Juliano Salierno
El abogado querellante interpeló al juez para que rechace el planteo de la defensa. El martes está prevista la entrevista en cámara Gesell de la víctima.
Juliano Salierno
“¿Usted sabe cómo va a concurrir la hija de Baldomir a la cámara Gesell si su padre recupera la libertad ahora?”, le preguntó esta mañana el abogado querellante Alejandro Otte, al juez de cámara Jorge Andrés, que en los próximos 5 días hábiles debe resolver si confirma la prisión o le concede la libertad al ex boxeador, acusado por el abuso sexual agravado de la menor.
“Baldomir no puede en esta instancia del proceso recuperar la libertad”, insistió el abogado de la familia de la víctima, que miró hacia el estrado y volvió a interpelar al juez recordándole que “estamos a 5 días de la entrevista en cámara Gesell, cuando la niña sufrió abusos por 7 años”. “El momento sería después de la cámara Gesell”, insistió.
Siete años de silencio y miedo de una niña que a los 14 años decidió acusar a su padre de las peores aberraciones, contra cinco días más de cárcel para el hombre sobre el cual pesan las graves acusaciones.
Ese es el dilema que debe resolver el camarista Andrés, más allá de las casi tres horas de alocuciones en las que se repartieron el uso de la palabra la defensa, ejercida por los abogados Leopoldo Luis Hilbert y Luis Federico Hilbert; y los fiscales Omar de Pedro y María Lucila Nuzzo.
La defensa
Por su parte, la defensa criticó tanto el accionar de la fiscalía, al que terminó por calificar de “paupérrimo”; así como la decisión judicial de la jueza Sandra Valenti, que el 24 de noviembre dictó la medida cautelar. “El proceso en sí está contaminado” dijo Luis Hilbert padre.
“Sostenemos que la resolución no cuenta con los elementos suficientes para dictar la prisión” de Baldomir. El abogado defensor criticó que “se ha oído a una sola parte” y destacó la “orfandad procesal” del proceso.
Para el abogado de Baldomir “se ha ocasionado un perjuicio irreparable de nuestro defendido”, todo ello “con fundamentos absurdos y viciados de nulidad”, dijo.
También cuestionaron que el MPA no haya cumplido con el protocolo de Abordaje Integral para niños víctimas de abuso sexual y como eje de los agravios estuvo la ausencia de cámara Gesell.
“Hemos llegado a la detención con una entrevista” que en realidad es “un informe” de la psicóloga de la policía del Centro de Orientación a la Víctima de Violencia Familiar y Sexual. “Los dos actos más importantes en un caso de abuso sexual faltan” dijo en referencia a “la Cámara Gesell y la revisión médica”.
Por último destacó que “no se puede decidir sobre la libertad de una persona sin la cámara Gesell”, por eso “planteamos la nulidad”. “¿Yo me pregunto, el imputado no tiene derecho, o es un mono peludo, un bicho que hay que tener enjaulado?”, lanzó el letrado.
También cuestionó el peligro de fuga diciendo que si bien “es cierto que Baldomir es un boxeador conocido en el mundo, en este caso ser una persona conocida fuer contraproducente”. “¿Dónde se va a ir... -se preguntó Hilbert- ...a Estados Unidos se va a fugar?”. “Con una prohibición de salir del país se hubiera resuelto”, cerró.
Las declaraciones
El tramo más duro de la audiencia ocurrió cuando el fiscal De Pedro y la fiscal Nuzzo leyeron las declaraciones, tanto de la niña como de su madre en sede policial, y los informes de la psicóloga donde se relatan los abusos.
Al momento de responder agravios, el fiscal rebatió por inconsistentes las expresiones de la defensa. “No ha cuestionado la idoneidad de la psicóloga” y “ninguna de las cosas que dijo fueron aludidas con argumentaciones”, sostuvo De Pedro.
Publicidad con restricción
El juez Jorge Andrés, en su carácter de tribunal unipersonal de a causa Baldomir, firmó ayer una resolución en la que levantó la prohibición instaurada en la primera instancia para el ingreso del público a la sala de audiencias.
“Ante la difusión pública que ha tenido en los medios masivos de comunicación su realización, corresponde determinar si la audiencia se llevará adelante con la presencia de público o, por el contrario, la misma será reservada sólo a la presencia de las partes”, analizó el magistrado, que terminó por “admitir la presencia de terceros ajenos a las partes, en el público que asista a la audiencia”.
Como contrapartida, “se prohíbe expresamente la divulgación de los datos de identidad de la menor víctima de los hechos, como así de su domicilio y/o cualquier otro dato personal que permita identificarla” y “se prohíbe la divulgación de los hechos objeto del debate”.
En honor a la razonabilidad, el Dr. Andrés estableció una medida gradual “de tal manera de que se habilite la presencia de público en la audiencia que garantice su publicidad, en la medida que ello no conculque el derecho a la intimidad y al decoro de la víctima”.
Denuncia y detención
La ex esposa de Carlos Baldomir radicó la denuncia penal por abuso sexual el 29 de octubre, ante el Centro de Orientación a la Víctima de Violencia Familiar y Sexual de la URI. La mujer se enteró recién en junio de este año de los episodios presuntamente sufridos por su hija desde que era una nena de apenas 7 años. A raíz de la acusación, el Ministerio Público de la Acusación solicitó la detención para Baldomir, que se llevó a cabo el viernes 18 de noviembre en la ciudad de Junín, provincia de Buenos Aires, donde “el Tata” vive y trabaja desde 2010.
El 22 de noviembre fue llevado a tribunales, donde fue imputado en una audiencia oral a puertas cerradas. Dos días después -el 24 de noviembre-, la jueza de primera instancia Sandra Valenti, dictó la medida cautelar para Baldomir. En aquella oportunidad, la Dra. Valenti consideró creíble el relato de la menor y analizó los riesgos procesales teniendo en cuenta la incipiente etapa del proceso penal. También consideró imprescindible la realización de una entrevista en Cámara Gesell, puesto que es una prueba fundamental para desentrañar delitos sexuales con víctimas menores de edad.