Danilo Chiapello
Lo dice Yanina, la mujer embarazada que este domingo fue asaltada por un delincuente, el que luego asesinó a un vecino.
Danilo Chiapello
El crimen brutal de Ariel Martín Castelló (42) dejó a los vecinos de barrio Roma sumidos en un mar de tristeza y bronca.
Ambas emociones este lunes podían palparse en los alrededores de Juan D. de Solís y Tucumán (lugar del hecho), donde muchas personas aún seguían comentando los detalles de tan cruento suceso, ocurrido en la siesta del domingo.
Como siempre sucede, el drama comenzó a gestarse de manera imperceptible.
Eran las 15.30 y Ariel, como muchos santafesinos, disfrutaba de la sobremesa del domingo, cuando se vio sobresaltado por los gritos de dos mujeres. Ni bien se asomó a la calle observó que algunos hombres intentaban retener a un sujeto, al que acusaban de haber intentado robar una cartera. Sin dudarlo, Ariel se sumó para ayudar.
Pero en medio de los forcejeos, el malviviente (un joven de 20 años) alcanzó a manotear el arma de fuego que llevaba consigo y efectuó varios tiros.
Uno de los disparos alcanzó a Ariel en la zona del abdomen.
Fue un familiar del infortunado quien se acercó para auxiliarlo en momentos que Ariel ya comenzaba a perder el conocimiento. Con la urgencia del caso, lo subieron a un vehículo particular y salieron raudos hasta el hospital Cullen donde llegó en condición crítica. Los médicos que lo recibieron intentaron algunas maniobras, aunque pese a los esfuerzos realizados finalmente se produjo su deceso.
A todo esto ya varios uniformados habían arribado al lugar del suceso desde donde se incautaron de la pistola, calibre 9 mm. que portaba el delincuente. Poco después el rufián fue trasladado a la sede policial donde se constató que tenía visibles lesiones producto de la golpiza.
Este individuo, pese a su edad, contaría con una vasta “trayectoria” en materia delictiva. Según trascendió es oriundo de Villa Oculta y sería sobrino de uno de los cabecillas de la barra brava del club Unión.
“No sentía nada”
Yanina es la joven que ayer fue víctima del asalto. Está cursando el 8º mes de embarazo y aún no puede recuperarse de lo vivido.
Así y todo, esta mañana mantuvo un diálogo con un grupo de periodistas donde narró detalles de lo sucedido.
“La verdad es que mucho no puedo contar, porque después de lo que pasó yo estaba muy nerviosa... en estado de shock. Me fui a hacer atender al hospital más que nada por mi bebé, porque no lo sentía. No sentía nada”, comenzó su relato.
“Lo único que hice fue salir corriendo, después no vi más nada. En ese momento no había nadie en la calle”, agregó.
En cuanto a la secuencia del hecho dijo que “el tipo apareció de golpe y nos arrinconó contra la puerta de mi casa. Un muchacho bien vestido, con casco. Además tenía una moto nueva. Jamás me imaginé que me quería robar. Podía ser un amigo de mi hijo, o alguien que preguntaba por alguna dirección. Mi hermana me dice que primero estuvo parado enfrente y después se nos vino encima”.
“Yo salí corriendo hasta que llegué a la casa de un vecino. Ahí fue cuando escuché los tres disparos. Lo único que pensé fue ‘mi hijo, por Dios’, porque yo sabía que mi otro hijo estaba adentro de mi casa. Y como tiene 17 años no sabía cómo iba a reaccionar. Tenía temor porque quizás había escuchado los gritos y podía haber salido a la calle.
“Lo único que miraba para atrás y podía ver que no me siguiera en la moto. A mí me apuntó con el arma y me la apoyó en la panza. Entonces suelto la cartera y mi hermana me la agarra. Yo me saqué las sandalias y me largué a correr, y correr... sin pensar si el tipo me podía disparar. Mi hermana me agarró la cartera y también se puso a correr. Al tipo no le importaba nada. Ya traía el arma cargada”, cerró.
Ariel Castelló en una imagen familiar. Foto: Facebook.
Indignación y dolor
Ariel Castelló era un joven arquitecto que desde hace años se desempeñaba en la Dirección Provincial de Vialidad. Casado con Anabella y padre de dos niños de 9 y 2 años.
Nacido y criado en barrio Roma, supo ganarse el respeto y el cariño de todos los vecinos que hoy no encuentran consuelo ante su inesperada partida.
“Esto no puede seguir así. ¿Hasta cuándo nos van a seguir matando? Ariel era un muchacho ejemplar, que no molestaba a nadie. Y ahora lo estamos llorando. Este barrio está arruinado por la delincuencia. Todos los días nos enteramos de robos en casas de familia o de mujeres que son revolcadas en la calle para sacarles su cartera. Hace poco también asesinaron a un taxista. Hacemos las denuncias pero nadie nos escucha. Basta por favor!!!!”, señalaron indignados.