Caso Oldani: el comienzo de la investigación y la primera versión del chofer
El tribunal continúa escuchando las declaraciones de los policías que intervinieron en la causa. Esta vez, sobre la apertura de la agencia, los familiares llevándose cosas en cajas y mochilas, la denuncia de Ruffino y las primeras detenciones.
Caso Oldani: el comienzo de la investigación y la primera versión del chofer
El personal de la División Homicidios que se abocó a la investigación de lo sucedido el martes 11 de febrero de 2020 en la Galería Rivadavia, cuando el agenciero de turismo Hugo Oldani fue herido de muerte, comenzó a deponer en el juicio contra dos de los acusados por el resonante crimen.
Ante el tribunal compuesto por la jueza Celeste Minniti -presidenta- y los jueces Pablo Spekuljak y Sebastián Szeifert, el referente de uno de los equipos de investigación y una sumariante contaron en qué consistieron las primeras medidas realizadas, cómo los familiares de Oldani se llevaron cosas de la escena del crimen, y se refirieron a la denuncia radicada por el "chofer" de la banda el día después del hecho.
Cuando el equipo, comandado durante los primeros meses de la investigación por la fiscal Cristina Ferraro, arribó a La Rioja 2441, Hugo Oldani ya había sido trasladado al Hospital Cullen y los peritos trabajaban en el hall de entrada de la galería. Una de las primeras entrevistadas fue la empleada de una playa de estacionamiento cercana, que pasadas las 17.45 había escuchado el estruendo del disparo que recibió el agenciero, y observado cómo dos hombres y una chica salían corriendo y se subían a un Toyota Corolla blanco polarizado.
La mujer aportó los datos de la patente, a excepción de una letra, que no alcanzó a ver. La policía se abocó a encontrar un auto que encajara con todo lo descripto, y dio con el Corolla registrado a nombre de la familia Ruffino. Al día siguiente, pasado el mediodía, allanaron la vivienda y secuestraron el vehículo.
Por la tarde, Juan Manuel Ruffino -actualmente acusado como partícipe principal del intento de robo y posterior homicidio de Oldani-, quien por entonces era custodio en una empresa de seguridad, se presentó en una comisaría junto a su hermana. Los investigadores se acercaron a la dependencia, donde Ruffino había decidido radicar una denuncia, aportando su versión de lo ocurrido el día anterior en los momentos anteriores y posteriores al crimen de Oldani.
Dijo que esa tarde se dirigía a encontrarse con una chica cuando se cruzó con Cristian Bruno Figueroa -quien asesinó a Oldani, y luego se suicidó en prisión-, su novia Agustina González -condenada por la Justicia de Menores- y Brian Damiani -el "campana", condenado a 12 años de prisión como partícipe secundario del crimen-, a quienes conocía de la noche y solía ver en los bailes del club Villa Dora.
Según aquella denuncia de Ruffino, el grupo le pidió que los acercara al centro, a La Rioja y Rivadavia, y le dijeron que "le iban a tirar unos pesos", así que decidió hacerles de "remis trucho". Cuando arribaron a inmediaciones de la Galería, le pidieron que los espere y anunciaron que irían a la agencia de turismo. Momentos más tarde, escuchó un estruendo, los tres corrieron al auto y lo amenazaron a punta de pistola para que los sacara de allí.
La policía señaló que, en calidad de "víctima", le solicitaron a Ruffino que se subiera al automóvil personal de uno de los uniformados y les indicara el recorrido que había realizado, algo que él aceptó. Los testigos también señalaron que luego lo trasladaron hasta la sede de Homicidios, donde fue entrevistado.
Sin embargo, tras escuchar esto en el juicio, Ruffino pidió declarar y dijo que no había sido así, sino que fue obligado a "pasear" con la policía e indicar el recorrido que habían hecho. También manifestó que lo mantuvieron horas en Homicidios, retenido, y que las dos policías que lo entrevistaron nunca le informaron que estaba dando una testimonial. Luego, cuando fue detenido, dijo que lo esposaron a una ventana y lo obligaron a dar nombres.
En cuanto a la versión de los hechos aportada por Ruffino en esa denuncia, esta es muy distinta a la que sostuvo al comienzo del juicio, cuando dijo que solía realizar "cobranzas" con Figueroa y que eso era lo que habían intentado hacer con Oldani.
La agencia
De las declaraciones de parte del grupo de investigadores también surgió que cuando acudieron al Cullen para hablar con la familia de Oldani, que acababa de recibir la noticia del fallecimiento, nadie quiso acudir a la Galería Rivadavia para abrir la agencia de turismo, que había sido cerrada con llave tras el ataque. Fue por esto que la fiscal Ferraro se presentó en el nosocomio y, luego de hablar con ellos, la hija de la víctima se trasladó hasta la escena del crimen junto a su marido.
La sumariante señaló que la fiscal no ingresó al local, pero que sí lo hicieron la hija y el yerno de Oldani. Además, dijo que vio cómo, cuando los peritos ya se habían retirado del lugar, ambos sacaron objetos de la agencia, aunque no pudo precisar qué, debido a que los pusieron en una mochila y cajas.
Perpetua
La causa llegó a juicio de la mano de los fiscales Gonzalo Iglesias y Estanislao Giavedoni quienes, al igual que el querellante Agustin Márquez, pretenden lograr condenas a prisión perpetua. Juan Manuel Ruffino es asistido por el defensor público Sebastián Amadeo, mientras que el relacionista público Andrés Kaipl cuenta con la representación del abogado particular Gustavo Abraham.