Más de 30 años debieron pasar para que el nombre de Marta Romero salga del ostracismo al que lo condenó la “injusticia”, y vuelva a instalarse en la memoria colectiva de los santafesinos.
El nombre de Daniel Fernández (66) aparece en el camino de estas mujeres con trágico final
Más de 30 años debieron pasar para que el nombre de Marta Romero salga del ostracismo al que lo condenó la “injusticia”, y vuelva a instalarse en la memoria colectiva de los santafesinos.
Fue en momentos que se investigaba la desaparición de la Ana María Alurralde (hermana del juez federal de Reconquista) cuando un dato hizo sacudir todas la estanterías.
El hombre que actualmente estaba en pareja con Ana, es el mismo que décadas atrás se vinculó sentimentalmente con Marta Romero.
“Entonces este tipo lo hizo de nuevo”, fue la frase que escucharon los pesquisas de boca de una persona que se identificó como familiar de la docente desaparecida en marzo de 1988.
Esta declaración permitió unir con un hilo invisible los casos de ambas mujeres fallecidas.
Hasta horas antes todo lo que se sabía de Daniel Fernández (66) era que estaba en pareja con Ana Alurralde desde hacía varios años. Ambos convivían en una vivienda de Regis Martínez al 4000, en barrio Schneider, donde sus vecinos los describen como una “pareja normal”.
No obstante otras versiones aseguran que el hombre tendría comportamientos propios de un celoso obsesivo y controlador.
Pedido de paradero
La mañana del viernes el nombrado llegó hasta la seccional 6ta. y denunció la desaparición de su pareja. Casi en simultáneo dio a conocer la situación a su cuñado, Aldo Alurralde, juez federal de Reconquista.
¿Sabía el magistrado del “historial” de la pareja de su hermana?, es una de las tantas preguntas que flotan en el aire.
Lo que pasó después es historia conocida.
En horas de la siesta del sábado Ana fue hallada sin vida en el interior de un zanjón ubicado en cercanías de avenida General Paz y callejón Las Mandarinas, en jurisdicción de Angel Gallardo.
Su cuerpo presentaba numerosas lesiones traumáticas (golpes) y una bolsa en la cabeza.
A todo esto la declaración que hizo Fernández ante los investigadores no hizo más que confirmar las sospechas en su contra.
>> Audiencia imputativa: según se confirmó en la mañana del lunes, en audiencia imputativa, Fernández conocerá cuales son los cargos que pesan en su contra.
Por ejemplo dijo que la mujer se retiró de la casa la mañana del viernes al mando de su automóvil, aunque después se supo que ella no sabía manejar. Cuando quiso corregir esta versión argumentó que había aprendido a conducir hace poco.
Atenta a estas circunstancias la fiscal del caso ordenó su detención de inmediato.
>>> Un caso impune
Marta Romero era docente, profesora de educación física, en Laguna Paiva, pero pidió su traslado a Recreo cuando nació su hija.
La tarde del 23 de marzo de 1988 dejó su casa materna -Pedro Zenteno al 900- y al volante de su automóvil se dirigió en dirección al oeste de la ciudad.
Supuestamente debía reunirse con el padre de su hija en un estudio jurídico, pero nunca llegó a la cita.
Su auto fue encontrado con las puertas abiertas, estacionado en la dársena del hospital Iturraspe, y nunca más -a lo largo de tres décadas-, se encontró otro rastro de ella.