Condenaron a Juan Cruz Gambini por el homicidio agravado del comerciante, ocurrido el 17 de septiembre de 2019 en la fiambrería familiar ubicada en el centro de la ciudad de Santa Fe.
Con el tercer aniversario del crimen de Julio Cabal recién cumplido, su asesino fue condenado a prisión perpetua. Lo dio a conocer el tribunal este lunes por la siesta, cerrando así el juicio de un hecho que marcó a toda la sociedad santafesina, y que se convirtió en un símbolo de la lucha contra la inseguridad.
La decisión de los jueces Jorge Patrizi, Susana Luna y José Luis García Troiano fue unánime, condenando a Juan Cruz Gambini (27) a prisión perpetua por el "homicidio doblemente agravado por el empleo de arma de fuego y criminis causa" ocurrido el 17 de septiembre de 2019.
Si bien este es el delito más grave, no fue único por el que lo sentenciaron: al hecho que tuviera por víctima a Cabal se le sumó la "tentativa de robo calificado", además de las "amenazas calificadas por el uso de arma" a una mujer en abril de 2018.
Tanto los fiscales Ana Laura Gioria y Gonzalo Iglesias se mostraron conformes con la resolución del tribunal, que escogió la pena solicitada por ellos desde el comienzo del debate. En la misma línea estuvieron las declaraciones de María Inés Masino, la madre de "Julito", que se constituyó como querellante fue representada por las abogadas Vivian Galeano y Lucrecia Fernández del Centro de Asistencia Judicial (CAJ).
Julio Cabal fue herido de muerte el martes 17 de septiembre de 2019, durante el asalto a la fiambrería familiar Almacén del Norte, ubicada en Urquiza al 2215. Gambini arribó allí a bordo de una moto, ingresó al local alrededor de las 13.15 y a punta de pistola exigió a Cabal y a una empleada que se tiraran al suelo.
El comerciante de 29 años discutió brevemente con el delincuente, que realizó dos disparos dentro del local. Uno de estos impactó en el cuerpo de Cabal, que se desplomó mientras Gambini huía a toda velocidad, dejando en el lugar una boina cuyo ADN lo comprometería seriamente con el correr del tiempo.
Julio Cabal padre fue el primero en llegar a la fiambrería. Cargó a su hijo, que convulsionaba, en la Fiat Fiorino blanca que utilizaban para trabajar y lo trasladó hasta el Hospital Cullen escoltado por un móvil policial. Horas más tarde, "Julito" murió en el quirófano.
El crimen de Julio Cabal marcó a la sociedad santafesina. El hartazgo de los ciudadanos se hizo sentir en una marcha inédita que reclamó seguridad y llenó la Plaza 25 de Mayo. La convocatoria surgió de un grupo de comerciantes e hizo eco en toda la comunidad, que ese 18 de septiembre dijo "basta".
Juan Cruz Gambini fue detenido tres días después del hecho, y permaneció en prisión preventiva hasta el comienzo del juicio. Asistido por el abogado particular Luis Carlos Rittiner, sostuvo su inocencia.
La fiscalía llegó al juicio con una teoría del caso apoyada en cuatro puntos clave: las declaraciones de la empleada del comercio y de un testigo de identidad reservada, los registros de las cámaras de seguridad de la zona y la boina secuestrada en la escena del crimen. Esta última, vinculada de forma directa al entorno familiar del hoy condenado: "Hay ADN Gambini en esa boina".
En sus alegatos finales, las abogadas de la madre de Cabal habían señalado que "justicia para Julio es perpetua para Gambini". Con la condena dictada este lunes, así fue.