Joaquín Fidalgo
Joaquín Fidalgo
jfidalgo@ellitoral.com
Con la declaración de dos testigos de la fiscalía, continuó este jueves el juicio en el que se trata de establecer si Víctor Hugo Baraldo, su esposa Nidia Noemí Morandini y el hijo de ambos, Juan Pablo Baraldo, abusaron sexualmente de un niño, nieto de los primeros y sobrino del segundo, cuando tenía entre 6 y 9 años y convivía con ellos en la ciudad de Esperanza.
En la jornada, llamó la atención la ausencia del doctor Eduardo Jauchen, uno de los abogados de la defensa de los imputados que en esta oportunidad sólo estuvieron representados por Alejandra Forte.
La primera en pasar al estrado fue la Licenciada en Psicología María Verónica Burgi, quien desde 2001 se desempeña en el Samco (centro público de salud) de Esperanza. Ella fue la encargada de hacer un “tratamiento de contención” al pequeño luego de las denuncias contra sus familiares. Según la profesional explicó, luego de alrededor de una decena de entrevistas con el chico (también fueron con la madre y el padrastro), desistió de seguir adelante porque “nunca se pudo formar el vínculo terapéutico con el menor”. “Cuando yo quería que él me contara lo que lo angustiaba, él se retraía”, recordó la mujer. “Cada persona tiene sus tiempos para hacer los procesos”, explicó.
Ante consultas de la fiscalía, integrada por los doctores Omar de Pedro y Daniel Filippi, Burgi hizo referencia a dos incidentes que ocurrieron durante esa época y que la sorprendieron. Aseguró que un familiar de los imputados se presentó en la farmacia de su marido para que le advierta a ella que “tenga cuidado con la causa”. También señaló que tiempo después, cuando ya había suspendido las sesiones con el pequeño, se presentó en su despacho un alto directivo de una conocida firma esperancina para decirle que no se “meta” en el caso.
Finalmente, contó que de lo charlado con el niño infirió que estaba “cómodo” y “contenido” viviendo con su madre, Fernanda Baraldo, y su padrastro, Carlos Gloor.
"Perversión”
Justamente este hombre fue el siguiente testigo en sentarse frente al tribunal, integrado por los conjueces Jorge Luis Silva (presidente), Alfredo Martín Olivera y Néstor Darío Pereyra.
El de Gloor era uno de los testimonios más importantes en el proceso, porque para los abogados defensores fue él quien indujo al niño a mentir para acusar a sus abuelos y a su tío. Este hombre relató con detalle los días en los que él y su pareja se habrían enterado de los supuestos abusos.
Aparentemente, todo comenzó cuando él mismo observó la foto de un pene en un teléfono celular que la abuela le había regalado al menor. Relató también que en ese momento el niño dijo que la imagen era de un vecino dos años más grande que él y entonces decidieron alejarlo del amigo.
Al recordar esos momentos, explicó que la relación con sus “suegros” en esos momentos era “normal” y que incluso también después de ese hecho ellos siguieron cuidando al menor, al igual que la beba que por esos días habían tenido con su hija Fernanda. “Yo tenía tres trabajos y mi pareja también se iba temprano al suyo”, manifestó.
También contó que más tarde el niño terminó relatando que había sido abusado y entonces decidieron hacer la denuncia en Santa Fe, y no en Esperanza, por desconfianza (Juan Pablo Baraldo es policía).
Luego hizo referencia a un episodio poco claro en la investigación. Contó que una noche (23.30) recibió una citación para presentarse al día siguiente ante una Junta Médica provincial en el Hospital Cullen, donde fue convocado para trazar un perfil psicológico del acusado Víctor Hugo Baraldo. Llamativamente, luego de entrevistarlo por unos minutos, el dictamen de los profesionales refirió a su persona y lo caratuló como sujeto “perverso”. El encuentro fue grabado clandestinamente por Gloor y el audio fue reproducido durante la audiencia por pedido de los fiscales.
Inmediatamente, la querella -representada por los abogados Martín Risso Patrón y Carolina Walker- solicitó al Tribunal que se investigue posibles delitos cometidos por los integrantes de esa Junta Médica.
Además, Gloor puntualizó los hechos que derivaron en que él y su pareja sean incluidos en el programa de protección de testigos. Entre otras cosas, narró que en una oportunidad fue atropellado por una camioneta de la mencionada empresa esperancina (donde trabajaban tanto él como la abuela del niño) y sufrió graves lesiones.
Antes de que llegue el turno del contrainterrogatorio de la defensa, también expresó que él y la mamá del niño perdieron sus trabajos, luego de sufrir “persecución laboral” y “hostigamiento”.
Reserva
La doctora Forte comenzó preguntando a Gloor por múltiples denuncias que él había presentado años atrás contra su ex esposa y también contra su empleador.
Luego, solicitó que se reproduzca un audio supuestamente rescatado por peritos de la Policía de Investigaciones de la tarjeta de memoria del celular del niño. En ese momento, ante la objeción de la fiscalía, el tribunal llamó a las partes para que se acerquen para dialogar.
El cruce de opiniones, en voz baja pero evidentemente de alto voltaje, duró cerca de media hora. Luego de que todos regresaron a sus lugares, el doctor Silva rechazó el pedido de la defensora, por considerar que se trataba de “nueva prueba”. No obstante, permitió que Forte lea la transcripción del audio, que era de una presunta charla entre Gloor y su hijastro.
Según se desprende de la extensa lectura, el hombre presionaba al pequeño para que diga “la verdad”, incluso bajo fuertes amenazas. Gloor dijo no recordar esa conversación. Fue entonces que Forte hizo entonces un planteo de “hecho nuevo” y solicitó otra pericia sobre el teléfono para comparar el registro con la voz del testigo. El fiscal De Pedro opinó entonces que no se podía demorar el juicio con peritajes que podían demorar meses y el doctor Risso Patrón deslizó que el audio podría ser trucho y que no habría análisis que lo demuestre con contundencia. “No hay testigo que de fe de esas palabras”, dijo.
Finalmente, el Tribunal resolvió no hacer lugar al pedido de Forte, porque la propia defensa anteriormente había desistido de esa prueba en un documento acercado por la fiscalía, en el que se apreciaba la firma del doctor Jauchen.
A lo largo de la jornada, Alejandra Forte presentó una reserva fundada de apelación por inconstitucionalidad sobre lo dispuesto por los conjueces.