Aceptó perpetua por el femicidio de una comerciante esperancina
A través de un juicio abreviado, el exconvicto se responsabilizó por los hechos del viernes 8 de noviembre de 2019, cuando ingresó a un local del centro de Esperanza, abusó y asesinó a la dueña.
Archivo El Litoral Gabriela Degiorgio tenía 37 años cuando fue asesinada dentro de su local céntrico, sobre calle Rivadavia al 1900.
A menos de dos años del crimen que horrorizó a todo Esperanza, y a la provincia entera, el femicida de Gabriela Degiorgio aceptó la pena de prisión perpetua en un juicio abreviado. En el escrito, también se solicitó su inscripción en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual.
La comerciante fue asesinada en su local, ubicado en el centro de la ciudad, sobre calle Rivadavia al 1912. Eran aproximadamente las 19.50 del viernes 8 de noviembre de 2019 cuando un encapuchado ingresó, haciéndose pasar por cliente, la golpeó, abusó sexualmente de ella y la asesinó. Todo sucedió en menos de 10 minutos.
La investigación estuvo a cargo del fiscal de Esperanza, Alejandro Benítez, quien trabajó junto a su par, Martín Torres, de la Unidad Especial de Homicidios de Santa Fe. Este martes presentaron un acuerdo de juicio abreviado, en el que se solicita la condena a prisión perpetua de Jorge Alberto Romero (30), por los delitos de "abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la muerte de la persona ofendida", "homicidio doblemente calificado por criminis causae y por haber mediado violencia de género (femicidio)", y "robo".
El escrito contó con la firma del abogado querellante Federico Kiener, representante legal de la familia de la víctima, así como con la firma de la defensora pública María Soledad Estrada, y la de Romero, que optó por este acuerdo porque no deseaba la exposición que conlleva un juicio oral y público. Los jueces Gustavo Urdiales, Pablo Busaniche y Pablo Ruíz Staiger admitieron el abreviado, y pasaron la carpeta a resolución.
Archivo El Litoral No busquen más, yo soy el asesino de la mujer de Esperanza , dijo Jorge Alberto Romero, que contaba con una condena por un hecho similar.
"No busquen más, yo soy el asesino de la mujer de Esperanza", dijo Jorge Alberto Romero, que contaba con una condena por un hecho similar. Foto: Archivo El Litoral
Robo, abuso y muerte
Gabriela tenía 37 años cuando Romero le arrebató la vida, de manera despiadada. Gracias a las cámaras de seguridad municipales, las de comercios de la zona y la que se encontraba dentro del local "Carmina Accesorios" -propiedad de la víctima- se pudo reconstruir el paso del femicida por la ciudad de Esperanza.
Arribó en colectivo a la terminal, y merodeó por la zona hasta que encontró lo que buscaba. Gabriela estaba sola, ya era cerca del horario de cierre, y Romero ingresó haciéndose pasar por un cliente. Le realizó un par de preguntas, hasta que logró que ella saliera de detrás del mostrador, momento en el que la abordó.
A empujones la obligó a ingresar a uno de los probadores de ropa, donde comenzó a exigirle dinero e intentó abusar de ella. Gabriela se resistió, y comenzó a gritar pidiendo auxilio, a lo que Romero respondió con sus puños, golpeándola en reiteradas oportunidades en el rostro, el pecho y los brazos.
Habiendo logrado reducirla, el delincuente consumó el abuso sexual. La violenta golpiza provocó la muerte de la mujer, que quedó tendida en un charco de su propia sangre. Romero tomó el dinero de la caja y se marchó.
Al salir del local, le compró una botella de agua a la empleada de una panadería, que le consultó por la sangre que tenía en las manos y en la ropa. Le dio la misma excusa que usó con el remisero que lo trasladó a Recreo: que se había peleado con un familiar.
En menos de 24 horas las autoridades lograron identificar a Romero, que hacía cuatro meses había recuperado su libertad y contaba con una condena por hecho de similares características, pero en grado de tentativa. Su rostro copaba las redes sociales y fue él mismo el que se presentó en una comisaría de Santa Fe y se autoincriminó: "No busquen más, yo soy el asesino de la mujer de Esperanza".
Desde entonces se encuentra privado de su libertad. En la audiencia de este martes, la fiscalía señaló que Romero buscó darle muerte a Gabriela "con el propósito de consumar y promover su impunidad, todo ello en un contexto de violencia de género, en el cual previamente eligió a su víctima mujer y aprovechó de su superioridad física para cometer el hecho".
Además de la pena a prisión perpetua, se solicitó la declaración de reincidencia y su inscripción en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual, que funciona en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.