Sábado 9.5.2020
/Última actualización 15:25
Un centenar de testigos fueron propuestos para declarar en el juicio oral y público contra el ex comisario José Luis Catuzzi, acusado por el femicidio de su pareja Ariadna Sandoval, ocurrido a fines de 2017. La nómina fue admitida este jueves por el juez Nicolás Falkenberg, quien estuvo al frente de la audiencia preliminar, que es la etapa previa al debate.
Catuzzi, de 52 años, está en prisión preventiva, imputado por el homicidio doblemente calificado -por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio)- de quien fuera su pareja. Ariadna Sandoval, falleció el 28 de diciembre de 2017 producto de las lesiones que sufrió dos meses antes, cuando fue empujada al pavimento desde el auto en el que circulaba con el imputado. Por eso, la fiscalía adelantó que pedirá la pena máxima: prisión perpetua.
El fiscal de la Unidad Especial de Homicidios del MPA, Gonzalo Iglesias, aportó la lista de testigos con los que contarán en el juicio, que suma 85 personas entre peritos, civiles y personal policial. Todos declararán en calidad de testigos comunes a la querella y a la defensa, a excepción del hijo de la víctima, con cuya exposición va a prescindir la representante del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal (SPPDP), Leticia Feraudo.
Esta última ofreció también su listado de testigos -los cuales serán exclusivos para la defensa- que cuenta con al menos 16 nombres. Entre ellos, los profesionales que conforman el equipo interdisciplinario que realizará una evaluación psicológica a José Luis Catuzzi previo al juicio.
Respecto a esto, el juez Falkenberg ordenó que “se deberá notificar a la parte acusadora sobre cualquier diligencia relacionada al informe multidisciplinario que se realizará, a los fines de que se pueda ejercer el debido control”.
Durante la audiencia preliminar hubo dos puntos que generaron discrepancias y tuvo que ver con los testigos presentados por la defensa.
En el primer caso se trata de la ex pareja de José Luis Catuzzi, algo que fue controvertido por la abogada querellante Celeste Roa Hertelendi, puesto que en las numerosas oportunidades en las que se intentó entrevistar a la mujer en el marco de la investigación, esta “se negó rotundamente” llegando a “echar de su casa” al personal policial. “Mi oposición se basa en por qué en estos momentos sí quiere prestar declaración y por qué cuando podía ser objetiva no. Claramente sigue siendo un testigo hostil”. El juez admitió su testimonio, en tanto se refiera a los antecedentes familiares del imputado en pos de mensurar la pena.
Defensora y querellante volvieron a “chocar” ante la pretensión de la primera de incorporar las historias clínicas psicológicas de Ariadna. Según Roa Hertelendi “lo que pretendía la defensa era incorporar la historia clínica completa de ella, el carácter, lo manifestado ante el psicólogo que la atendía, si estaba en tratamiento. Todo eso no es materia de investigación, bajo ningún concepto, porque estaríamos violando el derecho de reserva, el derecho de intimidad, la tutela judicial efectiva. Acá no es la única víctima Ariadna Sandoval, sino toda su familia”.
Además, agregó que “bajo ningún punto de vista podemos permitir que se esté investigando a una víctima, nada menos que de femicidio, en cuanto a su situación psicológica” puesto que “eso no tiene relevancia en cuanto a si Catuzzi es responsable o no”. El juez Falkenberg resolvió que sólo se introduciría la constancia de asistencia clínica.
Debido a que aún no se cuenta con los resultados de todas las pruebas con las que acusación y defensa pretenden llegar al juicio, y para evitar posibles dilataciones, el juez determinó que “la realización de cualquiera de las diligencias pendientes no comprometerá el comienzo del juicio una vez se haya establecido fecha”.
Ariadna Sandoval murió el 29 de diciembre de 2017. Dos meses antes, el 20 de octubre, a la hora de la siesta José Luis Catuzzi y su pareja circulaban en “el automóvil Fiat 147 de su propiedad, por ruta 11 en dirección norte-sur” cuando entre calles Los Sauces y Los Pinos, el hombre “abre la puerta de su acompañante y la empuja, expulsando su cuerpo del vehículo y cayendo la misma sobre el asfalto”.
La querellante Celeste Roa Hertelendi aclaró que Catuzzi intentó hacer pasar el hecho como un “accidente” causado por una falla mecánica en el auto -algo descartado por los peritos-, y como una “ingesta medicamentosa de los dos”. Al recibir atención médica fue en esto último en lo que se concentraron los profesionales de la salud, pasando por alto el fuerte impacto que había recibido en la cabeza, puesto que gran parte del daño había sido interno.
Ariadna Sandoval recibió el alta y volvió a su casa con Catuzzi, pero pasadas las horas debió ser ingresada nuevamente en un centro médico, donde se constató que el golpe contra el pavimento le causó una fractura occipital en el lado derecho del cráneo, al igual que una contusión y hematomas intracraneales.
La mujer debió ser trasladada al hospital Cullen y nadie volvió a ver a su pareja, que hasta ese entonces la acompañaba. “A las 24 horas que Catuzzi desaparece, se presenta con un abogado en el Mira y López y se interna voluntariamente por un ataque de ansiedad, más ingesta medicamentosa”. Se le abrió una carpeta médica psicológica y se lo pasó a disponibilidad, ya que trabajaba en el Centro de Monitoreo.
A través de una mujer que formó parte del staff médico que atendió a Ariadna Sandoval, la fiscalía introducirá la voz de la propia víctima, que acusó al imputado antes de morir.
Un mes y medio después del fallecimiento de Ariadna Sandoval, sus familiares realizaron una marcha en reclamo de justicia. En esa oportunidad, su hermana Jésica comentó: “Cuando pasó todo esto nos enteramos recién un día después, porque por el Facebook pedían sangre porque la tenían que operar. Entonces este señor se fue del hospital y se internó en una clínica de salud mental. Nunca dio la cara, nunca nos avisó lo que había pasado. Él sabía donde viven mis hermanos, mi madre, donde vivo yo, en fin... sabía todo. Cuando se le preguntó por qué no había dicho nada, su respuesta fue que estaba sin auto y sin teléfono”.