Homicidio doblemente agravado, por el uso de arma de fuego y por haber sido cometido con alevosía. Así calificó la fiscalía al crimen el policía Cristian Abrigo, cuyo cuerpo apareció el 17 de marzo en un campo al sur de Progreso.
La fiscalía atribuyó a Luciano Steger y Fernando Carrizo la autoría y participación secundaria en el crimen del policía. Ambos consintieron la prisión preventiva.
Homicidio doblemente agravado, por el uso de arma de fuego y por haber sido cometido con alevosía. Así calificó la fiscalía al crimen el policía Cristian Abrigo, cuyo cuerpo apareció el 17 de marzo en un campo al sur de Progreso.
Luciano Matías Steger y Fernando Gabriel Carrizo, detenidos el 7 de marzo, fueron imputados ante la jueza Rosana Carrara, el primero de ellos como autor del asesinato, y el segundo como partícipe secundario.
Los fiscales Laura Urquiza y Andrés Marchi están a cargo de la investigación y tras imputarlos solicitaron la prisión preventiva. La misma fue consentida por ambas defensas.
Steger, representado por los abogados Jorge Questa y Valentina Alesso, solicitó declarar tras haber escuchado la atribución delictiva. Lo hizo a puertas cerradas, sin la presencia de su coimputado, la prensa y público en general.
La defensa de Carrizo -un policía de Los Pumas actualmente de baja con carpeta médica- estuvo a cargo del abogado particular Rodrigo González.
La fiscalía sostuvo que el mediodía del 28 de febrero Steger pasó a buscar a Abrigo por su casa, en la zona norte de la ciudad de Santa Fe, y lo llevó hasta un campo ubicado en el sur de Progreso. Hasta allí llegaron en un automóvil Fiat Cronos propiedad de Steger. Momentos más tarde, Carrizo arribó al lugar en un Fiat Uno, también de Steger.
Ya en el predio, los hombres comenzaron a caminar en dirección a una zona de pastizales y monte, donde presuntamente realizarían mejoras para explotar económicamente el lugar. Del proyecto formaría parte la víctima, según lograron establecer los fiscales.
La atribución delictiva detalla que fue en ese momento en el que Steger sacó un revólver 32 y “actuando por la espalda, a traición y sobre seguro” le propinó dos disparos a Abrigo en la cabeza, provocándole la muerte.
A Carrizo le imputaron haber cooperado con Steger para que éste lograra impunidad, colaborando con el ocultamiento del arma de fuego y el entierro del cuerpo de Abrigo.
El predio donde el policía fue asesinado pertenece a un médico, que se lo había prestado a Carrizo a cambio de que éste realizara algunas refacciones en la casita ubicada en el campo.
Tras concretar las atribuciones delictivas, los fiscales solicitaron a la jueza Carrara la imposición de la prisión preventiva para ambos imputados. Esto no fue cuestionado por las defensas.
Cristian Andrés Abrigo tenía 39 años, era policía y trabajaba en el Centro de Monitoreo de la ciudad. Además se dedicaba a la compra-venta de dólares y vehículos, y prestaba dinero, señalaron testigos.
Su desaparición fue denunciada por su esposa, quien lo vio por última vez el 28 de febrero. Esto dio inicio a la investigación que llevó a las detenciones de Steger y Carrizo, concretadas el 7 de marzo, y al hallazgo del cuerpo el 17 de marzo.
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