Por José Luis Pagés
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En barrio Schneider -jurisdicción de la Seccional 6a.- la policía investiga el asesinato de una mujer, mayor de noventa años de edad.
El crimen ocurrió entre viernes y sábado en Agustín Delgado 3980, pero recién esta madrugada se puso en evidencia cuando los bomberos llegaron a la casa que había tomado fuego.
A las cuatro de la mañana los vecinos alertaron al Cuartel Zona Norte y la dotación que se dirigió al lugar para apagar las llamas pudo preservar la escena del crimen.
En una de las habitaciones de la vivienda, típica construcción de los años cincuenta, yacía el cuerpo sin vida de Mónica Elvira Cuddé.
La mujer, de quien nada sabían sus vecinos desde el último viernes, habría muerto por sofocación, con una bolsa de nylon ajustada en la cabeza.
Quienes hoy tuvieron la intención de borrar las huellas del crimen mediante el fuego de un incendio esparcieron ropa de cama y otras prendas que rociaron con alcohol.
La incalificable acción criminal concluyó cuando el asesino prendió la llama de un encendedor y se retiró del inmueble dejando la puerta cerrada con llave.
Luego, el pronto arribo de los servidores públicos evitó que el fuego se propagara por toda la superficie alcanzando la habitación donde yacía el cuerpo envuelto en una frazada.
Mónica Elvira Cuddé, de 91 años de edad, era una antigua vecina del barrio que -desde la muerte de su madre- vivía sola en el inmueble siniestrado.
Algunos de sus vecinos recordaron que la vida de “Moni” se alteró a partir de 2009 cuando varios desconocidos desvalijaron su casa.
La pobre mujer salió entonces en busca de ayuda y quienes le tendieron una mano le ofrecieron un lugar en la mesa familiar, todos los días.
Por aquello de donde comen dos comen tres “Moni” logró sobrevivir hasta el último jueves, acaso el viernes cuando faltó a la cita diaria con sus vecinas.
Dora dijo que -alarmada- deslizó un papel con un mensaje bajo su puerta, pero “Moni” no dio señales de vida.
Las mujeres con quienes “Moni” compartía almuerzo y cena se consolaron pensando que quizás había visitado a un pariente, aún cuando no conocían a ninguno y nadie de su familia fue encontrado por la policía hasta el mediodía de hoy.
La misma Dora hizo notar que -en consonancia con otras personas de la vecindad-, “Moni era poeta, que había escrito y publicado un libro y que recitaba largos versos porque era una persona culta y tenía una memoria prodigiosa”.
Otra de las versiones recogidas en el barrio Schneider esta mañana indica que “Moni” debía contar con el dinero de una jubilación porque se había desempeñado en la administración pública provincial.
Una pregunta que quema es quién y por qué mató a la anciana intentando desdibujar la escena del crimen 48 horas después.
Quizás el asesino fue un desconocido a quien ella misma franqueó el acceso a su casa en un momento de distracción, en un descuido.
Pero si acaso alguien cobraba la jubilación de “Moni” -por cajero o en ventanilla- seguramente, será materia de investigación. Si la propiedad despertó la codicia de alguien, también.
La casa de “Moni” Cudde estaba plantada sobre un amplio terreno, a escasos metros de avenida Blas Parerera. La construcción cuenta con una sala de recibo, dos dormitorios, cocina, comedor y baño, además de un amplio patio.
A la acción de los bomberos siguieron las primeras actuaciones sumarias a cargo de los agentes de la Seccional 6a., pero en el curso de la mañana la Sección Homicidios de la Unidad Regional I siguió adelante con la pesquisa.