El ex director médico Roberto Martingano se negó este viernes a declarar en el inicio del segundo juicio por la muerte de la periodista Débora Pérez Volpin, quien falleció a raíz de un estudio de endoscopía el pasado 6 de febrero de 2018.
El ex director médico, principal acusado, no prestó testimonio y sí lo hizo una instrumentadora acusada por falso testimonio.
El ex director médico Roberto Martingano se negó este viernes a declarar en el inicio del segundo juicio por la muerte de la periodista Débora Pérez Volpin, quien falleció a raíz de un estudio de endoscopía el pasado 6 de febrero de 2018.
El Tribunal Oral Criminal 26 dio comienzo al debate y, en la primera audiencia, el principal acusado por el delito de encubrimiento se negó a declarar, mientras que sí lo hizo la instrumentadora Miriam Frías, quien está imputada por falso testimonio.
A Martingano se lo procesó por haber entregado a la Justicia una máquina procesadora del endoscopio con los números de serie “limados”, lo cual no permite conocer la autenticidad de esa máquina, para constatar si la cambiaron luego de la muerte de la periodista y también por haber sustraído información aportada a la Justicia, consistente en conocer si a Pérez Volpin la habían conectado al electrocardiograma al momento del estudio.
Concretamente, la sospecha es que, ante el requerimiento de la Justicia una vez que tomó intervención, se cambió la máquina para evitar que la verdadera que tenía deficiencias sea analizada.
Al ser consultado sobre si iba a declarar, Martingano aclaró que no lo haría ahora, sino en el transcurso del juicio. Por ello, el Tribunal dio lectura al interrogatorio que se le hizo en enero de 2020 donde había dicho que no encubrió el crimen y que la máquina procesadora de endoscopio fue la que se utilizó en la práctica en la que murió la periodista.
La sospecha de la familia es que se cambió el equipo y hacen hincapié en que el que entregaron había sido utilizado por última vez cinco años antes del episodio en el que falleció la periodista.
En esa declaración, dijo que dio la orden para que se ”precinte el endoscopio y lo guarde luego que se decide realizar la autopsia”. Su abogado Vadim Mischanchuk, tras el debate, dijo que no fue él quien hizo la entrega del equipo.
Además, negó que se hayan ocultado partes de un informe del monitoreo de los signos vitales que se hizo de Débora Pérez Volpin durante la endoscopia, puesto que, de un informe de 60 páginas, sólo se entregó de la 37 a la 55.
De la lectura de la indagatoria, surge que el ex director del Sanatorio La Trinidad dijo que son hojas en blanco las que no se entregaron y por eso se omitieron en la entrega.
Por su parte, la instrumentadora Frías, quien está acusada de falso testimonio sí declaró.
“Ni mentí ni oculte información, recordé lo que recordé”, explicó Frías, quien dijo que aquel 6 de febrero del 2018 durante la intervención que tuvo ese fatal desenlace, “el quirófano fue un caos”.
“Hace cinco años que no miro televisión. Me volvieron loca con esa presión, no podía vivir más. Borré todo de mi mente en un proceso de protegerme”, se justificó del por qué no recordó detalles de su presencia en el quirófano apenas se desató el desenlace para la periodista.
“Declaré lo que recordé, no tengo más nada para decir”, cerró la imputada, a la cual le podría caber una pena de hasta cuatro años de prisión por el falso testimonio.
El juicio continuará el miércoles con la declaración de los primeros testigos de un total de más de 70 que propusieron las partes.
En un primer debate, el juez Alejandro Anzóategui condenó al endoscopista Diego Bialolinkier, a una pena de tres años de prisión en suspenso y seis años y medio de inhabilitación por homicidio culposo debido a que se comprobó que manipuló incorrectamente la caña del endoscopio y eso perforó el esófago de la paciente. En tanto, fue absuelta la anestesista Nélida Puente.
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