Agencia Reconquista
A 38 días de que se iniciara la búsqueda de la joven de 18 años, los investigadores apuntaron a un médico, dos policías y el efector público.
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Cuando transcurren 38 días de la desaparición de Rosalía Jara de su casa de la localidad de Fortín Olmos, en el norte provincial, el fiscal Martín Gauna Chapero solicitó cuatro órdenes de allanamiento que se llevaron a cabo ayer, por personal de Policía de Investigaciones (PDI) y efectivos de la Guardia de Seguridad Rural Los Pumas.
Los sitios allanados fueron las viviendas particulares de dos policías locales, un médico y del hospital de Fortín Olmos, de donde se secuestraron celulares, PCs y otros elementos que pueden interesar en la investigación, indicaron fuentes del caso.
Mientras tanto, otras divisiones de la Policía provincial prosiguen los rastrillajes en el arroyo Golondrina que fue el último lugar donde fue visto el auto Toyota Corolla propiedad del único detenido hasta el momento, el profesor de educación física, Juan Valdez.
En las últimas horas, el secretario de Investigación Criminal de la provincia, Rolando Galfrascoli indicó a medios de prensa que la llave para destrabar el caso la tiene justamente Valdez, que sigue sin declarar; y que Rosalía pudo ser captada por una red de trata.
Existe también la presunción de que detrás de la desaparición de la joven y del turismo sexual en Fortín Olmos hay poderosos personajes del norte implicados y hasta se mencionó la posibilidad de un aborto, como claves para comprender la desaparición de Rosalía.
Tal como se ventiló en la audiencia de prisión preventiva en la cual Valdez quedó detenido, Rosalía estaba en el bar de Vázquez el sábado 1º de julio cuando estableció la última comunicación con su madre, alrededor de las diez de la noche. Siete testigos ratificaron que esa noche Rosalía estaba en el lugar, y que más o menos a esa hora recibió una llamada y salió en dirección al sur, camino a la garita de colectivos. Perros adiestrados reconocieron el rastro de Rosalía en el bar y lo siguieron hasta la mencionada parada de micros, donde se pierde. Luego, los perros adiestrados volvieron a reaccionar reconociendo el rastro en el Toyota Corolla del profesor.
Otros tres testigos coincidieron en que Valdez salió de su casa a la misma hora en el auto y regresó horas después. Tampoco le contestó los mensajes a su esposa, entre las 22 y la una de la mañana siguiente, excusándose luego en que se había quedado dormido.