Con el título “Qué le pasó a Ariel Goyeneche”, amigos y familiares de Ariel Goyeneche, hicieron circular un comunicado en el que formularon una serie de preguntas en torno al procedimiento y pusieron en cuestionamiento el accionar de los funcionarios que participaron de la detención y posterior muerte del hombre.
Cabe recordar que el lunes 12 de febrero, por la madrugada, el llamado de un vecino de calle Piedrabuena alertó a la Policía sobre la presencia de un desconocido que merodeaba por los techos de las casas de la zona. Hasta allí llegaron los efectivos de comisaría segunda y se llevaron detenido a Ariel Goyeneche, quien luego murió en la vereda frente a la dependencia policial.
El comunicado comienza considerando a la cuenta de la red social Facebook de un sitio dedicado a la información de hechos policiales como “vocero policial” y analiza que en un posteo se sostuvo que “a las 5.45 del lunes 12 de febrero, se produce un llamado en calle Piedrabuena”.
Luego, aborda que “el primer dato es el horario de contacto entre los efectivos y Ariel Goyeneche, de 38 años de edad, padre de una niña de 12”, y precisa que “Ariel se dedicaba a vender libros de leyes, de diversas editoriales, y cursó hasta cuarto año de abogacía entre la UNL y la UCA. Fue abordado por la policía en la calle, luego lo suben al móvil con la observación directa de que su estado no era ‘normal’, según dice el funcionario en la nota citada como fuente, estaba en estado de alucinación y paranoia”.
A paso seguido, cuestiona que “no lo llevan al hospital, no llaman a la ambulancia, en su lugar lo suben al móvil en calidad de demorado (aunque su único ‘ilícito’ era estar en un techo del que se bajó solo, y se identificó por propia voluntad) accede a las diligencias sin inconvenientes, dice el vocero”.
En aquella línea de análisis, señala que el sitio indica que “en su cronología, el funcionario, dice que al llegar al semáforo comienza a tirar patadas. Se refiere a la señalización ubicada a metros de la comisaría segunda, en calle Belgrano y Gualeguaychú de Paraná. Son escasas 15 cuadras, más o menos, del primer contacto. Dice luego que se descompensa e inician maniobras de RCP”. También sostiene que “marca, el funcionario, en su discurso que ‘los efectivos no tienen evidencia de confrontación’ y niega un accionar violento. Dice que es trasladado al hospital San Martín, pero esto sucede bastante después de la descompensación a la que aduce, ya entrada la mañana”.
Hasta allí el comunicado realiza una cronología de los hechos según el posteo en la red social y comienza a abordar “algunos interrogantes”. En ese sentido pregunta “¿qué pasó en esas horas comprendidas entre el contacto policial (5.45) y el deceso de Ariel?”; “¿cómo es que, en un simple operativo por contravención sin delito (sic) (o aunque lo hubiera - invasión de morada-), el demorado para identificación termina muerto por asfixia (según reveló la autopsia preliminar)?”.
Otras preguntas que esperan respuesta por parte de familiares y allegados que se formularon en el comunicado interrogaron respecto a “¿por qué no se aplica en Entre Ríos el protocolo correspondiente a estos casos que sugiere la nación?”, añadiendo que “no llega ambulancia ni personal de salud hasta luego del deceso. La patrulla estaba a escasas cuadras del hospital San Martín”, y añade otro interrogante “si se descompensa de inmediato, ¿por qué no lo llevaron directo al nosocomio? Sólo los separaban 300 metros”.
Un punto que generó el enojo de los allegados a Goyeneche consistió en interrogar sobre “¿cuál es el accionar ‘destacado’ (según el vocero) del personal policial, al que se le muere un detenido en la puerta del destacamento? En el mismo sitio donde se publicó la declaración oficial, se puede ver un video filmado por un vecino, desde un edificio. Ese registro comienza de noche, con el detenido boca abajo y esposado en la vereda de enfrente a la comisaría”.
Respecto de aquel registro, destaca que “es un video de dominio público y viral, fácilmente verificable, donde se escuchan los gritos y pedido de ayuda del detenido, mientras yace boca abajo esposado y presionado por los uniformados. Finaliza con la ambulancia llegando bien entrada la mañana. En ese material, se ve que no había resistencia, ni posibilidad de ella. Cabe repetir que estaba boca abajo y esposado. No llega ambulancia alguna, ni personal de salud, no se ven maniobras de RCP solo se escuchan gritos de Ariel Goyeneche, presionado por dos efectivos contra el cemento”.
El comunicado resalta que “el video transcurre, hay no menos de seis efectivos que van y vienen, con el detenido en esa situación sin que los funcionarios dejen de tenerlo contra el piso, rodilla al torso, comprimiendo claramente el tórax. Al final, con la luz del día ya entrada, comienzan las maniobras de RCP viendo que Ariel Goyeneche estaba claramente muerto. Una vez finalizado ese procedimiento, llega la ambulancia”.
En el comunicado se sostuvo que aquella secuencia “arroja otras preguntas: ¿por qué el vocero policial saltea todo ese tiempo, pasa directo del móvil a las maniobras de RCP? ¿Cómo una persona esposada, en la parte de atrás de un patrullero, rompe un cristal antibalas (como lo atribuye el policía) de una patada sin recorrido, sentado? Finalmente hay una certeza, arrojada por la autopsia preliminar: Ariel murió por asfixia, en la calle, frente al destacamento ante los ojos de no menos de seis efectivos policiales”.
En otro tramo del comunicado se recordó que “el lema de la policía es ‘proteger y servir’” y se consideró que “esa protección es para todos, porque según la ley todo detenido es inocente hasta probar lo contrario. Y claramente, es el Poder Judicial quién decide culpabilidad o no. De esta manera, nos queda otra pregunta para cerrar esta reseña: ¿Por qué Ariel no fue protegido por los efectivos? Nunca hablaron de denuncia de robo, nunca hablaron de violencia a terceros y sí, lo hace este vocero, de un brote ‘paranoico’ generado por sustancias”.
Otra pregunta, que según el comunicado tendría una respuesta “simple”, consistió en “si la policía no lo abordaba, ¿Ariel estaría muerto? Cabe destacar que desde nación hay un protocolo a implementar en estas circunstancias, no se puede ‘arrestar por las dudas’ a alguien que está bajo efectos de sustancias (alcohol, tranquilizantes, antidepresivos, ansiolíticos o cualquier otra), según lo publicado por el Ministerio de Seguridad de la Nación.
Las recomendaciones se citaron de manera textual en el comunicado: “Recuerde que solicitar la atención inmediata del equipo de salud es la primera estrategia de mayor utilidad y prioridad en estas situaciones de urgencia, particularmente cuando la evaluación inicial permite sospechar o incluso confirmar la intoxicación o abstinencia de sustancias, o bien la presencia de otros padecimientos físicos y mentales”.
Finalmente, el comunicado planteó: “Leer esto nos deja otra pregunta, si Ariel era abordado por fuerzas federales en vez de provinciales, ¿hubiera fallecido por asfixia? La conclusión es de cada quién, pero, una cosa es segura: Ariel merecía ayuda y merece justicia”.
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