalizaciones, cambios transitorios o permanentes de la función pulmonar con consecuencias futuras graves.
El tratamiento es individual y personalizado, en la niñez se debe tener en cuenta que los tratamientos médicos deben permitir que lleven una adecuada calidad de vida y supervisar estrictamente la relación beneficio/riesgo de cualquier medicación.
Cuentas pendientes
Siempre hay cuestiones postergadas y que solucionarían, o bien clarificarían conceptos respecto del impacto de la contaminación del ambiente en los seres humanos.
Sobre esto, el neumonólogo Fernando Meneghetti expuso que “deben existir políticas destinadas a la disminución de la contaminación del aire. Además se debe profundizar la investigación en la identificación y/o cuantificación de los compuestos orgánicos e inorgánicos presentes en las partículas del aire ambiente, así mismo profundizar la investigación en los orígenes fetales de la enfermedad respiratoria crónica (asma y EPOC)”, y concluyó: “Debemos abogar por una atmósfera intra y extradomiciliaria más limpia, protegiendo fundamentalmente a embarazadas y niños”.