“Decía que la querían vender, que la violaron...” Así describió un oficial de policía del Comando Radioeléctrico su encuentro con una joven mujer, que después de meses de calvario consiguió pedir ayuda. Sucedió durante el juicio a Miguel Angel Ramírez, en el que fue condenado a 5 años de prisión como “autor del delito de trata de personas con fines de explotación, agravado por violencia, amenazas, abuso de situación de vulnerabilidad y por la calidad de conviviente”.
Todo comenzó un tiempo antes de que los caminos de víctima y victimario se cruzaran. Ella vivía con su abuela, hasta que esta la “vendió a cambio de drogas a un narco”, con quien tuvo una niña y luego un varón. Pero el hombre terminó preso, razón por la cual la mujer y sus dos pequeños volvieron a la casa de barrio Los Hornos, donde debió vender drogas para mantener a la familia.
En diciembre de 2016, la abuela la “ofreció” a Miguel Angel Ramírez, a cambio de dinero y estupefacientes. La víctima declaró en cámara Gesell que una tarde él la pasó a buscar, le pidió permiso a su abuela para llevarla a tomar un helado, los niños los acompañaron, y fue allí cuando “me llevó a Los Troncos y no volví más”.
Ramírez los mantuvo aislados en una vivienda precaria ubicada en calle Camino Viejo a Esperanza de ese barrio, en pésimas condiciones tanto de alojamiento, como de alimentación. “No me dejaba ir al dispensario” por lo que quedó embarazada por tercera vez, “fue una violación, yo no quería” aseguró, pero a Ramírez no le importaba sino que la golpeó, y a sus pequeños hijos también.
Luego de que se realizara un test y confirmara el embarazo “me dejó de pegar un poco, me pegaba en la cara, en la panza no”. Según su víctima, Ramírez “estaba re contento, me decía ‘ahora me vas a dar un hijo y te vas a quedar conmigo para toda la vida, y si te vas, te mato’. Y mi panza crecía, él se iba y me dejaba con candado”.
Un buen día, en marzo de 2017, ella estaba muy descompuesta así que los cuatro se dirigieron a la casa de su abuela. Aprovechando la oportunidad, la mujer tomó a sus hijitos y huyó, radicando luego una denuncia contra Ramírez. Así, volvió con su abuela, donde vivió durante un año y vió nacer a su bebé.
Marzo de 2018, domingo, la abuela no estaba en la casa, ella se quedó “solita” con sus tres pequeños. Hacía un tiempo que recibía amenazas de muerte a través de Facebook, escuchó que golpearon la puerta y al atender vio el rostro del hombre del que apenas un año atrás había logrado escapar.
“Vamos y no te hagas la pelotuda, mirá lo que tengo acá” le dijo Ramírez, señalando una pistola, y se los llevó de la casa. En su declaración, ella recordó que él le dijo: “Me denunciaste. No voy a hacer nada, conocí a mi hijo, lo voy a dejar ahí nomás. Ahora quiero disfrutar a mi hijo y me voy a vengar todas las que me hiciste”.
La golpeó, amenazó su vida y la de los niños, hacía que ella se pasara toda la noche “picando drogas”, los encerró en dos habitaciones separadas, no los dejaba bañarse y a veces siquiera les daba de comer. Por si todo esto fuera poco, la agredió sexualmente en reiteradas oportunidades. Ella “le pedía que no le pegue más, que no iba a decir nada pero que les diera de comer porque tenían hambre, a lo cual -él- hacía caso omiso”.
Ramírez tenía una deuda con “un narco amigo que era del barrio”, por lo que la obligó a prostituirse con el “Cacu” -así lo apodaba-. “Ponete re linda, que vas a hacer un mandado” le dijo. Cuando ella regresó, no la dejó higienizarse. A partir de este momento comenzó a violarla todos los días, decía que así la preparaba para prostituirse. Le contó de una ‘casa de trabajo’ en San Javier, a la cual la enviaría por dos años. “Mirá que el 12 de julio tenés que ir. Dos años se pasan volando ahí adentro”, le dijo.
Ese temido 12 de julio de 2018, Ramírez la golpeó y se llevó a los dos niños pequeños, uno de 3 años y el chiquito de 7 meses. La mujer escapó del lugar junto a su hija mayor y consiguió el teléfono de una vecina, con el que rápidamente llamó al 911. Oficiales del Comando Radioeléctrico encontraron a los menores solos, al lado de una zanja.
Las víctimas fueron trasladadas a la Seccional Décima de la Policía, donde se les tomó la denuncia. El 19 de septiembre Ramírez fue detenido, se dictaron el procesamiento y la prisión preventiva, y tras más de un año se realizó el juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe, en el cual la fiscal Natalia Palacin solicitó la pena de 5 años de prisión. El 17 de diciembre, la jueza de Cámara María Ivón Vella resolvió condenarlo.