Miércoles 19.8.2020
/Última actualización 14:48
Este martes se realizó en tribunales la audiencia de apelación de la declaración de responsabilidad penal de Eduardo José “Bebe” Giménez, por el homicidio en ocasión de robo de Marianela Brondino (25), ocurrido hace más de una década, cuando el imputado tenía 17 años y era menor de edad.
Hoy, con 27 años, Giménez se encuentra en prisión preventiva, en el marco de un proceso penal dirigido por la Justicia de Menores, que a la hora de dictar sentencia, primero debe resolver la responsabilidad penal y luego analizar si cabe la aplicación de alguna pena y en ese caso de cuántos años.
En este sentido, el tribunal de segunda instancia, conformado por los miembros de la Cámara de Rafaela, Juan Manuel Oliva -presidente-, Sergio Alvira y Matías Drivet, deberán resolver si confirman la responsabilidad penal del “Bebe” o hacen lugar al planteo de la defensa que pretende su declaración de inocencia.
A su vez, el coimputado de Giménez, Walter Daniel “Pipi” Borda (35), se encuentra condenado en la doble instancia, en un proceso que se inició bajo el sistema escritural y que finalizó con un juicio oral y público en diciembre pasado, en el que un tribunal le impuso 20 años de prisión, sanción que fue recientemente ratificada por el Colegio de Jueces de Segunda Instancia.
Para la Justicia, Borda y Giménez fueron quienes la tarde del 28 de abril de 2010, a bordo de una moto intentaron arrebatar la bandolera que llevaba Marianela, que volvía del trabajo, y que circulaba en bicicleta por calle Gorostiaga al 1900, en el barrio María Selva. En la caída, la joven golpeó su cabeza contra el pavimento y producto de las lesiones falleció el 3 de mayo en el hospital Cullen.
Tras un largo derrotero judicial, las partes volvieron a encontrarse este martes para reafirmar sus posturas. Giménez aprovechó la oportunidad para volver a negar su participación en el hecho; mientras que Graciela Brondino -la mamá de la víctima-, tomó la palabra para reivindicar su rol en el proceso penal. La mujer señaló los “problemas estructurales” de la Justicia y remarcó: “El Estado no supo cuidar la vida de mi hija”.
Pero más allá del paso del tiempo -transcurrieron 10 años de aquel episodio que truncó la vida de Marianela-, su madre está cada vez más cerca de que los responsables paguen las consecuencias. Tal es el caso de Borda condenado a 20 años de prisión como coautor del homicidio, resolución que fue recientemente confirmada en segunda instancia. Y a propósito de Giménez, el fiscal Marcelo Rolando adelantó que le espera una pena similar si la Cámara de Apelaciones rechaza el recurso del abogado defensor Ricardo Ruiz Díaz, y secunda lo dictado por el juez Jorge Pegassano, el 7 de julio último, cuando declaró la responsabilidad penal del menor.
Para la defensa se utilizaron “pruebas indirectas basadas en declaraciones testimoniales”, ya que “no hay indicios ni prueba física que lo ubiquen en el lugar del hecho”. Según Ruiz Díaz aún hay “muchas dudas” que la investigación no aclara.
Su pupilo sostuvo su inocencia frente al tribunal, “yo no fui”, y respecto a la causa, “todo esto a mi no me cierra absolutamente en nada”, “no estoy de acuerdo con que yo tenga que pagar algo que no cometí”. Giménez se encuentra en prisión preventiva en el Penal de Las Flores, donde predica el evangelio a sus compañeros, y a través de la videoconferencia aseguró: “Yo confío en Dios, que verdaderamente va a hacer justicia”.
La fiscalía resaltó la labor de Graciela Brondino, quien luchó por dar con los asesinos de su hija desde el principio, a pesar de que la causa tuvo muy poca actividad durante los primeros 6 años. “No hay duda, no hay posibilidad de excluir la verosimilitud y contundencia del plexo probatorio” con el que se logró la condena, dijo el Dr. Rolando.
“Todos los caminos conducen a Giménez” destacó en reiteradas oportunidades la querellante Vivian Galeano -del Centro de Asistencia Judicial (CAJ)-, que representa a Brondino. Realizó un recorrido por la causa, la declaración de los testigos y cómo unos corroboran lo expuesto por los otros, prestando especial importancia al testigo de identidad reservada, que a pesar del “acoso” que recibió “se mantuvo firme”.
A esta instancia se llegó “pura y exclusivamente por el trabajo denodado de la mamá de la víctima, quien con todo el dolor que tenía se puso la causa al hombro y fue quien aportó los testigos, quien marcó las contradicciones, quien estableció las líneas investigativas”. Además, “logró que se reglamente la Ley de Protección de Testigos”, generando la posibilidad de que una persona se presente y aporte datos en la causa.
Galeano señaló que “por todo esto Graciela tuvo la posibilidad de ser querellante en una causa de Menores, siendo la única en la provincia. Por eso esta causa es paradigmática, porque permite mostrar la importancia que tiene el rol de la víctima en el proceso. Una víctima comprometida que lo que busca es la verdad”. “Graciela quiere justicia. Es lo mínimo que ella y su hija Marianela se merecen”.