Una serie de estruendos sobresaltó esta mañana a los vecinos de varios barrios del norte de la ciudad. Eran aproximadamente las 9.30 cuando se oyó el primero.
Natalia Belén Arcini tiene 21 años y vive desde pequeña en el barrio Liceo Norte, en la cuadra de Alsina al 8500. Poco tiempo atrás contrajo matrimonio y se mudó -junto a su marido, empleado de un supermercado- a una vivienda que linda con su casa materna. “Son dos chicos trabajadores, a ella la vimos crecer. Su familia es gente honrada y laburante”, coincidieron los vecinos este mediodía, todavía asombrados por lo ocurrido.
Hoy a la mañana, Natalia abrió la puerta del frente de su hogar y divisó un paquete extraño semioculto en una bolsa de basura que había en el lugar. La curiosidad la llevó a tocar ese bulto, envuelto en papel de diario, e inmediatamente sobrevino la explosión.
Se trataba de un artefacto de fabricación casera. La bomba estalló en el mismo rostro de la joven que sufrió importantes lesiones en la cabeza y los brazos. Algunos vecinos inmediatamente acudieron en su auxilio, alertados por el estampido y los gritos desesperados de la muchacha.
Uno de ellos la cargó en su camioneta y la trasladó rápidamente al Hospital Mira y López. “Gritaba mucho, tenía varias lesiones pero la más importante era la del ojo derecho. Le salía mucha sangre por un profundo corte que iba de la frente al pómulo derecho. Se desmayó en el camino”, recordó este mediodía.
Natalia recibió primeros auxilios en ese centro de salud y luego fue derivada en ambulancia hasta el Hospital José María Cullen, donde quedó internada en la Sala 8.
Según pudo saberse, la joven presenta quemaduras y cortes en ambos brazos y en el rostro. Además, los profesionales intentan determinar qué tipo de lesión tiene en el ojo derecho, que está “seriamente comprometido”.
Peritos policiales acordonaron la escena del atentado, por precaución, y luego examinaron los restos. Entre otras cosas, hallaron cables, pilas y esquirlas de distinto tipo.
Un enigmático mensaje fue hallado en el lugar por la policía. Se trataba de una nota corta y contundente: “aumento docente o lo repetiremos”.
A pocos metros
Cerca del mediodía, a una cuadra de allí, también en calle Alsina pero al 8600, un artefacto similar hizo explosión cuando un empleado de la empresa dedicada a la recolección pública de residuos levantó una bolsa. Afortunadamente, la detonación sólo dejó aturdido al trabajador, pero no le provocó heridas.
Las autoridades policiales decidieron entonces alertar a todos los vecinos para que tomen precauciones, mientras personal de la Brigada de Explosivos se dedicaba a revisar toda la zona. En este caso, se encontró otra nota con el mismo mensaje de reclamo salarial.
Sólo unos minutos después, los especialistas encontraron una tercera bomba, igual a las anteriores, escondida en un montículo de escombros, en la esquina de Alsina y Pasaje Público. Los uniformados, con los recaudos necesarios, la hicieron estallar.
Al cierre de esta edición, la policía seguía rastrillando toda la zona en busca de más bombas, mientras los investigadores tratan de hallar pistas que permitan dar con el autor de estos incalificables atentados.
La zona en el mapa satelital