Cayó uno de los ladrones que asaltó la Pastelería de Gladys y Zulma Alé Café
Estaba en libertad condicional, cumpliendo una condena por homicidio. La Agencia de Investigación Criminal realizó cinco allanamientos y en uno de ellos logró dar con el sospechoso, que quedó detenido.
La noche del pasado martes 11 de enero dos delincuentes irrumpieron en la Pastelería de Gladys, ubicada en la esquina que forman el bulevar Gálvez y la calle Necochea, en barrio Candioti de la ciudad de Santa Fe. Actuaron con suma violencia y armados para amedrentar a una empleada y llevarse la caja registradora completa. Al día siguiente, con la misma metodología, dos asaltantes perpetraron otro robo en Zulma Alé Café, en avenida General Paz y calle Martín Zapata, en el corazón de barrio Sargento Cabral. Este martes por la mañana, en la zona norte de la ciudad, cayó uno de los sospechosos que estaba bajo la lupa de los detectives.
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Foto: Gentileza
El operativo fue diagramado por la Agencia de Investigación Criminal, cuyo personal especializado trabajó por días recolectando distintas pistas que llevaron a distintos lugares en los que podrían estar ocultos los responsables.
Así, este martes muy temprano, equipos tácticos irrumpieron de manera simultánea en viviendas de Pasaje Braile al 9900 y al 9700, en la Manzana 11 del Fonavi de Barrio San Jerónimo, de calle Las Margaritas al 10300 y calle Europa al 9900.
Justamente en esta última ubicación fue atrapado el sospechoso, un joven de 26 años que cuenta con frondosos antecedentes delictivos y de hecho se encontraba purgando una condena por homicidio, aunque en libertad condicional.
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Su cómplice ya está identificado y por estas horas es intensamente buscado en toda la región.
En los operativos de este martes, los uniformados lograron secuestrar diversos elementos que comprometen seriamente a los acusados.
Los casos -que tomaron gran repercusión, entre otras cosas porque los golpes quedaron registrados en las cámaras de seguridad de los locales comerciales- están en manos del fiscal Arturo Haidar, del Ministerio Público de la Acusación.
"Todo ocurrió a las 22.10. Justo a esa hora es como que se hace una pausa en el negocio donde la gente pasa a buscar el postre. Al momento en que ingresaron los ladrones estaban los empleados y un cadete", narró Lautaro Nepote, uno de los dueños de la Pastelería de Gladys, a El Litoral la misma noche del asalto.
"El delincuente le muestra a la cajera el revólver, entonces ella sale corriendo para la cocina. El tipo da la vuelta por el mostrador y se lleva la caja registradora".
"Lo feo de todo esto es que el malviviente estaba armado. Uno nunca sabe cómo van a reaccionar estos tipos. Pudo pasar cualquier cosa. Por suerte no tenemos que lamentar algo grave", agregó.
Locura
"La sensación que a uno le queda después de algo así es horrible. Sentís todo el peso de la impunidad con la que se mueven estos tipos", dijo Roberto, titular de Zulma Alé Café en diálogo con El Litoral poco después del atraco.
"Es todo una locura. Los tipos entraron en pleno horario de trabajo, había algunas mesas con clientes. No tuvieron ningún problema en sacar un arma de fuego y apuntarle a la empleada que, pobrecita, aún no se puede reponer del susto", agregó.