Por Carlos Retamal
El intento de robo quedó descartado, ya que llevaba más de $ 100 mil en una bolsa que no fue tocada. La víctima, un abogado penalista que en su momento defendió a jóvenes vinculados con Los Monos y al llamado “Rey de la Efedrina”, recibió al menos 6 balazos y quedó internado en grave estado.
Por Carlos Retamal
Todo parece ser demencial y exagerado en Rosario. Los ataques a balazos, asaltos, arrebatos y crímenes están a la orden del día. La ciudad parece haber quedado librada a su suerte. Como ejemplos están los 5 asesinatos cometidos en menos de 10 horas; el robo cinematográfico a una empresa de caudales, o el ataque con sello sicario ocurrido durante el fin de semana, ante la vista de más de una docena de personas y a pocos metros de un club barrial de fútbol infantil donde se estaba disputando un partido.
La fiscal a cargo del caso descartó la hipótesis del robo y apuntó a “que por la mecánica del hecho, la hipótesis que manejamos es que todo fue por un problema previo que él tenía y en función de eso fue el ataque”. La víctima es un abogado penalista que estuvo vinculado a la banda Los Monos y al llamado “Rey de la Efedrina”.
Sábado. 19:30 horas. El sol se ponía en el horizonte cuando un automóvil Mercedes Benz de color negro estacionó en el extenso playón de una estación de servicio ubicada en calle Baigorria, entre Boedo y avenida Camino de los Granaderos, en el extremo norte de Rosario.
Estaba solo. No había alcanzado a apagar el motor cuando apareció una motocicleta de alta cilindrada, con dos ocupantes, que se puso a la par, del lado del conductor. En una fracción de segundos, quien iba como acompañantes sacó un arma y comenzó a gatillar.
Lo que ocurrió en pocos minutos fue digno de un film de acción clase B (como muchas de las acciones que se vienen repitiendo en la ciudad). El conductor del auto, que fue identificado como el abogado penalista Ariel González Zevallos, recibió al menos 6 impactos de bala en el cuerpo.
Robo descartado
Durante una rueda de prensa llevada a cabo en la mañana de este lunes 15 de marzo en la sede del Centro de Justicia Penal de Rosario, la fiscal de Homicidios Dolosos, Marisol Fabbro, señaló que en base a las cámaras de videovigilancia de la estación de servicios, al atacante en un momento se le trabó el arma y que un segundo después abrió la puerta del auto y volvió a disparar entre una y dos veces más, prácticamente a quemarropa.
"No le robaron nada”, aclaró la funcionaria judicial, descartando la hipótesis del intento de asalto. Además, agregó que en el interior del rodado había una bolsa con más de $ 100 mil en efectivo, que nadie amagó buscar y que también quedó en poder del abogado su teléfono celular.
Sobre las causas del ataque, la funcionaria judicial descartó la hipótesis del intento de asalto y apuntó a “un problema previo que él tenía”, aunque no abundó en más detalles sobre el tema. Solamente mencionó que manejan varias hipótesis sobre los motivos del ataque y que no descartan que el abogado haya ido hasta la estación de servicios porque fue citado.
Internado en grave estado
Luego del ataque, los motociclistas se dieron a la fuga, mientras que varias personas se acercaron hasta el hombre herido, a quien ayudaron a bajar del auto y lo acostaron a un costado del vehículo, mientras otros llamaban a la Policía y pedían una ambulancia.
Un rato más tarde, el abogado fue atendido por personal del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) y trasladado al hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, donde quedó internado con pronóstico reservado. “Ingresó con seis heridas de arma de fuego en el abdomen y piernas, y está en coma inducido con asistencia mecánica respiratoria”, indicaron fuentes del caso.
En el playón de la estación de servicios, personal del Gabinete Criminalístico secuestró 18 vainas servidas calibre 9 milímetros al costado del auto y dos plomos deformados en el interior del rodado. La puerta del lado del conductor tenía 9 impactos, siete en el vidrio y dos en la chapa.
La fiscal indicó que el abogado logró mandar un mensaje a una mujer que tenía su comercio cerca del lugar del que lo habían baleado. Cabe señalar que esa mujer llegó a auxiliarlo y estuvo junto al letrado hasta que fue trasladado en ambulancia.
Sorpresa y miedo
Vecinos de la zona que escucharon la balacera no salían de su asombro por lo ocurrido en el medio de un lugar por el que transitan muchas personas. “No creí que los tiros eran en la estación hasta que salí y vi toda la gente que se juntó”, confió un vecino que reside a pocos metros del lugar. “Fueron a buscarlo a él (por el abogado), porque no atacaron a nadie más”, agregó a modo de hipótesis.
Una mujer que vive a pocas cuadras y que el sábado fue a llevar a su hijo a jugar en la canchita del club El Torito (ubicado sobre avenida de los Granaderos, frente a la estación), contó que cuando escucharon las primeras detonaciones salieron todos corriendo a agarrar a los menores, para meterlos en el vestuario. “Tuvimos miedo por los chicos. No se puede vivir de esta manera”, dijo.
Varios residentes en la zona señalaron que a pocos metros de la estación de servicios “casi siempre” hay un patrullero o una camioneta de la Policía, “en especial cuando comienza a hacerse de noche, pero el sábado en ese momento no vimos a nadie”, señalaron en forma coincidente 3 personas.
Antecedentes
El abogado González Zevallos, de 53 años, integró parte de la defensa de Mario Roberto Segovia, conocido como “El Rey de la Efedrina”, quien fue detenido en 2009, en el marco de una serie de allanamientos que sacudieron a la zona residencial de barrio Fisherton, al noroeste de Rosario, donde Segovia tenía su casa.
Por ese caso, el propio González Zevallos estuvo detenido casi un mes e incluso llegó a estar procesado como presunto partícipe de lavado de activos y operaciones financieras.
También fue abogado defensor de hermanos Ezequiel, alias “Parásito”, y Horacio “Grasita” Fernández, de 28 y 33 años respectivamente, quienes estuvieron involucrados como asesinos a sueldo de la banda Los Monos antes de morir acribillados en un triple crimen ocurrido en abril de 2018 en una esquina del barrio Martín Fierro de Granadero Baigorria.