El expolicía provincial Carlos Alberto “Pipi” Maldonado fue trasladado este lunes al Juzgado Federal N° 2, para ser indagado por el delito de “confabulación” para el tráfico de estupefacientes, en relación al hallazgo de una avioneta abandonada el sábado 22 de febrero en un camino rural de la localidad de Naré, en el departamento San Justo. En tanto, permanece tras las rejas el piloto Juan Adrián Fleitas González, cuya declaración fue determinante para poder identificar a los demás integrantes de la banda.
Maldonado se encuentra detenido desde el sábado 29, cuando una comisión de la Policía provincial lo alcanzó en la ciudad de Tostado, en el departamento 9 de Julio. Según se investiga, apenas se enteró que el piloto había sido apresado en Gobernador Crespo, mientras emprendía el regreso a Paraguay por tierra, en un remís que tomó en Santa Fe, “Pipi” decidió buscar refugio y alejarse de sus domicilios habituales.
De hecho el sábado último fueron allanados 12 lugares en las ciudades de Santa Fe, Lanús Oeste y Laguna Paiva; los últimos, donde tiene radicado el domicilio Maldonado.
Actualmente la investigación por el presunto transporte de 200 kilos marihuana de Paraguay a Santa Fe, cuenta con dos detenidos, dos personas prófugas y el pedido de secuestro de dos vehículos: un Fiat Palio azul oscuro y un Ford Focus rojo, los cuales fueron utilizados para descargar la aeronave y trasladar la droga junto al piloto rumbo a la ciudad capital, previo paso por Laguna Paiva.
En cuanto a los prófugos, se trata de Claudio Andrés “La Pulga” Casco y su pareja Lorena Guadalupe Melgarejo, quienes ya fueron investigados por narcotráfico en una causa que se frustró gracias a la protección que recibían de la brigada de calle de la delegación local de la Policía Federal, la cual fue desbaratada en mayo del año pasado.
El derrotero seguido por la Brigada Antinarcóticos de la policía provincial, junto con el equipo de trabajo de la Fiscalía Federal N° 2, a cargo del Dr. Walter Rodríguez, permitió conocer, en menos de una semana, quiénes y cómo asistieron al piloto caído en desgracia.
Para el fiscal Rodríguez está acreditado que Fleitas González era quien tripulaba la nave, de hecho así lo habría reconocido en su declaración indagatoria la semana pasada. El acusado, quedó detenido el domingo cuando viajaba por la ruta 11 a la altura de Gobernador Crespo, con destino al Chaco o a un punto fronterizo donde pudiera cruzar hacia Paraguay. No llevaba documentos ni equipaje y tenía en su poder una abultada suma de dinero.
Una vez que reconoció haber formado parte de la maniobra, el hombre relató que debía bajar en un campo, pero que no pudo hacerlo por las condiciones del terreno. Entonces, tras sobrevolar la zona, decidió bajar donde estaba el Palio azul esperándolo, puesto que además se estaba quedando sin combustible. En la maniobra, una de las alas se enredó con un alambrado y el avión sufrió una avería que no le permitió remontar vuelo.
También dijo que un tal “Pipi” lo ayudó a bajar del avión y juntos trasladaron la droga -unos 200 kilos de marihuana- al auto y también recordó que el conductor saludó al puestero que está en el cruce del ferrocarril antes de emprender la retirada. Para tranquilizarlo, su anfitrión le dijo que tenía 25 años en la policía y que él sabía “como era todo”.
Si bien tuvieron la precaución de utilizar caminos secundarios y rutas provinciales, el paso del auto quedó registrado en las cámaras de seguridad de distintas localidades, hasta su ingreso a Laguna Paiva, donde se acopló en la maniobra el Ford Focus rojo conducido por un hombre que fue descripto como “visco” y llamado “Claudio”, señas particulares coincidentes con el perfil de Casco.
Como resultado de la pesquisa, se pudo constatar que el trayecto finalizó en Pasaje Romero al 7700 de Santa Fe, entre las calles Pavón y Ayacucho, en la zona norte de la ciudad.
El aviador remarcó que bajaron de la ruta y entraron a una villa, donde Casco le llamó un remís y le dio $ 30.000 para que regresara a Paraguay.
En ese derrotero, el Focus fue tomado por las cámaras de avenida Blas Parera y Teniente Loza y de los datos del Registro de la Propiedad Automotor surgió que está a nombre de otro sujeto que fuera investigado por el tráfico de estupefacientes en 2018 de apellido Santos Villa, con autorización de manejo en favor de Melgarejo y Casco. También se supo que ese vehículo tiene más de 12 cruces fronterizos a Bolivia Paraguay y Brasil sólo en 2017.
Así las cosas, la Justicia analiza una trama en la que de manera recurrente aparecen actores conocidos, entrelazados por las conveniencias del negocio y al amparo de la protección policial, cuyos miembros -sin distinción de fuerzas- completan el esquema de tráfico y corrupción que sigue en pié más allá de los nombres.
Carlos Alberto “Pipi” Maldonado trabajó como empleado policial hasta mediados de 2017, cuando el fiscal Walter Rodríguez logró vincularlo a una causa en la que investigaba al ex candidato a concejal Luis Ángel “Coco” Bergallo, lugarteniente y puntero barrial de la zona norte, y a dos de sus hermanos, uno de los cuales operaba desde la cárcel de Las Flores, donde se encontraba preso.
En ese entonces le atribuyó el delito de “confabulación, agravado por su calidad de efectivo policial”, e “incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Maldonado y otro policía de apellido Nazara fueron imputados entonces por efectuar actos preparatorios para la comercialización de estupefacientes en el marco de la causa. De acuerdo a las escuchas telefónicas efectuadas en la pesquisa, Maldonado -junto a otras personas- procuraron abastecerse de estupefacientes con finalidad de tráfico. Además, de otros elementos probatorios surgía que Maldonado era el “enlace en las negociaciones de ventas de estupefacientes de la organización” y que “su participación era la de conseguir compradores, hacer entregas de muestras y coordinar puntos de encuentro”.