Aparecen de repente y actúan sin piedad. Son los denominados "motochorros", una verdadera "peste" que desde hace años azota la ciudad de Santa Fe que nunca los pudo erradicar.
Uno de los hechos ocurrió en Guadalupe, en calle Defensa al 6700. El otro en barrio Constituyentes, zona de Hipólito Yrigoyen 3300.
Aparecen de repente y actúan sin piedad. Son los denominados "motochorros", una verdadera "peste" que desde hace años azota la ciudad de Santa Fe que nunca los pudo erradicar.
Otra característica de estos delincuentes es que sus víctimas, casi siempre, son mujeres.
En los últimos días se supo de dos ataques brutales consumados en las calles de dos barrios emblemáticos de la ciudad. Uno en la zona residencial de Guadalupe y el otro en barrio Constituyentes.
El primero de los hechos ocurrió el mediodía del martes en calle Defensa al 6700, entre Castelli y Zeballos. Una cámara de seguridad privada captó la secuencia de la cobarde acción.
En las imágenes se ve como una mujer estaciona su vehículo particular en la citada calle. Desciende del rodado y entabla un diálogo con una vecina. En eso pasa por el lugar una moto con dos individuos a bordo.
Hasta aquí nada que pueda llamar la atención. Excepto que segundos después los motociclistas vuelven a aparecer en escena y desatan la locura.
Uno de los hombres se baja de la moto y arremete contra la mujer que, a modo de defensa, arrojó su cartera a la calle. No obstante el malviviente no se dio por satisfecho y comenzó a correr a la víctima por la vereda hasta que logró hacerla caer.
Consumada la acción sus autores se dieron a la fuga, mientras la mujer fue auxiliada por algunos vecinos.
El otro incidente ocurrió la tarde del miércoles en Hipólito Yrigoyen al 3300.
A diferencia con el caso precedente, aquí la víctima fue un joven que caminaba por la vereda cuando es sorprendida por dos sujetos que se conducían en una moto.
Uno de los ladrones bajó del rodado y comenzó a forcejear con la mujer que llevaba una mochila. La resistencia de la víctima fue de vital importancia, a punto tal, que finalmente los maleantes huyeron sin lograr su propósito.