Paul McCartney: la banda sonora de los últimos 60 años
El ex Beatle, vigoroso y vigente a los 82 años, volvió para reencontrarse con su público argentino, que suma a varias generaciones. Repasó clásicos desde los comienzos en Liverpool a su etapa solista, pasando por Wings. Hoy domingo repite en el Más Monumental, y el 23 tendrá un concierto en Córdoba.
Paul McCartney: la banda sonora de los últimos 60 años
A los 82 años, Sir James Paul McCartney es una de las leyendas vivientes de su generación. Vigente durante seis décadas, al igual que los Rolling Stones puede decir que publicó su primer single en vinilo de 45 revoluciones y el último en streaming con videoclip. Es hoy un anciano de rasgos aniñados y espíritu juvenil; justo él, que en los años mozos tuvo que (y quiso) ser adulto y ponerse Los Beatles al hombro (más de los que los otros querían, pero esa es otra historia).
Con esa estampa volvió al estadio Más Monumental (River Plate) en el marco de la gira Got Back, que sigue hoy domingo 6 en el mismo espacio y que (tras un paso por Chile y Brasil) lo llevará el 23 al Mario Alberto Kempes de Córdoba.
Comienzo de jornada
La soporte elegida para la primera velada fue Luz Gaggi, cantante surgida en La Voz Argentina 2021. Salió de camperón blanco matelaseado, sobre un vestuario tan negro como el de sus músicos (guitarrista/tecladista/pistero y bajista. Y por supuesto con su voz plena que se quiebra en los pasajes sutiles, con cierto sabor flamenco, parte de la identidad de "Altar", su álbum debut (junto con la única urbana y ciertos colores del Medio Oriente).
"Soy Luz, me siento muy chiquita. ¿Estamos esperando al rey o qué?" , comentó, para aportar luego: "Qué responsabilidad tener un micrófono, mejor cantemos". Destacó la oportunidad de que el equipo de Paul la haya convocado: "No entiendo nada".
En "Club" sonaron aerófonos andinos en la pista, y se fue con el funk de "No lo pienses más"
El DJ Chris Holmes salió a pinchar unas canciones de la carrera de Macca mientras se preparaba el escenario: arrancó con una versión bilingüe de "Come Together", haciendo corear a la multitud, o un mash up de "Lucy in the Sky with Diamonds" y "I'm the Walrus", o "Get Back" en plan lounge. La gente volvió a levantar con "Revolution 1", diciendo que estaba para empezar, con Holmes en un arco iris de luces robóticas. En el cierre hubo un "Ticket to Ride" en castellano.
James Paul McCartney se presentó en el Monumental. Crédito: Gentileza DF Entertainment
Se fue el DJ y en las pantallas apareció un video en blanco y negro, que de la puerta de un teatro fue diciendo por un edificio mostrando fotos de la extensa vida del zurdo, desde su infancia, sus primeros pasos en la música, The Beatles (ovación para una postal de George); migró al color psicodelico con "Twist and Shout". Pasaron imágenes de los últimos discos, con "I Wanna Be Your Man" y "Oh, Darling", con un John juvenil cerrando la etapa. Cambio de estética palaciega para la etapa posterior con Wings, su trabajo solista, Linda Eastman y otros artistas, y portadas de discos entre tuberías, mientras las tribunas hacían la ola y prendían las linternas para que arranque el show. El final del video lo mostró con su banda actual en gira, y con una bandera ucraniana (placer de británico), rematando en la imagen del póster y el bajo Höfner 500/1 violín.
Despegue
Salieron en seco los músicos con "Can't Buy Me Love", con Paul de traje oscuro, camisa con botón, empuñando uno de esos bajos emblemáticos (tiene varios, obvio) que siempre tocó con púa. Tras un gesto de "guau", metieron guitarras al frente para "Junior's Farm", con solos alternos del Rusty Anderson y Brian Ray, con coros del mítico Abe Laboriel Jr. desde la batería y del tecladista y director musical Wix Wickens.
"Hola, Argentina; buenas noches, Buenos Aires", saludó, antes de "Letting Go", con los vientos tocando desde la platea baja y un solo de Ray.
Se dejó mimar con el primer "Dale Paul" de la noche. "Tenemos para ustedes nuevas canciones, viejas canciones y canciones de entre medio. Esta noche voy a tratar de hablar un poco de español, pero obvio inglés", propuso, antes de "Drive My Car", con imágenes de carreras de fondo.
Con los vientos en su sitio le entraron a "Got to Get You Into My Life", volviendo al pasado beatle con animaciones ad hoc, y pasaron a la guitarrera "Come On to Me".
Mostró que el saco del lado de adentro tenía dibujos, se quedó en chaleco y agarró una Les Paul con dibujitos (con Ray pasando al bajo) para "Let Me Roll It" de Wings, con solo de órgano de Wickens. Ahí nomás lo acompañaron para que zape un poco sobre "Foxy Lady" de Jimi Hendrix: aquel zambo también zurdo al que los Beatles iban a ver. "Un tipo hermoso", dijo en la dedicatoria.
"Getting Better" de The Beatles salió entre imágenes postapocalipticas y luego de florecimiento, con coros agudos en "getting so much better all the time".
"Macca" (para los viejos amigos) se fue al piano de cola para interpretar "Let 'Em In", otro de esos clásicos de Wings que muchos tienen en la oreja sin saberlo. Ilustraron con visuales de un desfile en la pantalla (entre lo militar y la diversidad, pasando por escuelas y taiko drums) espejando el redoble marcial de Laboriel, con la melodía de marcha silbada por Paul y luego pasada al trombón.
Dedicó "My Valentine" a su esposa Nancy Shevell, "que está acá con nosotros"; la balada trajo consigo un video en lengua de señas, a cargo de Johnny Depp y Natalie Portman, y un solo guitarra de acústica de Anderson.
James Paul McCartney se presentó en el Monumental. Crédito: Gentileza DF Entertainment
Tras un bailecito celebratorio, el solista agradeció y encaró Nineteen Hundred and Eighty-Five" (Wings) con solo eléctrico de Rusty.
Amagó tocar otra cosa en las teclas, pero fue a "Maybe I'm Amazed", con una foto de él con sus hijos pequeños, en una canción vestida por los coros y el órgano en torno a una voz solista más rasposa y gritada, subiendo sobre la potencia de Laboriel.
Volvió a sonreír sobre el "Dale Paul", y lo acompañó un poco en la guitarra acústica que se colgó para la folkie "I've Just Seen a Face", con la pared de The Cavern en la pantalla, recordando a muchos grupos de antaño.
Épocas
"Vamos a volver en el tiempo muchos años atrás a un pequeño lugar llamado Liverpool, cuatros muchachos que querían grabar un disco. Esta es la primera canción que grabaron los Beatles (todavía eran The Quarrymen). Así presentó "In Spite of All the Danger", para continuar el pasaje folk; con Laboriel en batería pequeña y tocada de pie Wickens en acordeón y solo de Paul, iluminado por miles de celulares (que no había en la época) y un cobertizo como escenografía.
"Después fuimos a Londres a Abbey Road Studios e hicimos esta canción", contó antes de "Love Me Do" coreada en masa, con Wix en armónica. Tomó la mandolina, antes de preguntar como estaban a izquierda, derecha y al medio. El segmento folk continuó con "Dance Tonight" y el baterista de origen cubano haciendo bailecitos mientras pisaba el bombo.
Solo en la guitarra el solista abordó Blackbird, en una ceremonia íntima con miles de personas; sobre una plataforma que se elevó del piso para que lo vean todos. Una de esas canciones firmadas a dúo pero que son puro Macca, con sus refinadas progresiones de acordes.
"Esta canción la escribí para mi querido hermano John": pidió que no tapen con el "Ole olé, Lennon" a "Here Today" interpretada entre nebulosas cósmicas.
Ahí si pudieron corearlo a Lennon, con la banda acompañando, con McCartney en piano vertical. Fue el momento para "Now and Then", la vieja-nueva obra de The Beatles, recuperando imágenes de aquellos tiempos junto con el clip que reúne a los vivos y los muertos del grupo.
Pegaron "New", que podría haber sido sido compuesta a la par de "All You Need is Love".
Pegaron "Lady Madonna" (con imágenes de mujeres en la pared sel piano), adornada por un solo de saxo un baile de los vientos propio del a era del swing.
Volvió a empuñar el bajo. "Son una gran multitud están noche, gracias", aportó, y le contestaron un "Argentina Argentina". Volvieron a subir con "Jet" de Wings y Being for the Benefit of Mr. Kite!" de The Beatles: psicodélia en la pantalla, en un tema en torno a la línea del bajo.
Mostró un ukelele regalado por George a quien le dedicó una Something pequeñita, tocada como una canción folk o dixie, luego creciendo en la banda hasta solo del Anderson con la línea melódica emblemática sobre colchón de teclados; todo entre imágenes de Harrison joven, y Paul ya de nuevo en la guitarra.
A cantar
"Ya que están con ánimo de cantar", dijo, y convidó a entonar "Ob-La-Di, Ob-La-Da": algunos dicen que es la peor canción del cuarteto, pero para el público fue una fiesta, colo lo mostró la grúa en las pantallas.
Una intro de guitarras histórica, apta para separador de FM Horizonte, trajo "Band on the Run" antes de ponerse picante. Get Back fue una nueva levantada,con imágenes de los momentos buenos en el estudio y el concierto en la azotea junto a Billy Preston, con Wickens llevando la parte de teclas (también se pudo ver a George Martín y Yoko Ono). "¿Quieren volver?", preguntó, antes de la última vuelta del tema.
Volvió al piano de cola para viajar a "Let It Be" otra de sus composiciones magistrales del último beatle (en Santísima Trinidad con "Yesterday" y "Eleanor Rigby").
El clima cambió totalmente para "Live and Let Die": aquella canción que los Wings hicieron para la película homónima de James Bond (relanzado años después por Guns N' Roses): explosiones y llamas en vivo, con fuegos artificiales en el cielo, reforzaron su intensidad.
Hizo unas morisquetas de sordera por los bombazos antes de ir al otro piano para "Hey Jude": ahí aparecieron los corazones con la bandera argentina en el campo, una sorpresa que alguien se encargó de imprimir y repartir al ingreso. Paul terminó haciendo corear a los hombres, a las chicas y a todos juntos al final.
Desde el estribo
Se fue, pero volvió con una bandera argentina (le cantaron "dale campeón") y una del arco iris diverso. Retomó la Les Paul para "I've Got a Feeling: "Esta canción es especial par mí, verán por qué". Tuvo su dueto virtual con Lennon desde la terraza de Apple Records, eternizado en la juventud y el tapado de piel; con un final rockero. "Es especial para mí cantar con John de nuevo", remató el zurdo.
"Hi, Hi, Hi" sonó boogie googie y rocanrolera, después de años sin tocarla. Pasaron por un fragmento de "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" con los personajes saliendo de la portada, para enganchar con "Helter Skelter".
"Ya nos tenemos que ir, es hora", afirmó el británico, jugando al "sí-no" como hace Andrés Ciro Martínez en sus conciertos. Dijo que tenía "la mejor crew del planeta, presentó a sus músicos y agradeció fundamentalmente al público.
Piano y teclasxstrings se unieron para arrancar "Carry That Weight", con vientos después del estribillo. Un solo de Laboriel trajo "The End", con el Submarino Amarillo naveganfo entre elefantes zancudos de Dalí.
"Hasta la próxima", se despidió el Sir, con un optimismo envidiable para alguien que supera las ocho décadas. La reverencia final fue entre pirotecnia y papelitos celestes y blancos; de fondo sonó desde una grabación"No More Lonely Nights", aquel himno de los 80 de la era "Pipes of Peace". Al menos por esta noche, la soledad fue conjurada por 60 años de música.