Martes 15.3.2022
/Última actualización 16:07
Dieciocho años de casados, tres hijos en común, una condena y un dispositivo que monitorea todos sus movimientos no fueron suficientes para evitar que un hombre de 46 años arremetiera contra sus exsuegros. La violencia de género que ejercía se trasladó hasta los padres de la mujer, señaló la jueza Rosana Carrara cuando ordenó la prisión preventiva.
El fiscal Ignacio Suasnábar investigó un incendio ocurrido la noche del domingo 27 de febrero en un comercio santotomesino, y terminó ordenando la detención de quien fuera el yerno de las víctimas: Germán Andrés Rivera Eyssartier.
Al principio sólo se contaba con los registros de las cámaras de seguridad cercanas a la intersección de calles Belgrano y Sargento Cabral de Santo Tomé, donde se ubica el local -librería y juguetería-. Cuando las víctimas reconocieron al incendiario, todo cobró sentido para ellos.
Este fue el último de una serie de episodios violentos, que venían en escalada, y comenzaron el año pasado en el Partido de Escobar (Buenos Aires). Luego de que la esposa de Rivera Eyssartier solicitara la exclusión del hogar y una medida de distancia por diversos hechos de violencia de género, el hostigamiento empezó.
El hombre incumplió los mandatos judiciales reiteradas veces, llegando a presentarse en la vivienda familiar para romper cosas e inundar el lugar metiendo una manguera por el hueco de un aire acondicionado. Terminó preso por 8 meses, condenado por el juez de Garantías Luciano Javier Marino.
Mientras estaba tras las rejas el hombre seguía acosando a su exesposa y a sus tres hijos (hoy de 10, 12 y 16 años) a través de llamadas telefónicas, y se comunicaba con las empresas de servicios públicos para darlos de baja, afectando al domicilio donde residían. Cuando recuperó su libertad, volvió a incumplir.
La mujer lo denunció nuevamente, por lo que se le abrió una causa y se le colocó un dispositivo de monitoreo para asegurar que no se acerque a menos de 1000 metros de ella.
Archivo El Litoral D.RRivera Eyssartier tiene familiares en Paraná, y cada vez que viajaba 'aprovechaba' que estaba cerca para acechar a sus exsuegros. El año pasado, cuando lo vieron merodeando y se le acercaron, atacó al hombre de 74 años con una herramienta provocándole un corte en el brazo, mientras le manifestaba: "Esto les pasa por meterse".
Meses después, en febrero de este año, se presentó en su local por la noche, tiró combustible por debajo de la puerta y lo prendió fuego. Según el informe de los Bomberos Zapadores, las llamas no alcanzaron el sector de papelería, y gracias a esto el incendio no se propagó.
El comercio está rodeado de viviendas particulares, y además cuenta con dos departamentos en la planta alta. En uno de ellos vive una hija de los dueños, excuñada del imputado.
Cuando la familia lo reconoció en los videos de las cámaras de seguridad, el fiscal Suasnábar solicitó informes al centro de monitoreo del dispositivo que le colocaron al imputado en el marco de la causa que tramita en la vecina provincia. Estos confirmaron que el imputado estuvo en el local santotomesino la noche en cuestión.
El fiscal atribuyó a Germán Rivera Eyssartier la autoría de los delitos de "incendio doloso y de lesiones leves dolosas", ambos en perjuicio de sus exsuegros, y este lunes solicitó la prisión preventiva ante la jueza Rosana Carrara.
El imputado estuvo representado por los abogados particulares Victoria Regali y Juan Pablo Temon, quienes pretendían que continuara el proceso en libertad. La magistrada no estuvo de acuerdo, tras considerar la existencia del peligro de fuga y, sobre todo, la posibilidad de entorpecimiento probatorio. Por eso, ordenó la cautelar de máxima.