Joaquín Fidalgo
María Fernanda Baraldo declaró este viernes en la Sala 1 de Tribunales, donde se investiga un presunto abuso sexual contra su hijo, cuando este era un niño. La acusación pesa sobre los padres de ella (abuelos de la víctima) y uno de sus hermanos (tío).
Joaquín Fidalgo
En la octava jornada del juicio oral del denominado caso Baraldo, este viernes por la tarde, brindó testimonio María Fernanda Baraldo, madre del niño que presuntamente fue abusado por familiares suyos en la ciudad de Esperanza.
Los acusados son Víctor Hugo Baraldo, su esposa Nidia Noemí Morandini (abuelos de la víctima) y el hijo de ambos, Juan Pablo Baraldo (tío).
La progenitora terminó evidentemente extenuada, luego de aproximadamente tres horas de declaración, interrumpida por un breve cuarto intermedio.
Por pedido del fiscal Omar de Pedro, la mujer relató los detalles que terminaron en sus denuncias.
En un primer lugar, narró cómo comenzaron sus sospechas, cuando su pareja Carlos Gloor (padrastro del nene) halló una foto de un pene en el teléfono celular del menor. Luego explicó que lo primero que hizo fue acudir a sus padres, porque tenía “plena confianza” en ellos. Siguió explicando cómo ocurrieron los incidentes, cómo una tía suya le advirtió de su propio padre (esta mujer ya falleció y su testimonio fue introducido a través de una constancia policial que fue leída en una de las primeras audiencias) y las sucesivas denuncias que realizó, a medida que su hijo le fue confesando los abusos.
Cabe recordar que en 2014 el niño señaló sólo a su abuelo como abusador, pero en 2015 también apuntó a su abuela y a su tío, quien además lo habría amenazado de muerte mientras le apuntaba a la cabeza con su arma reglamentaria. Los delitos habrían sido cometidos bastante tiempo atrás, cuando el pequeño tenía entre 6 y 9 años (hoy es adolescente). “Se quedaba a dormir siempre en casa de mis padres, porque yo entraba a las 4 de la madrugada a trabajar”, dijo María Fernanda.
Ante una nueva consulta del fiscal, la mujer aseguró que con la denuncia no ganó “nada”. “Lo único que hice fue creerle a mi hijo y confiar en la justicia”, enfatizó.
Sobre la situación actual del menor, manifestó: “Está bien, contenido por la familia. A pesar de que nos trasladaron de nuestra casa cuando nos pusieron dentro del Programa de Protección a Testigos, lo que fue un cambio brusco para él y todos nosotros, está bien”. Más adelante, explicó que esta medida obedeció a “reiteradas violaciones” de medidas de restricción impuestas a los acusados.
La querella, representada por Martín Risso Patrón y Carolina Walker Torres, decidió no hacer preguntas y dio paso al contra-interrogatorio de la defensa, integrada por Alejandra Forte y Eduardo Jauchen.
Contradicciones
Fue la abogada quien tomó el micrófono para consultar a María Fernanda sobre una multiplicidad de denuncias que presuntamente ella había radicado -por distintos motivos- contra el padre biológico de su hijo, contra la esposa de su actual pareja, contra el ex fiscal regional Ricardo Fessia, contra una Junta Médica y contra familiares suyos, la última algunos meses atrás. También hizo referencia a otra denuncia presentada en contra de la testigo por un juez, a raíz de incidentes ocurridos durante el juicio anterior, que terminó siendo anulado. La testigo reconoció algunas y aseguró no recordar otras.
La doctora Forte siguió luego indagando en busca de contradicciones entre las distintas declaraciones ofrecidas por la madre del niño en diferentes instancias investigativas.
Por último, la defensora hizo hincapié en dos tratamientos psiquiátricos que recibió la testigo, en distintas oportunidades.
“No lo puedo superar”
Cuando terminó el contra-interrogatorio, la madre del menor se mostró cansada, pero igualmente contestó las últimas preguntas de la querella. “A los tratamientos psiquiátricos los comencé luego de que hice las denuncias. En ese momento sentí traición. No esperaba que me pase esto, y menos con mi familia, en la que yo confiaba. Todavía no lo puedo superar”, se lamentó antes de retirarse de la sala.
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El tribunal, integrado por los conjueces Jorge Luis Silva (presidente), Alfredo Martín Olivera y Néstor Darío Pereyra, participó activamente en esta jornada, ante numerosas objeciones presentadas por la fiscalía y la querella. El propio doctor Jauchen se quejó -como ya lo hizo en otras oportunidades dentro de este proceso- por entender que se trataba de “maniobras” para “obstaculizar” el trabajo de la defensa y pidió un llamado de atención a sus oponentes. En otro tramo de la audiencia, el fiscal Omar de Pedro solicitó que se “corra vista” al Tribunal de Ética del Colegio de Abogados, por preguntas “engañosas” de los defensores que supuestamente buscaron vulnerar el derecho a la intimidad de las personas. Esto surgió cuando la doctora Forte consultaba a María Fernanda sobre la posibilidad de acceder a la “historia clínica” de sus tratamientos psiquiátricos.
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