Lunes 29.7.2024
/Última actualización 23:14
El caso de José Alberto Francioni, desaparecido el 15 de junio de 2023 en barrio Pompeya, dio un giro trágico y angustiante al cumplirse poco más de un año de su desaparición. María Perezlindo, madre del joven de 33 años, encontró partes del cuerpo descuartizado de su hijo en los bañados linderos a la Circunvalación Oeste de Santa Fe, cerca de barrio Barranquitas.
El macabro hallazgo se produjo tres días después de que los primeros restos fueran encontrados por las autoridades. María volvió al lugar para colocar una cruz en memoria de su hijo, y al hacerlo, descubrió otros restos humanos, incluidos los miembros inferiores y la cabeza de José. La madre, destrozada, relató su experiencia en el programa Santa Fe Policiales, expresando su dolor y frustración ante la aparente falta de diligencia en la búsqueda de su hijo.
"Estaba todo ahí"
"A mi hijo nunca lo buscaron", declaró María. Contó cómo, junto a su hermana, regresaron al lugar donde se encontraron los primeros restos, y al explorar el área, identificaron las zapatillas de José flotando en el agua. "Eran las zapatillas con las que él se fue ese día cuando él se perdió", comentó, incrédula de que nadie más hubiera revisado el lugar adecuadamente.
La mujer describió la escena con dolor, diciendo que tras encontrar una zapatilla, buscaron la otra, que estaba oculta bajo una rama. "Estaba todo ahí", sentenció. Ante la inacción de las autoridades, María llamó a su abogada, Vanina Frutero, quien logró movilizar a la policía y a la fiscalía para continuar con la búsqueda.
La desesperación de la madre aumentó cuando, al regresar a su casa descompuesta por el hallazgo, recibió la promesa de que la mantendrían informada si encontraban más restos. "Yo quiero saber qué le pasó a mi hijo", clamó. A pesar de las promesas, aún no ha recibido respuestas sobre la identidad del cuerpo y la causa de la muerte de José.
Peritos trabajando en el lugar"Quiero saber qué pasó"
María también denunció la falta de apoyo y contención por parte de las autoridades. "Nadie, nadie de ningún lado me llamó ni vino a verme. Por suerte tengo mi familia que está conmigo todo el tiempo", lamentó.
"Lo más triste es que todos estamos expuestos a que nos pase algo así. Pero no me doy por vencida. Voy a seguir luchando por la memoria de mi hijo", sentenció con la esperanza de obtener justicia y cerrar el capítulo más doloroso de su vida.
"Es una verdadera vergüenza", dijo María, exigiendo respuestas y acciones concretas para que la tragedia de su hijo no se repita en otras familias.