Por segunda vez en una semana las instalaciones del Club San Cristóbal Central Gallardo fueron blanco de acciones vandálicas, lo que generó lógica indignación entres sus autoridades.
Por segunda vez en una semana las instalaciones del Club San Cristóbal Central Gallardo fueron blanco de acciones vandálicas, lo que generó lógica indignación entres sus autoridades.
El último de los hechos fue descubierto en la mañana del martes cuando un trabajador llegó a la institución ubicada en Avda. de los Quinteros y descubrió que habían sido "visitados" por malvivientes.
Los intrusos se habían llevado la totalidad de los cables que abastecen de electricidad las torres de iluminación de la cancha principal, como así también alimentos y bebidas que sustrajeron de la parte del buffet.
"Es un daño muy grande el que nos han hecho. La verdad es que no sé cómo vamos a hacer para juntar el dinero para reponer el cableado de las torres. En total es una suma cercana a los 300 mil pesos; un dinero que no tenemos", dijo Gabriel Angel Dalia, miembro de la comisión directiva del lugar.
En cuanto a la modalidad del robo el dirigente explicó que "es muy fácil acceder acá. Lo único que tienen que hacer es saltar un tapial y listo, ya están adentro. Lo que no puedo creer es que la policía no pueda evitar estos hechos. Esto es un pueblo chiquito donde todos nos conocemos. Vuela una mosca y enseguida nos enteramos. Entonces me pregunto cómo la policía no sabe nada. Tengo que pensar que hay una zona liberada", agregó.
No es la primera vez que este club sufre los embates de la delincuencia.
El jueves de la semana pasada autores ignorados ingresaron a la parte donde funciona un quincho. Desde ahí sustrajeron comidas, bebidas, sillas y destrozaron una máquina para sacar muñequitos de peluche".
Y hace tres meses los amigos de lo ajeno robaron el cable de la bomba de agua que se utiliza para el regado de la cancha, como así también para otras actividades.
Al momento de buscar una explicación por lo sucedido Dalia no dudó en señalar que desde que sacaron el destacamento policial que estaba en Angel Gallardo, la situación de inseguridad se agravó.
"Los robos son permanentes... en casas de familia, a la gente en la calle. Los chicos vienen a practicar y cuando salen les roban sus motos. Es terrible cómo estamos viviendo. Lo más triste es que están matando a los clubes", sentenció.