Redacción de El Litoral
Hay pocos avances en la investigación.
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A ocho años de la desaparición de Natalia Soledad Acosta, sus padres junto con el colectivo “Ni una menos” y otras organizaciones sociales que luchan por el esclarecimiento del caso, se volvieron a reunir esta mañana en la esquina de las calles Suipacha y 25 de Mayo, la misma donde la joven de 21 años fue vista por última vez.
A diferencias de los años anteriores, ésta vez la desaparición está siendo investigado por la Justicia Federal como un posible caso de “trata de persona” y ya no como un mero “paradero”, como cuando la búsqueda estaba a cargo de la justicia provincial. El cambio de fuero fue el resultado de una larga pelea que dieron María Cristina Balán y su esposo Ariel Acosta, padres de Natalia, quienes desde su humilde vivienda de la villa del Centenario, siguieron firmes en la lucha por descubrir la verdad.
Para que ello ocurriera Ariel Acosta debió ir en persona a la casa del ministro de la Corte Suprema de la Nación, Horacio Rosatti. Con una foto de Natalia en una mano y una carta en la otra, Acosta le dejó la inquietud al nuevo integrante del máximo órgano de justicia del país. La carta, fechada el 2 de septiembre de 2016, hace un recorrido sobre lo que se investigó, pero más aún sobre lo que se dejó de investigar a lo largo de estos años.
Previamente, el 27 de mayo de 2016 el juez de Instrucción Nº 5, Darío Sánchez -Justicia provincial-, redactó un informe solicitando la intervención de la Suprema Corte de justicia de la Nación, por considerar que la desaparición de Natalia Acosta no se trataba de un delito provincial, sino que encuadraría en la figura de la trata de persona, por lo que correspondería una investigación por parte de la Justicia Federal.
Un mes antes, Sánchez había hecho el mismo pedido ante el Juzgado Federal Nº 1, a cargo de Reinaldo Rodríguez, pero éste rechazó el expediente diciendo que la pista de “trata” ya se había investigado y terminó con el “sobreseimiento” para el único imputado hasta ese entonces. Para el juez provincial (Sánchez) las medidas de prueba que solicitaba la madre “posibilitarían abrir nuevas vías de investigación en la desaparición de Natalia Acosta, siempre teniendo como norte, la hipótesis vinculada a la trata de persona cono causa de su desaparición”, indicó.
Motorizados por el entonces Defensor General de la provincia, Gabriel Ganón, los padres de Natalia lograron que la Procuración General de la Nación formalizara el 27 de octubre de 2016, un pedido a la Corte para que el caso fuera investigado como trata, puesto que “la noche de su desaparición la joven se encontraba en situación de explotación sexual, y fue en ese contexto de vulnerabilidad en que se produjo el suceso investigado”, dice el escrito.
El 1º de noviembre de 2016 la Corte nacional puso el caso en manos del juez federal nº 2, Francisco Miño y actualmente está siendo impulsada por el fiscal federal Nº 2, Walter Rodríguez, según indicó la familia de la víctima.
Dos semanas después, el Ministerio Público de la Defensa de la Nación se presentó como querellante y designó en representación de los padres de Natalia a un equipo de abogados integrado por Héctor Galarza -Defensor público de San Nicolás-; María Virginia Rodríguez -Programa de asesoramiento y patrocinio para las víctimas del delito de trata de personas-; y Mariano Rosatti -oficial mayor de la Defensoría ante los juzgados federales de Santa Fe-.
A pesar de los esfuerzos puestos en dar un golpe de timón en la investigación, seis meses después del cambio de competencia, la causa no ha dado demasiados frutos. Al menos así lo interpreta Ariel Acosta, que asegura que “lo único que investigaron este año fue una charla que tuvo mi hijo con un muchacho que dijo que sabía donde estaba Natalia”. “Lo llamaron a mi hijo a declarar, declaró y quedó en la nada porque están llamando al otro muchacho y no se presenta”, lamentó el hombre.
Recompensa
En el marco del “Programa nacional de coordinación para la búsqueda de personas ordenada por la justicia” el Ministerio de Seguridad de la Nación dictó una resolución éste verano para fijar una recompensa para quien aportara datos sobre el paradero de Natalia Acosta.
La Resolución Nº 25 del Ministerio de Seguridad de la Nación, publicada en el boletín oficial del 13 de enero último, refiere al pedido de recompensa que fue realizado por la justicia provincial cuando la causa todavía estaba en esa órbita, “para aquellas personas quienes, sin haber participado en el hecho delictual, brinden datos útiles que permitan dar con el paradero de la joven Natalia Liliana Soledad Acosta”.
Para quienes puedan colaborar, el Ministerio ofrece un número de teléfono al que comunicarse: 0800-555-5065
Última vez
Natalia Liliana Soledad Acosta tenía 21 años cuando desapareció la madrugada del 29 de mayo de 2009 de la esquina de Suipacha y 25 de Mayo. La joven mujer vivía en Santo Tomé junto a su pareja, pero era prostituida en el microcentro de la capital. Natalia tiene la tez blanca, es morocha y usaba extensiones. La última vez que la vieron vestía un pantalón de jean claro, campera inflable y botas negras.