El mediodía del lunes una sucursal de la heladería Grido, ubicada en Artigas y avenida López y Planes, se convirtió en el escenario de un asalto tan impactante como particular. Todo ocurrió minutos después de las 13,30 cuando dos delincuentes ingresaron al local a cara descubierta, con movimientos rápidos y seguros que quedaron registrados por la cámara de seguridad.
Uno de ellos vestía ropa oscura; el otro, bermudas blancas y un buzo deportivo, ocultando parcialmente su rostro con una gorra y la capucha. Sin perder tiempo, ambos se posicionaron a los extremos del mostrador y, en un movimiento coordinado, pasaron del otro lado, donde estaban las dos empleadas.
Uno de los asaltantes, mientras insinuaba tener un arma oculta bajo su remera, se encargó de intimidar a las trabajadoras, mientras su compañero vaciaba la caja registradora. El ambiente era de tensión absoluta. Consumado el robo, el ladrón de las bermudas salió primero del local, pero lo que ocurrió después sorprendió aún más.
Un gesto inesperado
El segundo delincuente, antes de seguir a su cómplice, tuvo un gesto que dejó a todos desconcertados: se acercó a una de las empleadas y le dio un beso en la mejilla. Acto seguido, lanzó amenazas para asegurarse de que no pidieran ayuda de inmediato y abandonó el lugar.
El video muestra cómo, tras la partida de los delincuentes, las dos mujeres quedaron visiblemente afectadas. Una se llevó las manos al rostro, intentando procesar lo ocurrido, mientras que la otra, la receptora del inesperado beso, se frotaba el pecho en un gesto de angustia.
Investigación en curso
El hecho generó una gran repercusión en el barrio, no solo por el robo en sí, sino por el extraño comportamiento de uno de los asaltantes. Las autoridades ya están trabajando con las imágenes de las cámaras de seguridad para identificar a los responsables.
Mirá tambiénMotociclista herido tras un derrape y choque en el Puente CarreteroPor su parte, vecinos y comerciantes de la zona expresaron su preocupación por los constantes robos. Mientras tanto, las empleadas de la heladería intentan recuperarse del impacto emocional de este asalto, que tuvo un desenlace tan absurdo como inquietante.
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