Preocupante deterioro de Bruce Willis: su salud empeora a un ritmo acelerado

Bruce Willis enfrenta un difícil diagnóstico de demencia frontotemporal, y su estado de salud empeoró considerablemente en las últimas semanas, generando gran preocupación entre sus seres queridos y seguidores.

Según una fuente cercana al actor, los "días malos superan a los buenos", y la familia, consciente de la situación, comparte constantemente momentos junto a él en las redes sociales.

La salud del reconocido intérprete, conocido por su papel en "Duro de Matar", se deteriora a un ritmo acelerado, y sus allegados enfrentan la incertidumbre sobre cuánto tiempo le queda.

A los 68 años, Willis lucha contra la enfermedad que afecta la conducta y la pérdida de habilidades fundamentales.

La familia se unió para brindar atención las 24 horas del día, reconociendo la importancia de aprovechar cada momento junto a Bruce. Aunque su salud se deteriora, cuenta con el apoyo constante de sus seres queridos y amigos cercanos, así como con atención médica de alta calidad.

Qué es la demencia frontotemporal

SeLa demencia frontotemporal (DFT) es un grupo de trastornos cerebrales progresivos que afectan principalmente los lóbulos frontales y temporales del cerebro. Estos trastornos pueden causar cambios en la personalidad, el comportamiento y el lenguaje.

Se trata de la forma menos común de demencia en comparación con la enfermedad de Alzheimer, pero puede tener un impacto significativo en la función cognitiva y la calidad de vida de quienes la padecen.

Los síntomas varían, pero a menudo incluyen:

• Cambios en la personalidad y comportamiento: Pueden volverse impulsivos, socialmente inapropiados, mostrar falta de empatía o descuidar la higiene personal.

• Problemas de lenguaje: Dificultad para hablar, comprender el lenguaje o escribir.

• Cambios en las habilidades motoras: Algunas personas pueden experimentar problemas con el movimiento y la coordinación.

• Problemas cognitivos: Deterioro de la memoria y otras funciones cognitivas.

La DFT afecta a personas más jóvenes en comparación con otras formas de demencia, y el inicio suele ocurrir entre los 40 y 65 años. Actualmente, no hay cura, y el tratamiento se centra en gestionar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.