“Jamás imaginé que mi vida podía estar en peligro. Que todo puede cambiar en cuestión de segundos”, reflexiona Sergio Leguizamón (57), quien fue víctima de un violento asalto.
“Jamás imaginé que mi vida podía estar en peligro. Que todo puede cambiar en cuestión de segundos”, reflexiona Sergio Leguizamón (57), quien fue víctima de un violento asalto.
Durante la noche del viernes, poco antes de las 21, el nombrado circulaba a bordo de su moto por la zona de Risso y San Jerónimo. Pero en un momento dado se vio sorprendido por otros dos sujetos que también aparecieron en moto y se le cruzaron adelante, obligándolo a detener su marcha.
“Uno de los tipos se bajó y me gritó que le entregara la moto. Yo intenté salir pero apenas hice unos metros me dispararon. Sentí un ardor terrible en la pierna”, comentó en diálogo con El Litoral
“Acelero y me voy contramano por Risso. Al llegar a 9 de Julio doblo hasta Padre Genesio y me paro en un kiosco que estaba lleno de gente. Allí tiré la moto. Lo que no me dí cuenta es que los delincuentes me venían siguiendo.
Otra vez se bajó uno con un revólver comenzó a mostrarlo. Las personas que había en el kiosco salieron todos corriendo del susto. Yo me puse atrás de un auto mientras los tipos se estaban llevando mi moto. Les tiré un ladrillazo y uno de los rufianes hizo otro disparo. Finalmente escaparon con las dos motos”.
Un rato después Leguizamón fue trasladado al hospital Cullen donde estuvo internado algunas horas hasta que lograron extraerle el proyectil de su pierna.
“Por suerte el balazo no tocó ninguna arteria ni el hueso. En eso tuve suerte. Igual el susto te queda para siempre”, culminó.