Cacho Garay quedó en libertad en horas de la tarde este jueves tras haber sido imputado por amenazar a su esposa con un arma.
Cacho Garay quedó en libertad en horas de la tarde este jueves tras haber sido imputado por amenazar a su esposa con un arma.
El humorista pagó una importante fianza de un millón de pesos y a la salida de la comisaria habló con los medios. “
Se me denuncia por una supuesta amenaza y eso es todo. En cuanto a lo que sigue a eso, piden un allanamiento y yo vivo en una casa colonial donde hay todo tipo de antigüedades”, dijo.
Garay sostuvo que en su casa habían varias armas antiguas como arcabuces, “fusiles que datan del 1700 y otro del 1800 de caballería” que funcionaba con baquetas.
“Entre esos habían dos escopetas viejas, muy muy viejas. Cuando las peritan jamás nos imaginamos que funcionaban. No sé manipular armas pero como adornos si las tengo”, señaló sobre las armas que habían hallado en su casa el martes al mediodía.
Respecto de la denuncia en su contra, el cómico se mostró confiado y dijo que tiene la conciencia tranquila. Además, contó que ha recibido muchos mensajes de apoyo y de personas que se han solidarizado con él.
“Todo lo que se dijo tendrá que ser probado, estoy muy tranquilo”, afirmó. Sobre la orden de prohibición que pidió su ex esposa, él aseguró que es “mutuo”.
Además, manifestó que no estaba al tanto de la denuncia por violencia de género. “En principio fue amenazas y solamente eso. Me han comentado de otras cosas que se han dicho pero bueno”, comentó y dijo que no quería hablar de la causa.
Garay, de 68 años, antes de ser detenido, aseguró en su cuenta oficial de Facebook que es inocente y agradeció a sus fanáticos: “Gracias a los miles de mensajes de apoyo y gracias a Dios, porque mi verdad me mantiene la conciencia cristalina”.
En la imagen con la que acompañó el posteo, incluyó una frase que se le atribuye al pintor español Salvador Dalí: “Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí, aunque confieso que me gusta que hablen mal, porque eso significa que las cosas me van muy bien. De los mediocres no habla nadie y, cuando lo hacen, sólo se dicen maravillas”.
El abogado de la mujer aseguró que, durante 13 años de pareja con Garay, sufrió episodios de “violencia física, económica y sexual”. El letrado indicó, además, que Bracamonte, tras el último episodio, tuvo que pedir asilo en un refugio para mujeres víctimas de hechos violentos, ya que Garay le impidió volver a la vivienda que compartían.
“Estoy asistida por muchas personas que están capacitadas en casos de violencia de género. No estoy bien y es un proceso esto, pero voy a hablar. Quiero hablar para que se sepa la verdad”, sostuvo la denunciante.