El pintor Omar Gabriel Albornoz fue condenado a prisión perpetua por las muertes de Rafael Espino, Mónica Rampazzo y su hijo Rodrigo Espino, ocurridas en octubre de 2018. El veredicto de los jueces Sebastián Szeifert, Pablo Ruiz Staiger y Pablo Spekuljak fue unánime.
El hombre de 44 años llegó a juicio acusado por el “doble homicidio calificado criminis causa (para lograr su impunidad)” del matrimonio, “robo” y el “abandono de persona seguido de muerte” de Rodrigo, quien tenía parálisis cerebral y permaneció cuatro días postrado en su habitación. Por esas mismas calificaciones, fue condenado por el tribunal, que dará a conocer los fundamentos detrás de su decisión en los próximos días.
Los fiscales Ana Laura Gioria y Andrés Marchi se mostraron conformes con la resolución, mientras que el defensor particular Dionisio Ayala adelantó que apelará el fallo y señaló que “vamos a llegar hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación porque me parece que es totalmente arbitrario lo que están haciendo”.
El crimen
El matrimonio fue asesinado en su vivienda de Francia al 1180, de Barrio Sur, entre el sábado 20 y el domingo 21 de octubre de 2018. Según señaló el forense en el juicio, se pudo determinar como causa de muerte la asfixia. Albornoz, quien llevaba semanas trabajando como pintor para ellos, se llevó del lugar la camioneta Renault Duster bordó de la familia, dejando desamparado en su habitación a Rodrigo Espino, quien no podía valerse por sí mismo.
La denuncia de la empleada doméstica, que no lograba contactarlos, llevó a que la policía se presentara en el domicilio el miércoles 24 por la noche. Fue entonces que encontraron al matrimonio muerto y rescataron a su hijo, que estaba en muy malas condiciones. Rodrigo falleció cuatro días después en el Hospital Cullen, producto de una infección generada por una broncoaspiración, que ocurrió durante el período en el que permaneció sin atención.
Investigación exhaustiva
“El tribunal resolvió condenar con las calificaciones legales por las cuales la fiscalía había acusado, con lo cual entendemos que se pudo comprobar nuestra teoría del caso y todas las proposiciones que nosotros demostramos a lo largo del debate”, señaló la fiscal Gioria tras conocer el veredicto.
“Desde el momento de la imputativa, fue algo que se mantuvo sin ningún tipo de modificación, y siendo coherentes con eso toda la prueba que ofrecimos vino a corroborar que Albornoz fue el autor de este hecho”. “Los testimonios fueron muy contundentes y, a su vez, todo eso se vio corroborado con otro tipo de elementos que presentamos ante el tribunal y que tuvieron que ver con una investigación muy exhaustiva”.
En concreto, la funcionaria se refirió a “un estudio realizado en relación a las líneas telefónicas, que permitió ubicar a Albornoz en la ventana temporal en que ocurrió el hecho” y en el lugar del crimen, “por una cuestión de impactos de antena”. Además, “una intervención telefónica permitió reproducir en el debate un fragmento de una escucha que compromete seriamente a Albornoz” y “se pudo relevar el lugar exacto donde estuvo guardado el vehículo robado antes de ser abandonado en la vía pública”.
La causa tardó casi cinco años en llegar a juicio. “El tema aquí fue el avanzado estado de descomposición que presentaban los cuerpos, que no permitió en un primer momento determinar la causa de muerte. Fueron necesarios muchísimos estudios complementarios que fueron solicitados desde la oficina forense, muchos de los cuales se llevaron a cabo en el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.
“Fue recién dos años después del hecho que nosotros tuvimos una causa de muerte y la posibilidad así de atribuir el hecho a quien nosotros ya considerábamos que era el posible autor”. Si bien “la fiscalía abordó distintas hipótesis de investigación”, todas se fueron descartando exepto una, la que “se centró en Albornoz, que se profundizó” con el tiempo. “Esta situación de la detención tardía (en 2020), si se quiere, se debe a que sin causa de muerte, sin la posibilidad de relatar cómo ocurrió el hecho, era imposible imputarle técnicamente un hecho”, explicó la fiscal.
Apelación
El defensor Dionisio Ayala también habló tras la sentencia. Sostuvo que “Albornoz no cometió ese delito” y que “nos llama poderosamente la atención que se hayan manejado con total y absoluto libertinaje en un proceso tan serio”.
A su entender, “no ha llegado la investigación a fondo en relación a todos los testigos que estuvieron alrededor del Sr. Espino y la Sra. Rampazzo”. Además, anunció: “Presentaré una apelación y vamos a llegar hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación porque me parece que es totalmente arbitrario lo que están haciendo”.
Resta esperar que el tribunal de a conocer los fundamentos detrás de la decisión, unánime, de condenar al pintor a la pena máxima.