Danilo Chiapello
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Un hombre fue asesinado esta mañana y su esposa resultó herida por un delincuente que los asaltó en plena calle, en grave suceso ocurrido en barrio María Selva.
La víctima fatal resultó ser Esteban Martín Baragiola, de 54 años, el que dejó de existir a poco de recibir un impacto de bala a la altura del mentón. En tanto su esposa, Delia Gloria Peleato (52) permanece hospitalizada como consecuencia de un balazo que sufrió en su pierna izquierda.
La secuencia se inició hoy, minutos antes de las 5.30, cuando los nombrados regresaban de una fiesta de casamiento a la que habían concurrido anoche.
Los esposos habían dejado su automóvil en una cochera que se ubica sobre calle Castelli al 2200 y caminaban juntos en dirección a su domicilio, en Belgrano al 6700.
Fue en dicha circunstancia cuando apareció en la escena un sujeto que se conducía a bordo de una moto, el que irrumpió circulando de contramano por calle Belgrano.
Del rufián se supo que es un hombre joven, el que cubría su rostro con la capucha de un buzo de color gris. La motocicleta en la que se conducía era de baja cilindrada, (“una motito”, según dijeron los testigos) de color rojo o naranja.
El malviviente salió al cruce del matrimonio y sin mayores trámites encañonó a Baragiola. Bajo amenazas y a punta de pistola el hombre fue despojado de su billetera y su teléfono celular.
Sin embargo el botín obtenido pareció no conformar al ladrón que reclamó la entrega de más pertenencias y objetos de valor.
Algunas versiones dan cuenta de que Baragiola intentó resistir el atraco. No obstante otras voces indican que no se produjo forcejeo alguno.
Lo cierto es que en un momento dado el rufián descerrajó un disparo el que impactó de lleno en el rostro del infortunado, a la altura del mentón.
Ya herido de muerte, Baragiola se desplomó sobre el pavimento y cayó contra el cordón, donde al cabo de algunos minutos dejó de existir.
No conforme con lo hecho hasta allí el delincuente ejecutó un segundo disparo; ahora contra la esposa de Baragiola. El proyectil impactó a la mujer en su pierna izquierda, a la altura de la rodilla.
Cometida la demencial faena su autor trepó a la “motito” y se dio a la fuga. Algunos testimonios dan cuenta que lo vieron cruzar avenida Galicia y seguir rumbo hacia la zona norte.
“¡Auxilio... nos asaltaron!”
“¡Auxilio por favor... nos asaltaron!”. Los gritos de Delia Peleato fueron escuchados por una vecina que ocasionalmente se encontraba despierta.
“Yo escuché los disparos claramente..., fueron dos”, dijo una de nuestras entrevistadas. “Enseguida me di cuenta de que algo tremendo había pasado”, agregó.
Segundos después alguien tocó el timbre de esa casa de manera desesperada. Apenas abrió la puerta la vecina escuchó los ruegos de la esposa Baragiola. “Por favor que alguien nos ayude. Estamos heridos...” imploró la mujer de manera desesperada.
Segundos después algunas personas se comunicaron con el 911 y dieron cuenta de lo acontecido. Para esta parte ya dos taxistas habían advertido la situación y detuvieron sus vehículos.
Poco después llegaban al lugar las autoridades de la Unidad Regional I, el comisario mayor Rafael Grau y el subjefe, comisario principal Reinaldo Keiner, junto a sus principales colaboradores quienes de inmediato tomaron cartas en el asunto.
A todo esto la señora Peleato era conducida hasta el hospital Cullen. Al cierre de esta edición la mujer permanecía internada aunque bajo los efectos de una severa crisis por los terribles momentos vividos.
El querido “Tonga”
Esteban Martín Baragiola se desempeñaba como empleado bancario en la casa central del Banco Macro, en la peatonal San Martín.
Dueño de un carisma particular a lo largo de los años supo ganarse el cariño y el respeto de sus compañeros de trabajo los que hoy no salían del estupor al enterarse de lo sucedido.
Pero Esteban no sólo era muy conocido en el ámbito bancario.
“El Tonga”, como le decían sus íntimos, también supo estrechar vínculos y cosechar amigos dentro del Jockey Club, donde despuntaba “el vicio” como gran jugador de golf.
A su vez el apellido Baragiola está íntimamente ligado a la historia profunda del Club Atlético Unión. Basta sólo mencionar que fue en casa del bisabuelo de Esteban donde se sentaron las bases para la fundación del club “Tatengue”.
La canción oficial del Club Unión recuerda esta instancia en uno de sus versos.
El apellido del Himno a Unión
“En 1907 cuando el Alumni daba glorias mil / en casa de los Baragiola con mucha euforia un 15 de abril / nace nuestro club del alma con los colores que de aquél heredó / para perdurar la historia con la misma gloria que nos hace sentir / el orgullo de ser unionista corazón deportista que nos late así: / Unión, Unión, Unión, Tate querido, Unión, Unión, vos estás muy dentro mío. // Mi destino está ligado a tu destino / sos como el Sol que alumbra mi camino / con vos siempre estaré querido Unión de Santa Fe”, dicen las primeras estrofas y el coro del Himno del club de la avenida.