Redacción de El Litoral
Se conocieron imágenes que muestran privilegios para algunos presos. En esta nota: la indignación de los familiares de las víctimas. La palabra del director general del Servicio Penitenciario de la provincia
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Una pileta en medio del pabellón 7; una “pollada” generosa; habanos; uso de televisión y computadoras; etc. Hoy se conocieron imágenes que evidencian que la vida en la cárcel de Coronda, “para algunos”, no es tan dura.
Entre los “privilegios”, los presos tienen: libre acceso a Internet, con el sabido uso de redes sociales; “polladas”, generosas para muchos de los internos; exhibición de facas y otros objetos ultra-prohibidos en establecimientos de estas características.
El colmo de esta situación es la instalación de una pileta de lona plástica en el interior de uno de los pabellones (sería el siete), donde los reclusos alivian el intenso calor de este verano.
El acceso a esta pileta estaría controlado por quien fue sindicado como uno de los líderes de la barra brava de Colón, Juan Abel “Quique” Leiva, quien aparece en la fotografía junto a Cristian “Gusano” Vera.
Cabe recordar que Leiva purga una condena por el homicidio de Walter Montaner ocurrido en la ciudad de Santa Fe, la mañana del domingo 13 de octubre de 2013, en un pub de la Recoleta.
Por su parte, Vera fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de su ex pareja Griselda Correa.
Indignación y dolor
Las imágenes que hoy tomaron estado público provocaron lógica indignación entre los familiares y allegados a las víctimas.
Raúl Gonzalez Montaner (padre de Walter) apuntó sus dardos contra las autoridades de la cárcel “que permiten estos privilegios. Esto supera todo lo conocido y es un fiel reflejo de la corrupción existente”, sentenció.
“Tiempo atrás, en la cárcel no se podía tener ni un ventilador a pilas. Y ahora tenemos que soportar estas imágenes que son obscenas”, sentenció.
En tanto Susana Montes (madre de Griselda) denunció que el condenado por matar a su hija “ahora se da el lujo de amenazarme por Facebook. Dice que la venganza va a ser terrible”.
Agregó que “aquí tanto el juez como muchas autoridades van a tener que dar explicaciones. Es una burla que les hacen a todas las víctimas de la violencia”, cerró.
Historia “negra”
El Instituto Correccional Modelo U1 Dr. César Tabares, más conocido como cárcel de Coronda, es el mayor establecimiento penitenciario en funcionamiento en la Provincia de Santa Fe, Argentina. Se encuentra en la ciudad de Coronda, cabecera del departamento San Jerónimo. Fue inaugurada el 12 de agosto de 1933. Cuenta con una capacidad para 1.100 internos y tiene una población que supera ampliamente su capacidad.
Es conocida por su rivalidad entre rosarinos y santafesinos y la gran cantidad de incidentes que se produjeron entre ellos.
Cuenta con un total de 12 pabellones, con sectores exclusivos para rosarinos y otros tantos para santafesinos, los cuales fueron reasignados desde la masacre de 2005.
“La pileta no está prohibida”
Consultado al respecto, el director general de Servicio Penitenciario de la provincia, Pablo Cococcioni, dijo que “el tema de la pileta no es ilegal. Para nosotros no es un elemento cuya posesión esté prohibida. En todo caso se evalúa caso por caso, con limitaciones de seguridad, de día y hora y la propuesta que hagan los internos para su uso”, sostuvo en diálogo con El Litoral.
Pero el criterio suele ser autorizar sobre todo en los días de visitas cuando vienen niños o personas mayores. Es una forma de mitigar los efectos del calor, agravados por el encierro, sobre todo para los familiares que no están privados de la libertad.
Respecto al malestar que las imágenes en cuestión despertaron en familiares de las víctimas, el funcionario explicó que “uno los entiende. Pero también hay un sistema de justicia que ya ha determinado una pena. Y no está permitido avanzar sobre otros derechos de la persona condenada. Después podemos discutir si queremos un sistema penitenciario más benigno o más duro con el preso. Pero eso es una discusión de política criminal".
Acerca de la “pollada” y el uso de redes sociales, Cococcioni sostuvo que “cocinar no es una actividad que esté prohibida. Igualmente se tomarán los recaudos del caso. En tanto el tema redes sociales, los presos tienen talleres de informática. Ahora bien, otra cosa es que alguien esté haciendo uso de esos elementos de manera clandestina. En ese caso si descubrimos a un interno que usa su celular, eso le significa una baja en su concepto de conducta”, concluyó.