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La querella asegura que el accionar de la presidenta del tribunal oral demuestra su parcialidad a la hora de favorecer a los imputados, a quienes vinculan con “influyentes” familias esperancinas.
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Se desarrolló accidentadamente este jueves la cuarta audiencia del juicio oral que se sigue adelante contra Víctor Hugo Baraldo, su esposa Nidia Noemí Morandini y el hijo de ambos, Juan Pablo Baraldo, por presuntos abusos sexuales contra un menor de edad, nieto de los dos primeros y sobrino del tercero. La jornada terminó abruptamente, cuando la querella presentó una solicitud de recusación contra la presidenta del tribunal, la jueza Susana Luna, por “parcialidad” durante el proceso. La magistrada rechazó el pedido, que deberá ser analizado por otro tribunal.
“Esto desprestigia totalmente a la Justicia. Es la primera vez que tengo que interponer un recurso así, pero no me quedó alternativa por la manifiesta animosidad que tiene la jueza contra la querella”, expresó ayer el abogado Martín Risso Patrón.
Este jueves se esperaba la incorporación de las “Cámaras Gesell” y los testimonios de los peritos que las practicaron al entrevistar a la víctima. “Nada se pudo hacer. La defensa de los acusados cuestionó la autenticidad de las grabaciones y acusó a los fiscales de haber adulterado dos DVDs. Increíblemente, la jueza hizo lugar a ese pedido. También aceptó investigar por falso testimonio a la mamá de la víctima, cuando hace tres años que viene repitiendo lo mismo al denunciar lo que estas personas le hicieron a su hijo. Además, desde que comenzó el juicio se mostró por de más permisiva a todos los planteos de la defensa y hostil contra mi persona y la mamá de la víctima. Es más, hoy (por ayer), sin que yo le dé motivo alguno me dijo que si tenía dudas sobre su imparcialidad, tenía ‘los recursos pertinentes’. Ella sola se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Es increíble lo que pasó hasta ahora”, se quejó el abogado de la querella.
“La defensa pidió también una pericia de psicólogos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que demora meses. Esta medida ya había sido rechazada en más de una oportunidad anteriormente, pero la jueza Luna hizo lugar al pedido y otorgó un plazo de quince días. Imposible. Eso abre las puertas para que el defensor luego plantee la nulidad del juicio. Dio lugar a todos los caprichos de los abogados defensores”, aseguró Risso Patrón.
“Finalmente, cuando presenté la recusación en su contra, me la hizo leer. No correspondía, pero lo hice igual, por una cuestión de respeto al público, para explicar mis motivos. Cuando se iba, reconoció en voz alta que ella era ‘parte’ en este juicio y que tenía ‘interés’ en el caso. Si tiene interés no puede ser jueza de ninguna manera. Luego aclaró que era parte, porque fue recusada y que el interés era de que salga todo bien en el juicio, pero...”, ironizó.
Por otra parte, el abogado hizo referencia a dichos de un testigo del caso, que dejó entrever los vínculos que los acusados tienen con dos familias “poderosas” de la ciudad de Esperanza, las que estarían brindando su apoyo en el proceso.
La denuncia
Para el Ministerio Público, los abusos se habrían producido entre los 5 y 9 años de la víctima, en el seno familiar, cuando el niño estaba al cuidado de sus abuelos maternos. Según consta en la documentación del caso, la denuncia se produjo en agosto de 2014 y la realizó la madre de la criatura, quien a su vez es hija y hermana de los imputados.
Una foto almacenada en el teléfono celular del niño en la que se podía ver los genitales de una persona mayor y el contexto del mobiliario que llevó a identificarlo como la casa de sus padres, llevó a la denunciante y su actual pareja a indagar en una historia que cuatro años después derivó en el juicio oral que ahora se desarrolla.
Por su parte, la defensa -que está a cargo de los abogados Alejandra Forte y Eduardo Jauchen, acompañados por el psicólogo Pablo Bríggiler- no sólo negó la ocurrencia de los hechos, sino que calificó a la denunciante de “mentirosa” y desacreditó la labor de los psicólogos que entrevistaron al menor, ya sea en sede policial como en Cámara Gesell.
“El niño no ha sido accedido carnalmente”, desmintieron los abogados, que le reprocharon a la fiscalía haber perdido “la objetividad” y haber trabajado una “hipótesis única” y que a pesar de ello realizar “una atribución laxa”, “sin precisar hasta cuándo habrían sucedido los hechos”.
Por último, criticaron que desde el Ministerio Público “inauguraron un nuevo espacio de denuncia participando a los medios”, lo que llevó a la acusación a “romper todos los protocolos para menores víctimas de abuso sexual”. En tal sentido postularon la inocencia de los abuelos y el tío del menor que, según dijeron, están presos hace tres años “por los dichos de un niño”, cuyo relato “ha sido obtenido mediante presiones”.