Danilo Chiapello | [email protected]
Fueron entre 15 a 17 disparos. Por fortuna, no hubo personas heridas.
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La casa y el automóvil particular de un policía fueron blanco de un criminal ataque a tiros, en un grave hecho sucedido en barrio Luján de Santo Tomé, en el último tramo de la tarde del miércoles.
Como ejecutores de esta acción se señala a dos individuos que se movilizaban en moto, quienes sin detener la marcha efectuaron ráfagas de entre 15 a 17 disparos, de los cuales 13 impactaron en la propiedad y en un Peugeot 207, para luego darse a la fuga.
La víctima de este hecho resultó ser Lucas Soto, un policía que pertenece a la Brigada Operativa, y que actualmente se encuentra sin su arma reglamentaria por estar siendo investigado por otro violento suceso.
“Nos salvamos por poco”
En diálogo con El Litoral, Soto narró que “todo ocurrió aproximadamente a las 19 cuando nosotros (el nombrado, su esposa, su suegra y tres chicos) llegábamos del supermercado. Estábamos entrando las cosas y me vuelvo al auto a ver si había quedado algo. En eso veo que por la esquina aparece una moto con dos muchachos. Me llamó la atención y me quedo arriba del auto".
"Cuando llegan a la altura del auto comienzan a disparar los dos. En ese momento, lo primero que atiné fue a salir del coche como para sacar mi arma, pero después me acordé que ya no la tengo, así que me volví a meter dentro del auto".
"Ellos siguieron disparando hasta que llegaron a la esquina y se fueron. Me bajo para ver como estaba mi gente. Mi señora estaba tirada en el pasillo porque los tiros la sorprendieron cuando salía para buscarme. Nos salvamos por poco".
"Una vez que constaté que estaban todos bien llamé al 911 y a la central para narrar lo ocurrido. Tengo 3 impactos en el auto, 4 en la pared y varios en el tapial. En total son 13 impactos que corresponden a una ráfaga de entre 15 a 17 tiros".
Mar de fondo
Más adelante, Soto dijo que no sabe a qué atribuir este ataque. “Creo que se están aprovechando de nuestra situación que no es buena. Nosotros somos todos policías y nos sacaron el arma”.
No obstante, deslizó que “hace un tiempo yo denuncié a mis jefes por el manejo de la horas Ospe (Orden de Servicio de Policía Extraordinaria). Yo vinculo directamente esto que pasó a mi denuncia”.
A su vez, conviene señalar que tanto Soto como su cuñado están siendo investigados por un hecho ocurrido los últimos días de agosto, en barrio El Chaparral, donde se produjo otra balacera y un intento de incendio de una vivienda.
Por ese episodio, Soto y los demás policías que viven con él fueron despojados de sus armas reglamentarias. En tanto, el cuñado de Soto ayer se entregó ante las autoridades acompañado de su abogado.