Juliano Salierno - [email protected]
La jueza de Sentencia Nº 2, María Amalia Mascheroni, condenó ayer a prisión perpetua a los tres acusados de matar a Rubén Atilio Mattioli, de 53 años, y a Rubén Eduardo, de 18. Padre e hijo regresaban de trabajar la noche del 2 de febrero de 2007 cuando fueron interceptados en el frente de su casa de San José del Rincón.
Lo que comenzó como un intento de robo planificado tuvo las peores consecuencias para la familia Mattioli, que hasta mediados de octubre temían que los involucrados quedaran en libertad. Habían transcurrido más de dos años del procesamiento y se vencían los plazos procesales para que continuaran en prisión preventiva; para colmo, el juzgado donde estaba la causa se encontraba vacante.
Pero con la asunción de Mascheroni, la jueza subrogante tomó el compromiso de fallar antes de fin de año y así la familia recuperó la esperanza de encontrar justicia.
Con fecha 15 de diciembre de 2009, la sentencia de Mascheroni condenó por los delitos de “robo calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa; y doble homicidio criminis causae, calificado por el uso de arma de fuego en concurso real entre sí” a Julio Arnaldo Gutiérrez, Facundo Javier Sartore -autores- y a Antonio Nicolás Ceballos -partícipe principal-.
Tal como lo había solicitado la fiscal Nº 1, Liliana Lauxmann, la pena impuesta para los tres fue la de “prisión perpetua”, que alcanza los 25 años de prisión para cada uno de ellos.
Abogados en contra
Ahora, los disconformes son los abogados defensores. “Vamos a apelar la sentencia”, declaró Romeo Díaz Duarte, a cargo de Sartore. “Está acreditado que no estaba en Santa Fe el día del hecho”, sostuvo. Según el letrado existe una gran cantidad de testigos que acreditan que su pupilo estaba en un lugar diferente al de la escena del crimen el 2 de febrero de 2007.
La doctora Patricia Hidalgo Montferrand, quien representa junto con Rodolfo de Aguirre al imputado Gutiérrez, cuestionó la calificación legal puesto que el hecho “no guarda relación con el homicidio criminis causae, sino con la de homicidio en ocasión de robo”.
Además, adelantó que la defensa hace “reserva de derechos” ya que durante la Instrucción -realizada por el juez Rubén Saurín- su cliente denunció que “le tomaron una declaración policial bajo apremios ilegales y amenazas de violarlo”, y a pesar de ello “en el plenario la doctora Mascheroni tomó textualmente algunas palabras de esa declaración policial no confirmada en sede judicial”.
Hidalgo Montferrand recordó a su vez que la fiscal que exigió la perpetua era la secretaria del juzgado de Instrucción Cuarta cuando se inició el expediente; y denunció como “cosa grave” que la jueza “se deja llevar por los dichos de la familia de Ceballos, que a pesar de estar señalado en la causa y reconocido por testigos le da la calificación más liviana”.
A propósito de Ceballos, su defensor particular, Jorge Questa, apuntó que “tengo instrucciones de apelar”, a pesar de que consideró el doble crimen “totalmente reprobable”.
“Reconocemos la participación” dado que “la causa se lleva adelante en base a las declaraciones de Ceballos”. Pero a diferencia de lo resuelto por Mascheroni “entendemos que es penalmente responsable del intento de robo, pero no de los homicidios”. El cliente de Questa “colabora en la organización”: es el que “les da el dato” a los otros porque “es vecino de Rincón”. Como “el juez entiende que va más allá de eso, vamos a apelar. Nadie puede ser imputado de una cosa de la que no puede desistir, y Ceballos no podía saber lo que iban a hacer estos muchachos”, sostuvo Questa.