Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
El comerciante recibió dos impactos de bala. La joven sufrió una herida cortante en su mano. Hay dos detenidos.
Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
Un carnicero y su hija fueron heridos (el hombre con impactos de bala y la joven con una herida cortante en la mano) por dos delincuentes que los atacaron en su comercio de barrio Villa Hipódromo. Por fortuna las víctimas se encuentran fuera de peligro; mientras que ambos ladrones terminaron detenidos.
La secuencia se inició minutos después de las 8 cuando un sujeto irrumpió en la carnicería Estrella del Norte, ubicada en Peñaloza al 5800.
Ni bien ingresó al local el sujeto dio a conocer sus macabras intenciones, por cuanto sacó a relucir un arma de fuego y comenzó a amenazar a Mario Farias (48), el titular del negocio, quien se encontraba acompañado por su hija, Lucila (24).
Pero las cosas no iban a resultar tan fáciles para el rufián, ya que el comerciante no estaba dispuesto a entregar mansamente sus pertenencias.
Con un certero movimiento el carnicero logró cerrar la puerta del negocio y acto seguido se trabó en lucha con el malviviente.
Pelea a muerte
La refriega fue intensa y dramática.
Así y todo el carnicero, en medio de la disputa, tuvo la lucidez de gritarle a su hija que se tire al piso para cubrirse.
Y lo peor sobrevino cuando se escucharon varios disparos. Fueron cuatro a cinco detonaciones que retumbaron dentro del local. “Por fortuna esos tiros dieron contra el piso”, dijo hoy Lucila en diálogo con El Litoral.
Sin embargo, el desastre aun tenía guardada otra carta. Porque el asaltante no estaba solo, sino que un compinche lo aguardaba afuera.
Fue éste segundo rufián quien, al ver lo que estaba ocurriendo dentro del negocio, echó mano a un arma de fuego y efectuó varios disparos. Uno de esos proyectiles impactó en la pierna del comerciante y otro dio en su propio compañero de tropelía.
Oportuna intervención
El incidente comenzó a resolverse cuando, de repente, un policía apareció en la escena. Es que las explosiones de los tiros también fueron escuchadas por un móvil policial que se encontraba de recorrida.
El agente no dudó en tomar cartas en el asunto. Se sumó a la refriega y ayudó para reducir al malviviente.
Mientras, otro policía hizo lo propio con el segundo rufián que intentaba alejarse a la carrera. Finalmente fue detenido a los pocos metros.
De los malvivientes se supo que ambos son oriundos de barrio Pompeya. Uno tiene 38 años y presenta un roce de bala en el pecho; un impacto en el pie del mismo lado y fractura de fémur. El otro tiene 25 años y está ileso.
Ambos quedaron detenidos a disposición del fiscal en turno.
“Tuve miedo que nos maten a los dos”
“Jamás pensé en vivir algo así. Nos disponíamos a comenzar la jornada cuando entró este tipo al negocio. De inmediato sacó un arma. Mi papá tuvo la ‘chispa’ de agarrársela y allí comenzaron a pelear y se cayeron al piso”, dijo hoy Lucila en diálogo con El Litoral.
“Fue un momento horrible. Mi papá me decía que me tire al piso para cubrirme. Yo aproveché para sacar el celular y pedir auxilio. En eso siento los disparos. No sé bien cuántos. Fueron cuatro o cinco tiros... todos dentro del negocio.
Luego aparece el policía. Yo le abro la puerta y el agente entra y ayuda para reducir al delincuente. Al otro ladrón los policías lo habían atrapado en la esquina.
Mi papá está herido pero fuera de peligro. Yo también. Solo tengo cortes en los dedos de una mano. Igual esto te deja con mucho miedo”, culminó.