Un hombre de 55 años fue condenado a 11 años de prisión por haber abusado sexualmente de la hija de su pareja en la localidad de Arroyo Aguiar (departamento La Capital). La víctima era menor de edad al momento de sufrir los abusos.
Vulneró la integridad sexual de la víctima durante seis años, desde que ella cursaba la última parte de la escuela primaria.
Un hombre de 55 años fue condenado a 11 años de prisión por haber abusado sexualmente de la hija de su pareja en la localidad de Arroyo Aguiar (departamento La Capital). La víctima era menor de edad al momento de sufrir los abusos.
El fiscal que llevó adelante la investigación que permitió llegar a la condena es Matías Broggi, quien integra la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (GEFAS) de la Fiscalía Regional 1.
La sentencia impuesta a José Luis Da Rocha fue ordenada por el juez Luis Octavio Silva, en el marco de un juicio en el que se abreviaron los procedimientos desarrollado en los tribunales de la ciudad de Santa Fe.
Ante el magistrado, Da Rocha reconoció su responsabilidad penal como autor de "abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y la convivencia", así como de "promoción a la corrupción de menores agravada por amenazas, por la guarda, por la convivencia y por la edad de la víctima".
Por su parte, la Defensa del hombre de 55 años aceptó la atribución delictiva realizada por la Fiscalía, la pena impuesta y el modo elegido para resolver el conflicto penal.
En tanto, la víctima –quien ya es mayor de edad–, fue notificada sobre lo dispuesto y manifestó su conformidad.
Broggi indicó que "los abusos sexuales fueron cometidos durante seis años, entre 2015 y 2021, y comenzaron cuando la víctima transitaba el último tramo de su escolaridad primaria". Según precisó, "tuvieron lugar en diferentes viviendas de Arroyo Aguiar en los que el agresor convivió con la hija de su pareja".
"El condenado cometió los ilícitos en reiteradas oportunidades en las que la madre de la víctima estaba durmiendo o fuera de la casa", sostuvo el fiscal. "Para evitar que la niña se resistiera a los ataques, la amenazaba con prohibirle salir o quitarle cosas que le había comprado", remarcó.
El funcionario del MPA afirmó que "por las características de las conductas ilícitas y por las circunstancias en las que se enmarcaron, tuvieron entidad suficiente para alterar el progresivo desarrollo de la sexualidad de la víctima".
En tal sentido, destacó que "fue sometida a situaciones sumamente violentas por parte de una persona de su confianza, que residía en el mismo lugar que ella y que estaba a cargo de su cuidado".
En relación al origen de la investigación, el fiscal valoró que "en diciembre de 2021, meses después del último abuso, un joven que era el novio de la víctima y se había enterado de lo sucedido radicó la denuncia en una comisaría".