La tragedia del vuelo 3142 de LAPA, que debía unir el Aeroparque metropolitano con Córdoba, ocurrió la noche del 31 de agosto de 1999.
A las 20.53 de ese día, el Boeing 737 a cargo del piloto Gustavo Weigel, "habiendo sobrepasado la velocidad de rotación y la seguridad de despegue, no alcanzó a despegar", según consta en el pedido de elevación al juicio, que hoy concluye.
Tras arrasar la verja perimetral de la aeroestación, el avión chocó finalmente contra un terraplén en la Asociación Argentina de Golf, donde había además una caseta de gas, partió el fuselaje y los tanques repletos de combustible estallaron.
En esa carrera desbocada y el posterior incendio murieron 60 pasajeros, tres tripulantes y dos personas que iban en un auto por la avenida Costanera y fueron embestidos por la aeronave.
La caja negra reveló que los "flaps" de sustentación del avión no estaban debidamente configurados para que se elevara, presumiblemente por una negligencia del piloto que tampoco pudo abortar la maniobra cuando sonaron las alarmas de seguridad.
Cuatro años después, el ex piloto de LAPA Enrique Pineyro filmó la película sobre la tragedia con el título de "Whisky Romeo Zulu", en alusión a la matrícula de la nave siniestrada, LV-WRZ.
Piñeyro fue piloto de LAPA entre 1988 y 1999, cuando renunció un par de meses antes del accidente denunciando la conducta empresaria que, a su entender, rebajó las estándares de seguridad de los vuelos para maximizar ganancias.
En el filme encarnó su propia historia dentro de la compañía, en la que no alcanzó el grado de comandante sino de copiloto y acumuló enemistades, un relato con el que también se convirtió en un importante testigo de cargo del juicio.
En su testimonio Piñeyro no exculpó al comandante Weigel sino que sostuvo que la empresa premiaba a los empleados que aceptaban su línea de "baja seguridad" aunque no fueran aptos y castigaba a los que la denunciaban.
Télam