Viernes 17.7.2020
/Última actualización 16:54
El fiscal Federal N° 2, Walter Rodríguez, puso punto final a la segunda investigación por lavado de dinero proveniente del narcotráfico que tiene como principal investigada a Elizabet Yanina Campos, una mujer de 31 años, esposa del narco prófugo Vicente Pignata. En esta oportunidad, la causa arrastró al dueño y a un empleado de una concesionaria, con quienes el matrimonio habría hecho al menos cuatro operaciones de compra venta de vehículos.
El pedido de elevación a juicio fue presentado este jueves por el Dr. Rodríguez, ante el Juzgado Federal N° 2 de Francisco Miño, quien deberá resolver el cierre de la instrucción y la remisión del expediente ante el Tribunal Oral Federal (TOF), donde ya existe una investigación por lavado contra Campos, que tiene como coimputados a su padre Ramón Darío Campos; y al basquetbolista Carlos Francisco Delfino y su padre Carlos Gustavo Delfino, éstos últimos por haberle vendido a Pignata-Campos una casa del barrio privado El Paso de Santo Tomé.
El representante del Ministerio Público Fiscal (MPF), pidió además, que se inicie una causa por separado por lavado de activos de origen ilícito contra Vicente Matías Pignata (36), para quien pesa un pedido de captura nacional e internacional desde mayo de 2019 y un ofrecimiento de recompensa de medio millón de pesos para quien pueda aportar datos sobre su paradero actual.
Además de su esposa Elizabet Campos, detenida en la Unidad N° 5 de Mujeres de Rosario, la causa alcanza al responsable de una agencia de autos, Sebastián Roberto Carreras (53) y a un empleado de la firma, Matías Exequiel Alonso (29), quienes atraviesan el proceso en libertad.
A la mujer se le atribuye haber puesto en circulación bienes provenientes del narcotráfico, junto con su pareja, entre el 24 de junio de 2011 y el 13 de marzo de 2019. En ese lapso y en lo que concierne a esta parte del proceso, se le reclama a Campos la compra de un Peugeot 208 patente AA964NE; dos lotes en el distrito costero de La Guardia; y un inmueble en calle La Paz al 5016.
En relación a Carreras, se le reprocha haberle vendido a la familia Pignata-Campos al menos cuatro vehículos y así haber facilitado el blanqueo de dinero de origen ilícito, entre los que cuentan: una camioneta Ford Ranger (OJN306); un Jeep Wrangler Sport (IMW327); una camioneta Dodge RAM 1500 (OEV909); y un auto Citroën C4 Lounge (NQL455), este último estaba a nombre de Darío Campos -padre de Elizabet C.- y fue secuestrado en Mendoza en los allanamientos en una finca de Bowen propiedad del prófugo.
Y en el caso de Alonso, en particular, fue procesado por lavado por haber actuado como “presta nombre” al haber registrado como propia la camioneta Ford Ranger, que en realidad era de propiedad de Pignata y la esposa, quienes tenían autorizaciones de manejo extendidas por el vendedor de la concesionaria.
Si bien los tres están procesados por el mismo delito, en el caso de Campos la figura se encuentra agravada “por la habitualidad”, la “cantidad” de operaciones, y “la extensión” en el tiempo de la maniobra. De hecho, la fiscalía hace una distinción con los imputados Carreras y Alonso, de quienes no se ha probado su participación en delitos de narcotráfico. No obstante sostiene que debieron representarse que el origen del dinero no era lícito; especialmente el primero de ellos -Carreras- en su carácter de sujeto obligado ante la UIF (Unidad de Información Financiera).
Para enmarcar el caso, el fiscal Rodríguez recordó que el 23 de diciembre de 2019 solicitó la elevación a juicio de otra causa por lavado de dinero, que tiene como imputada a la esposa de Pignata; al padre de ésta, Ramón Darío Campos; y el basquetbolista Carlos Francisco Delfino y su padre Carlos Gustavo Delfino, los dos últimos por la venta de una casa del country El Paso, en Santo Tomé.
Entretanto, Rodríguez había pedido la ampliación indagatoria de Campos, esta vez sumado a Carreras y Alonso, los cuales fueron procesados el 18 de diciembre de 2019, procesamiento que fue confirmado por la Sala B de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario el 25 de junio último.
La investigación por lavado de dinero del narcotráfico que persigue al matrimonio Pignata-Campos tiene como fecha de inicio el 24 de junio de 2011. Ese día, Pignata fue detenido a bordo de un Fiat 147, con 220 gramos de cocaína; 1,248 kilos de marihuana; y 15 troqueles de LSD, en la zona oeste de la ciudad capital. Fue condenado el 8 de marzo de 2017 por el Tribunal ORal Federal a la pena de 4 años de prisión por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización; sanción que nunca cumplió y por la cual el TOF pidió su captura el año pasado.
En tanto el corte en la investigación lleva fecha del 13 de marzo de 2019, que fue el día en que se concretaron allanamientos masivos y simultáneos en Santa Fe, Santo Tomé, en la zona de la costa y hasta en la localidad de Bowen, en la provincia de Mendoza y donde se produjeron las primeras detenciones.
Para la fiscalía, Pignata no puede justificar su desmesurado crecimiento patrimonial en el término de una década y sus antecedentes penales hacen presumir que el origen del dinero tiene nexo inequívoco con el narcotráfico. A grosso modo, Pignata pasó de ser monotributista categoría “G” en 2007, a ser el dueño de una finca en Bowen, provincia de Mendoza, donde se dedicaba a la producción de frutas de carozo, además de tener una flota e vehículos, y casas de alto valor económico. En cuanto a su pareja Campos, era monotributista y estaba inscripta como vendedora de ropa para bebés y niños, un emprendimiento que hasta ahora tampoco justifica su repentino incremento patrimonial.