Joaquín Fidalgo
Familiares, vecinos, amigos, compañeros y estudiantes despidieron los restos de la docente asesinada este jueves en Alto Verde.
Joaquín Fidalgo
jfidalgo@ellitoral.com
“Vanesa era una excelente maestra, con todas las letras. Nunca la vi enojada. Siempre con amor. A los chicos rebeldes, que no hacían caso, ella no los retaba... los hablaba, los abrazaba, los consolaba. Yo sentía mucha admiración por ella, porque era puro amor. Nunca se la veía gritando. Era única la seño Vane. Tuvo a mi hijo desde quinto grado hasta el año pasado, cuando terminó séptimo. Cuando él tuvo problemas en la libreta, ella me decía: ‘quedate tranquila, vamos a sacar al chico adelante; vos, desde tu casa, y yo, desde acá’. Era una comunión”, recordó Andrea -al borde del llanto- este viernes durante el velatorio de Vanesa Soledad Castillo, la docente asesinada a puñaladas el jueves en Alto Verde.
La maestra fue despedida por centenares de personas en la sala comunal de Santa Rosa de Calchines, a escasos metros del Jardín de Infantes Crecer, donde comenzó a trabajar. Familiares, amigos, conocidos, compañeros y alumnos -que viajaron desde Alto Verde- le dijeron adiós y acompañaron sus restos a pie hasta el Cementerio local.
Todos la recordaron como lo que era, una mujer “luchadora”, “madraza” y “buena persona”. Vanesa trabajaba en dos escuelas. Quería terminar de pagar cuanto antes la moto que había comprado en octubre para poder ir a trabajar sin depender del colectivo. Su familia y amigos le habían advertido en ese momento, preocupados: “Andá en micro. Podés tener un accidente o te pueden robar”. Ella respondía siempre: “Me van a matar, pero a la moto no me la van a robar”. El móvil del crimen todavía no está claro. La hipótesis más firme apunta por el momento a una tentativa de robo, pero lo cierto es que el asesino no se llevó nada. Los investigadores tratan de determinar si una denuncia impulsada tiempo atrás por Vanesa contra un violador que vivía en las cercanías de su escuela tiene algún tipo de relación con el hecho. Por el momento, no se halló ningún vínculo. El sospechoso de este caso está detenido y las pruebas en su contra son contundentes.
Despidieron a Vanesa Castillo
Las amigas de Vanesa contaron que además de trabajar de lunes a viernes, ella horneaba pan, facturas y pastelitos para vender los fines de semana. “De esa forma le iba a pagar el viaje de 7° grado a su hijita. Ella se desvivía por su pequeña”, coincidieron. La autopsia determinó que murió por 13 puñaladas que le perforaron la espalda, una de las cuales le rompió el corazón. El mismo que había entregado por Alto Verde, por su Escuela Victoriano Montes y por sus alumnos. “Ella podía haber elegido cualquier otro lugar para trabajar, pero quería quedarse con nosotros. Se encariñó con nosotros. Ahora la iban a titularizar. Iba a conseguir la estabilidad. Ella dio su vida por elegirnos”, sentenció Andrea, la mamá de uno de sus alumnos.
>>> Imputativa: Juan Ramón Cano será imputado por el crimen de Vanesa Soledad Castillo durante una audiencia que, según está previsto, se realizará en horas del mediodía de este sábado, en los tribunales de esta capital provincial.