Una seguidilla de robos y actos vandálicos han puesto a la capilla San Nicolás de Bari (ubicada en el corazón de barrio Cabaña Leiva) al borde del abismo.
Se trata de San Nicolás de Bari. Desde hace meses sufre constantes robos hechos de vandalismo. Denuncian inacción policial.
Una seguidilla de robos y actos vandálicos han puesto a la capilla San Nicolás de Bari (ubicada en el corazón de barrio Cabaña Leiva) al borde del abismo.
Todas las semanas los "amigos de lo ajeno" hacen de las suyas y, lo que es peor, ante una alarmante inacción por parte del personal policial que "brilla por su ausencia", según denuncian allegados a esa comunidad.
Uno de los últimos hechos ocurrió anoche cuando dos malvivientes rompieron al puerta de un depósito y sustrajeron una mesa y un colchón de una plaza.
Ambos rufianes fueron apresados luego en inmediaciones de barrio Abasto. Pero esto obró como una gota en un mar, ante la enorme cantidad de hechos delictivos que dicha capilla viene sufriendo.
"Todo esto comenzó el año pasado, pero en los últimos meses ha tomado un aumento realmente desesperante", comentó Miguel Belletti, integrante de la vecinal de Cabaña Leiva.
"Al principio nos robaban las herramientas porque estábamos con reparaciones y en construcción. Se las llevaban de un depósito donde las guardábamos. Pero después de las herramientas pasaron a llevarse las rejas", agregó.
"También nos desmantelaron un sector de asador. Sacaron tres chapas de 7 metros cada una. Lo que hicieron en los baños (de hombres y de mujeres) es increíble. Se llevaron todos los sanitarios. Ni las canillas nos dejaron", se lamentó.
Pero la enumeración de hechos delictivos no termina allí.
"Para defendernos volvimos a poner rejas, pero se las robaron", continuó Belletti. "Después se la agarraron con la casa parroquial. Vandalizaron sus puertas y se llevaron de todo".
"Lo mismo pasó con las aulas donde se da Catequesis. De allí se robaron dos mesas de pino, 12 sillas y un tablón. Una de las aulas quedó inutilizada por los daños".
"Ante tal situación el Padre me dice 'vamos a poner mesas y sillas en otra aula para dar Catequesis. Lo hicimos y a los tres días la vaciaron. Se llevaron cuatro mesas de pino y 28 sillas de madera".
"Quisimos asegurar el depósito pero vinieron ladrones y rompieron una puerta a patadas. Nos robaron un ventilador de pie y una batería. Pudimos poner otra ventilador y a los dos días volvieron a entrar y se lo llevaron junto a una cama de 1 plaza".
En otra parte Belletti apuntó que "en ese sector del barrio donde está la capilla (Juan Baustista de Lasalle y Grandoli) hay buena iluminación, y sin embargo los robos se dan igual.
"El problema no es la iluminación, sino que la policía hace mal su trabajo. Yo hace unos días me quedé en la capilla para cuidar y en toda la noche no pasó un solo patrullero", se quejó.
"No sé si esto es una zona liberada, pero me parece muy raro todo. Hace 20 días hicimos una petición en la subcomisaría 18 y dijimos que íbamos a cortar la ruta por la inseguridad. Entonces esa semana se pusieron a patrullar y después dejaron. Lo cierto es que ahora la situación es desesperante. Nos sentimos abandonados", culminó.