Fernando Pérez Algaba, el empresario asesinado a balazos y descuartizado post mortem, había sacado pasajes para viajar a Barcelona, España, el 19 de julio. Hasta ese día tenía alquilado un departamento en Ituzaingó.
Pérez Algaba había alquilado un departamento en Ituzaingó de forma temporal. El lugar fue inspeccionado tras la denuncia de la propietaria al no poder comunicarse con su inquilino.
Fernando Pérez Algaba, el empresario asesinado a balazos y descuartizado post mortem, había sacado pasajes para viajar a Barcelona, España, el 19 de julio. Hasta ese día tenía alquilado un departamento en Ituzaingó.
El inmueble, un tercer piso de un edificio situado en Olazábal al 1000, había sido alquilado a través de las redes sociales el 13 de julio pasado, con una vigencia del contrato por 6 noches de estadía.
Pasada la fecha, la propietaria intentó comunicarse con el inquilino que no había devuelto las llaves ni respondido los mensajes. Ante la falta de respuesta denunció a las autoridades el caso y la Justicia ordenó un allanamiento.
En el lugar, la policía encontró dos valijas repletas de ropa, zapatillas, un bolso de mano, perfumes, el pasaporte, un portarretrato con una foto, medicamentos, anteojos de sol y alimento para el perro de la víctima, Cooper.
“En el departamento se secuestró un certificado de su psiquiatra en el que se consiga que Pérez Algaba tenía un cuadro depresivo y de ansiedad. En ese informe se aconsejaba que viajará con su perro”, dijeron fuentes judiciales.
También secuestraron una computadora Mac Book Pro y un iPad, que el martes comenzaron a ser peritados. El análisis de la información que se obtenga del peritaje estará a cargo de especialistas del Laboratorio Informático Forense del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires.
Los últimos avances de la investigación indican que el empresario había pedido un arma prestada para protegerse debido a "las amenazas y el miedo" que experimentaba a una amiga, quien también confesó que Algaba le había mencionado que tenía una deuda de 300.000 dólares con Gustavo Iglesias, miembro de la barra brava de Boca Juniors.
La última vez que fue visto con vida fue el 18 de julio, en General Rodriguez, donde asistió a un encuentro con su examigo Nahuel Vargas y Maximiliano Pilepich, empresario del rubro de la construcción, para cobrarles 60.000 dólares que le debían.
Cinco días después, restos de su cuerpo comenzaron a ser encontrados en un arroyo de Lomas de Zamora. Lo habían asesinado de dos balazos y descuartizado después de morir.