La investigación de una tentativa de femicidio ocurrida a mediados de septiembre en barrio La Ranita recogió testimonios de múltiples vecinas que dieron cuenta de una situación de violencia generalizada, de la que son particularmente víctimas las mujeres. Hostigamiento, amenazas, balaceras y usurpación de viviendas en un contexto de narcocriminalidad.
A mediados de septiembre una mujer y su sobrino de 6 meses resultaron heridos luego de que dos encapuchados realizaran múltiples disparos contra la casa de la madre del chiquito. La fiscal de la Unidad de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) María Celeste Minniti se hizo cargo de la investigación del hecho, en el marco de la cual imputó a dos personas, que quedaron en prisión preventiva este jueves.
Se trata de Lucas Emanuel Rodríguez y Juan Orlando Verón, a quienes les atribuyó la autoría de la "tentativa de femicidio agravado" en perjuicio de la mujer, y las "lesiones leves dolosas" causadas al bebé. Para contextualizar el porqué de la utilización de la figura de femicidio, la fiscal se refirió a la violencia de la que son objeto particularmente las mujeres en el contexto de narcocriminalidad que caracteriza la situación actual de La Ranita y alrededores.
Se recabaron los testimonios de muchas mujeres del barrio que sufrieron amenazas, hostigamientos, a quienes les balearon sus viviendas y hasta se las prendieron fuego con el objeto de usurparlas para utilizarlas -según las propias víctimas- para la venta de drogas. Durante la audiencia la fiscalía señaló a Rodríguez como quien "gobierna" la zona y perpetra estas agresiones contra mujeres en situación de vulnerabilidad, a veces en compañía de Verón. También se habló de la vinculación de ambos detenidos con el "Pulga" Casco, conocido narcotraficante que actualmente se encuentra prófugo de la justicia.
La noche del lunes 13 de septiembre una mujer ingresó al Hospital Iturraspe con una herida de bala, que tenía orificio de ingreso en el omóplato y cuyo proyectil se había alojado en su pulmón, quebrándole a su paso tres costillas. Junto a ella arribó un bebé de 6 meses que debió permanecer en observación durante 12 horas debido a un fuerte golpe en la cabeza.
Mientras los atendían, la policía se hacía presente en la casa de calle Menchaca al 9.700 donde, momentos antes, dos hombres se habían presentado armados con pistolas 9 mm y habían realizado múltiples disparos. Uno atravesó la puerta de chapa de la vivienda e hirió a la mujer, que sostenía a su sobrino en brazos y cayó encima de él.
Al ser consultadas por el violento episodio, la víctima y su hermana (la dueña de casa y mamá del chiquito herido) se refirieron a un conflicto familiar, que había escalado el día anterior a que balearan la casa. Relataron que la actual pareja de Verón es su excuñada, y que ese domingo él se presentó en su casa armado, y hubo una discusión que exacerbó cuando la familia de la pareja de él acudió también al domicilio de Menchaca al 9700.
Tenés que leerAllanamientos y detenidos por la sangrienta balacera en barrio La RanitaAl día siguiente, según el relato de las mujeres, Rodríguez intervino en la disputa al presentarse frente a la vivienda y realizar una serie de disparos contra la fachada, en plena tarde, y a pesar de que una vecina le gritaba que había chicos adentro. "A nosotros no nos importan las criaturas", él contestó. Según consta en el legajo, el muchacho es muy conocido en el barrio "porque vende droga y anda siempre a los tiros".
"Al principio parecía una cuestión familiar, pero como dato relevante la testigo dice que es habitual en Verón tener estas conductas para sacar las casas de la gente", explicó la fiscal Minniti. Cuando ambos imputados balearon la vivienda la noche del 13 de septiembre, los reconocieron. No era la primera vez que se aliaban para molestar mujeres solas.
Así la fiscalía comenzó a indagar en el barrio y contactarse con vecinas, y logró recabar diversos testimonios acerca del accionar de Rodríguez y Verón. A veces juntos -otras Rodríguez acompañado de otros varones-, amenazaron, balearon viviendas y hasta las incendiaron "con el único objeto de amedrentarlas y poder hacerse de las casa que ellas tienen, atento a que según lo manifestado por las testigos, todo el barrio sabe que los imputados están vinculados al narcotráfico".
Se entrevistó a una vecina, en cuyo relato se pudo evidenciar el patrón que se repite en las declaraciones de otras mujeres de La Ranita y alrededores, que brindaron el contexto para poder considerar el ataque en cuestión como una "tentativa de femicidio en un contexto de narcocriminalidad". Ella realizó dos denuncias, en 2018 y abril de 2021, vinculadas con sucesos en los que le tirotearon la casa para reclamarle que se fuera de allí.
En la primera se refería a lo ocurrido una noche, cuando dos jóvenes le gritaron desde una moto "te vamos a matar" y dispararon varias veces contra su vivienda. Reconoció a Rodríguez y a Verón, quienes "venden droga para el 'Pulga' Casco, que maneja el barrio y tiene mucha gente vendiendo para él". El relato está cargado de angustia y temor, "algo que caracteriza estos contextos de femicidio", puntualizó la fiscal durante su exposición.
La vecina contó que volvió a sufrir amenazas en 2019, cuando Rodríguez comenzó a ir a verla solo o en compañía de algún muchacho para insultarla a los gritos. En una ocasión incluso le habría dicho: "Vigilanta, ya sabemos que sos vos la que llamas a la cana", tras lo cual le exigió, "si no querés que te haga nada pagame". Durante aproximadamente un año le hizo entregas de tres o cuatro mil pesos, generalmente los fines de semana.
Ya en abril de 2021, señaló que Rodríguez comenzó a molestar a su hijo mayor y una tarde apareció en el patio de su casa mientras ella estaba con sus tres hijos menores de edad. Lo vio a través de la puerta abierta, "tenía un arma y comenzó a tirar, creo que al aire". Los peritos levantaron 14 vainas calibre 9mm del lugar. Al poco tiempo, fue nuevamente hasta allí para reírsele y decirle "que la policía estaba con ellos". A la noche hubo otra balacera
Las amenazas continuaron hasta septiembre, en el que se volvieron realidad. La mujer contó que una tarde estaba en su domicilio con su nuera y el bebé de ella, cuando Rodríguez se apareció en moto junto a otros varones y les empezaron a gritar "salgan que les vamos a prender fuego". Patearon la puerta de ingreso y rociaron la vivienda con nafta, mientras la joven madre les rogaba que no les hicieran nada. "Perdimos todo", se lamentó la testigo.
"Esta gente es muy peligrosa, los vecinos ya no saben qué hacer. Pretenden quedarse con las casas para tener más lugares para vender drogas". No sólo se recogieron múltiples testimonios de mujeres que fueron víctimas de hechos similares, sino que incluso en plena investigación, una de estas vecinas se comunicó con las autoridades para indicar que Rodríguez apareció en su casa y arrojó combustible "diciéndole que le iba a prender fuego la casa porque había estado con la policía".
"Fue muy difícil que declaren" señaló la fiscal en la audiencia del jueves, y mencionó que solicitaría custodia para una de las vecinas. Los relatos de estas mujeres pusieron en evidencia "un claro patrón que se da en un contexto de narcocriminalidad, al cual lamentablemente Santa Fe ya no es ajena", sostuvo Minniti, "se buscan estos 'blancos fáciles', vulnerables, mujeres solas con sus hijos".
En esto se respaldó para señalar que la balacera del 13 de septiembre en La Ranita "lógicamente se trató de una agresión de varones hacia mujeres mediando violencia de género" aclarando que "esta no necesariamente se da en un contexto de intimidad, tenemos femicidios no íntimos". Por último, aseguró que sería "imposible avanzar con la investigación -con los imputados en libertad-, ya que todos los vecinos manifiestan que tienen miedo". El juez Pablo Busaniche resolvió ordenar la prisión preventiva de Verón y Rodríguez.