Un sol intenso y veraniego alumbró el arranque del Harlem Festival en la ciudad de Santa Fe, que en su quinta edición ya es una cita anual indiscutida en la Región Centro del país, como siempre en la Estación Belgrano.
El encuentro que se expande de Santa Fe Capital a la región ofreció propuestas diversas pero memorables: Miranda! trajo una precisa puesta escénica, Airbag se la jugó por el rock clásico y la Ripgang (liderada por Dillom) invitó a compartir una peña urbana entre amigos. Koino Yokan, Un Verano, Malena Villa, Santi Celli y León Cordero también fueron de la partida.
Un sol intenso y veraniego alumbró el arranque del Harlem Festival en la ciudad de Santa Fe, que en su quinta edición ya es una cita anual indiscutida en la Región Centro del país, como siempre en la Estación Belgrano.
Hablando de federalismo, los encargados de recibir al público primerizo fueron los locales de Malta Caramelo, que con su propuesta indie rocker sumaron tropa propia en el Escenario Alternativo (con Lula Martínez, cantante de Cada Cual, en teclados y coros); y el santiagueño León Cordero (Lautaro León Cordero Silva, no es un chiste de doble personalidad) en el Aerolíneas Argentinas (dentro de la nave de la Estación). A meses de presentarse en el Lollapalooza, ya es una de las ferias emergentes de los géneros urbanos: lo suyo combina R&B, trap y algo de reggaetón, pero su fuerte son los slow tempo soft, con letras románticas y poco AutoTune en su voz tendiente al falsete. Acompañado por un DJ, presentó temas conocidos como “24/7”, y adelantos de su tercer álbum.
Santi Celli ya había avisado que su único show restante del año, antes de salir a presentar su flamante álbum “3D” el año que viene, sería en el Harlem. Y cumplió: vestido en colores claros, en composé con el trío acompañante (El Cofla en guitarra, Bart Salaverry en teclados y Manuel “Manusa” Figuerero en batería), arrancó con “Ella se burló de mí”, “Me da igual”, y el manifiesto “Sincero”.
De la mano de Bart interpretó la “chacarera sinte” “Mi costado fallado”, antes de “Por amor al arte” (la canción más Salvapantallas de su etapa solista, que pide una versión con Zoe Gotusso) y “Ya ni mis amigos me contestan”. También presentó “Incomprendida”, canción que grabó con Chano, sobre el desarraigo a un clic de distancia; y la bailable “Ya fue” (grabada junto a El Zar).
Malena Villa salió al frente de su quinteto para mostrar su propuesta de power pop melódico, secundada por un sexteto intenso (cuarteto más vientos). En campera ancha y pantalón de jean, lució como una cowgirl de ciudad. Interpretó “Velocidad” e invitó a Axel Fiks (que toca en el día2) para un baile sensual y cantar “¿Hoy qué hacés?”.
Bajó un cambio para “Pedazo de cielo”, luciendo su voz en plan balada, delante de las destacadas visuales animadas en las pantallas. Siguió el clima en “Salvaje”, en tiempo de bolero. Sin campera y recorriendo el escenario, cerró con “Cero” y “Lindos problemas”, en plan danzante.
El de Un Verano fue su tercer show como banda, pero uno más de este team que une al cantante Flexo y varios integrantes de la banda de Chano, encabezados por el guitarrista Renzo Luca. Una voz en off en la inteligencia artificial se encargó de presentarlos, mientras las pantallas mostraban letras no conocidas para el público.
Invitaron a los Koino Yokan (Toto Otero y Jeremías Oro, que tocaban a continuación) para “A rodar la vida” de Fito Páez. Y subió Malena Villa para “Tal vez”, segundo single del grupo en el que colaboró.
Flexo se colgó la acústica para “Dos veces”, cantada en armonía con Renzo y el también guitarrista La Duke. Hicieron el segundo cover del set (“Loco un poco”, de Turf) y cerraron con “Tímida”, su sencillo debut, y la inédita “De abajo para arriba”.
Los Koino Yokan ganaron el escenario cubierto ya para un público nutrido, que vivó todas sus canciones. Un trío de teclados, bajo y batería acompañó al dúo protagónico, entre el carisma de Toto y la presencia de violero melodista de Jere (siempre parados juntos).
Así pasaron por temas como “Nada más que vos” y el flamante “La coincidencia”, con Toto en guitarra. Se quedaron solos para tocar a guitarra y voz (“así empezamos”, recordaron) “Todo el día así”; la banda volvió en “Para crecer”, una de las gancheras, junto a “Aunque sólo sea una”.
Jere propuso un solo expresivo, con melodía y acordes, con algún momento de virtuosismo, antes de la festejada “Me siento en primavera”. El clímax final fue en “Lo que hoy quieras” (muy coreada), “Me diste la espalda” y “Cada letra que escribo”.
En el ocaso (y refrescada), la Ripgang con Dillom a la cabeza salió a mostrar que podían divertirse como barra y dar un gran show. De la mano de DJ Piper, fueron rotando y acompañándose en los micrófonos, repasando éxitos de cada uno y compartidos. Abrió Saramalacara (toda de blanco: micromini, crop top y camperita del mismo largo), con su look de personaje dibujado por Masakazu Katsura, justamente con “Waifu_153BPM2B”. Convidó a Odd Mami (corsé y bermudas de jean) en “Ya no”, quien siguió sola con “Salem”.
Dillom (campera rapera negra) salió a “pelar” “Minimi”, y mostró quién mandaba en la parada. Encaró “Ovario junto a Ill Quentin y “Coach” con Muerejoven. Este último tomó la posta en “Doble”, y se la pasó a Broker Carrey para que haga “Carrito”. Ahí salió K4 (de blanco y con polera, como un gurú futurista) para “Plancha caliente”. Volvió Ill Quentin para la intensa “No twin”, y Muerejoven compartió “Fomo” con Sara. Después se quedaron junto al DJ, fumando y tomando unos drinks, mientras Muere abordó “GOD”; ahí él se les sumó y ya faltaba que hagan la pila de camperas del boliche.
Al frente, K4 hacía “Hisopos y disfraz”, una fusión de grunge y breakbeat, sumando aprendizajes de décadas pasadas. Broke volvió para traer “Me odio”, con sabor latino, y un recitado grabado por Daniel Melingo. Odd Mami mostró nuevamente con “Ultra” que es la rockera de la barra, antes de que Dillom ya sin la campera haga explotar “Opa” y sume a Broke en “Orgániko”.
Siguieron sumando fusiones estilísticas: mientras la Malacara se volvió dance en “Darksouls”, el Carrey se metió en “X las dudas”, con un bombo de malambo devenido en tribal, con toda la Ripgang atrás. K4 y Quentin se metieron en líos con “¿Hace cuánto no tengo hambre?”; Sara Azul Froján levantó su apuesta con “Guchi Polo”, y la Mami metió hit con “Nollie”.
Tenía que cerrar Dylan León Masa, el Eminem de Balvanera, que compartió con K4 una versión muy nirvanera de “Latas”, que los dejó extenuados. Luego convocó a Nicolás Exequiel de Lorenzo (aka Muerejoven) para “A$ap”, y terminar con un pedacito de “1312”.
Mientras en el Escenario Alternativo estaban los raperos rosarinos de Caliope Family, el Aerolíneas Argentinas despuntó C.R.O (Tomás Manuel Campos), en camperita con capucha, remera ilustrada con los huesos torácicos y pantalón con el logo de Pantera, apoyado por un DJ muy insistente en meter balas entre las canciones espesas, de esas que meten una nota sublow en el bombo.
Pasaron “Money”, “Lamb” y, tras un parate (“¿Andan robando? Venía a robarnos a nosotros”), la “Bzrp Music Sessions, Vol. 29” y “Basura” (hecha junto a Duki). También “Sin preguntar” (con su dembow centroamericano) y “7 Pakas”, entre convites a compañeros (como Lil Troca).
El tramo final fue con un murciélago inflable enorme, mientras otros murciélagos en llamas volaban en la pantalla: así abordó “Hijo de la noche” (con Duki e Ysy A grabados) y “Wow”, creada junto a Lucho SSJ y Neo Pistea, en un tramo final de transición a lo que venía.
Porque a esa altura arrancó el tramo final de la noche: para felicidad de los fans de las válvulas y todo lo analógico, Airbag salió a la noche fresquita a reivindicar la escuela hard rock de los 70 y el vivir el instante musical (zapadas mediante), propio de los hermanos Sardelli.
“Intoxicarme” tuvo a Guido en la voz y a Pato comenzando a desplegar líneas de guitarra, algo que siguió en la intro de “Perdido”. Junto a ellos Salió Gastón, el mayor de la familia; el sancristobalense José Berrone en los teclados, Sebastián Roascio Goldar en la batería; y la A metalizada como telón digital del Jinetes Cromados Tour.
Justamente “Vivamos el momento” fue lo que cantó Guido, saltando entre tarimas de chapa sólida y desplegada, y las primeras llamaradas. Patricio tomó la acústica, pasó por Here comes the sun” (The Beatles) y zapó un poco antes “Va a ser difícil olvidar”. De vuelta en su Les Paul de trastes escalopados, fue para “Pensamientos” (“sexo y amargura / en esta locura”: hay que animarse a meter una rima así); pasaron por una versión instrumental de “Scar Tissue” (Red Hot Chilli Peppers), que desde el solo a lo Mark Knopfler mutó a “Cae el sol”. Pato resolvió un viejo dilema: es Axl Rose y Slash, Steven Tyler y Joe Perry al mismo tiempo, cuando quiere; aunque comparta protagonismo con su hermano menor.
Hubo un “Olé olé” del público, un indicador de target en cuanto a edad (cronológica o autopercibida). Ahí dispararon “Noches de insomnio”, entre fuego y humo. El solo de guitarra, mientras tiraban pelotas gigantes con calaveras estampadas, dio lugar a la introducción ZZ Top style de “Colombiana”. Gastón encaró un intercambio a lo Freddie Mercury (“Eero”), pero lo terminó en un agudo a lo Bruce Dickinson, inimitable.
Ahí se infló un Frankenstein gigante, ellos se calzaron máscaras de calavera, mientras José les marcaba un ritmo insistente desde el shaker: fue la previa de “Huracán”, con su sabor a AC/DC. Cambió el registro cuando Guido pasó al piano de cola, en la power ballad “Diez días después”, con solo de Pato en la SG doble mástil, rockeando de nuevo en “Tu locura”.
Ahí Pato ganó el piano, zapando un enganchado de Leo Mattioli (“Estoy tomando sin control”, “Después de ti” y “Conmigo te gustó”) antes de “Por mil noches”: en la misma canción se trenzó el pelo, corrió el ancho de escenario como Axl en los 90 y terminó tocando la armónica.
“No nos vamos nada / que nos echen a patadas” fue otro detalle desde el público. Con otra remera y campera de jean, el Sardelli del medio lideró la intro del Himno Nacional Argentino, con Guido en la batería como en los comienzos, para pasar por “Chala Head Chala” (opening de “Dragon Ball Z”) y caer al hit “La partida de la gitana (Si te vas)”. El final fue con “Solo aquí”, entre papelitos, y el saludo final como siempre, con una versión instrumental de “Por una cabeza” de fondo.
El momento cumbre, ante los andenes repletos, fue para Miranda!, la propuesta de Ale Sergi y Juliana Gattas (siempre explotada de energía, histrionismo y alegría), secundados por Gabi Lucena en guitarras y bajos, y Ludo Morell en batería (el resto va en pista). Llegaron con su propuesta “Hotel Miranda”, en el que revisitan sus éxitos en nuevas versiones con invitados (en gira, grabados y sincronizados en las pantallas).
La dupla salió con sobretodos cruzados a lo “Cerati sinfónico”, con sendos percheros para el cambio de prendas sobre la base de remera y pantalón/falda de símil cuero. Así recorrieron “Por amar al amor” y “Hola”, con imágenes de Windows vintage de fondo. “¡Buenas noches, Santa Fe! ¡Bienvenidos al Hotel Miranda!, disparó Ale, en una de las pocas alocuciones cortando lo que constituye una ajustada pieza teatral de masas.
Transitaron “743” y “Dice lo que siente”; se pasaron a casacas de lúrex violeta, con las bailarinas (una botones, la lead dancer, y cuatro mucamas) hacían la colada y Cristian Castro se sumaba desde un lavarropas virtual para “Prisionero”; “Lo que siento por ti” también tuvo su coreografía, y “Puro talento” fluyó muy electro. En “Navidad” se pasaron a sacos que remedaban arbolitos (con Goyo Degano de Bandalos Chinos grabado, y las bailarinas como muñecas con gorrito de Santa Claus
Andrés Calamaro en blanco y negro abrió “Tu misterioso alguien”, en el que la prima ballerina lució una máscara de cisne, con sus compañeras danzando con antifaces y abanicos plumosos. Ale y Juli se calzaron unas batas (brillosas, por supuesto) para “Nadie como tú”.
“Uno los dos” la tuvo a Emilia Mernes enlatada, como una muñequita; movimiento que fue retomado por una de las bailarinas. Encararon la versión 2023 de “Perfecta”, con la colaboración de FMK y María Becerra, y un pase de comedia de las empleadas del hotel borrachas. Gattas se puso un sombrero de velador para “Extraño”, y se cambiaron a sacos de plumas en “Dos” (ahí Dillom salió grabado, aunque estaba a metros de allí).
Con “Enamorada”, con la voz en off de Francisca Valenzuela, comenzó la levantada climática final. “Mentía” tuvo a Chano en la pantalla, y una estética ochentosa: camperitas rompevientos, las chicas en ropa aeróbica y polainas como Jane Fonda, y lomos de VHS viejos de fondo. Engancharon con “Ritmo & decepción y “Es por él”; luego vistieron tapados peludos para “Traición”, compartida virtualmente con Emmanuel Horvilleur y Juan Ingaramo.
Una coreografía con plumeros matizó “Fantasmas”, y la voz de Sofía Reyes acompañó una nueva subida en el agite popular, en “Ya lo sabía” Tapados de flecos fueron la pilcha para “Yo te diré” y el feat de Lali. El quinteto danzante con veladores en las cabezas fue el look de “Me gustas tanto”, antes de la apoteosis con “Don”: Ca7riel proyectado, última córeo y todos saltando (público, cantantes y ballet) bajo la lluvia de papelitos.
Antes de la Bresh, se sumó un mini set de Ponte Perro, el artista venido desde Ituzaingó para mostrar su mezcla de “Flow BR favelero” y RKT del Conurbano. Esta vez la fiesta itinerante quedó al aire libre: había que bailar para entrar en calor.
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