Joaquín Fidalgo
[email protected]
"Esta gente actúa con la impunidad de aquellos que saben que no les va a pasar nada, de los que piensan que nunca serán alcanzados por el sistema”, se quejó esta mañana Nahuel B., quien vive en la cuadra de avenida Siete Jefes al 3600, donde ocurrió un episodio que por curioso no deja de ser muy preocupante.
“Aproximadamente a las 8.30, mi padre, que vive al lado mío, y un vecino comenzaron a escuchar ruidos extraños. También vieron una sombra. Revisaron las casas y no encontraron nada. Posteriormente, volvieron a observar cosas raras y llamaron a la policía. Los uniformados revisaron primero la casa de al lado y luego pidieron permiso para ingresar a la de mi papá. Buscaron en techos, patios y finalmente a uno se le ocurrió mirar en unos armarios que hay en un pasillo”, recordó hoy Nahuel.
La sorpresa de todos fue mayúscula cuando el agente abrió la puerta de un ropero. Adentro, “hecho un bollito”, estaba el delincuente. Este sujeto, de contextura delgada, fue esposado y retirado del lugar. Probablemente aguardaba a que los dueños de casa se retiraran para poder saquear tranquilo el lugar. A pesar de sus 19 años, ya había estado antes tras las rejas, por los delitos de “robo calificado” y “tentativa de robo”.
“Ya me advirtieron desde la Justicia que va a quedar libre en estos días -agregó-. Tenemos que empezar a preocuparnos, porque si alguien así puede hacer lo que quiere y actuar con esta impunidad, estamos mal. Y esto no es algo que sólo pase en este barrio, porque hay zonas de la ciudad en donde la cosa está mucho peor. Sólo basta leer el diario. No es una sensación. En Siete Jefes, en un mes y medio te puedo contar cuatro incidentes parecidos: el de mi padre, el de una vecina a la que encañonaron y el de mi hermano, a una cuadra, dónde le entraron a robar dos veces en menos de 48 horas. Algo está fallando. A mi viejo ya le entraron a robar en cinco o seis oportunidades.
“Tienen la modalidad de matar a los perros, con algún veneno, y a la semana te caen. Saben que, como mucho, vas a tener un cachorrito. A mi perro casi lo asesinaron a palazos hace quince días... y todo para robarme la bicicleta que tenía en el patio. Les pido a quienes conozcan algún funcionario, que le reclamen. Qué le exijan. Que le pregunten cómo se están investigando estos hechos, si es que se investigan. También invito a todos a que hagan la denuncia policial de cada hecho, porque de esa manera queda constancia de las cosas que están pasando. Si no, va a ser sólo una sensación”.
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"Esta gente actúa con la impunidad de aquellos que saben que no les va a pasar nada, de los que piensan que nunca serán alcanzados por el sistema”, se quejó esta mañana Nahuel B., quien vive en la cuadra de avenida Siete Jefes al 3600, donde ocurrió un episodio que por curioso no deja de ser muy preocupante.
“Aproximadamente a las 8.30, mi padre, que vive al lado mío, y un vecino comenzaron a escuchar ruidos extraños. También vieron una sombra. Revisaron las casas y no encontraron nada. Posteriormente, volvieron a observar cosas raras y llamaron a la policía. Los uniformados revisaron primero la casa de al lado y luego pidieron permiso para ingresar a la de mi papá. Buscaron en techos, patios y finalmente a uno se le ocurrió mirar en unos armarios que hay en un pasillo”, recordó hoy Nahuel.
La sorpresa de todos fue mayúscula cuando el agente abrió la puerta de un ropero. Adentro, “hecho un bollito”, estaba el delincuente. Este sujeto, de contextura delgada, fue esposado y retirado del lugar. Probablemente aguardaba a que los dueños de casa se retiraran para poder saquear tranquilo el lugar. A pesar de sus 19 años, ya había estado antes tras las rejas, por los delitos de “robo calificado” y “tentativa de robo”.
“Ya me advirtieron desde la Justicia que va a quedar libre en estos días -agregó-. Tenemos que empezar a preocuparnos, porque si alguien así puede hacer lo que quiere y actuar con esta impunidad, estamos mal. Y esto no es algo que sólo pase en este barrio, porque hay zonas de la ciudad en donde la cosa está mucho peor. Sólo basta leer el diario. No es una sensación. En Siete Jefes, en un mes y medio te puedo contar cuatro incidentes parecidos: el de mi padre, el de una vecina a la que encañonaron y el de mi hermano, a una cuadra, dónde le entraron a robar dos veces en menos de 48 horas. Algo está fallando. A mi viejo ya le entraron a robar en cinco o seis oportunidades.
“Tienen la modalidad de matar a los perros, con algún veneno, y a la semana te caen. Saben que, como mucho, vas a tener un cachorrito. A mi perro casi lo asesinaron a palazos hace quince días... y todo para robarme la bicicleta que tenía en el patio. Les pido a quienes conozcan algún funcionario, que le reclamen. Qué le exijan. Que le pregunten cómo se están investigando estos hechos, si es que se investigan. También invito a todos a que hagan la denuncia policial de cada hecho, porque de esa manera queda constancia de las cosas que están pasando. Si no, va a ser sólo una sensación”.
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