El Litoral | sucesos@ellitoral.com
El tribunal impuso penas de 10 años para Martín Lanatta y ocho años para su hermano y Víctor Schillaci, respectivamente.
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El Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó este martes a los hermanos Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci, a la pena de 10 y ocho años, respectivamente. Los tres fueron considerados penalmente responsables por los hechos ocurridos en la mañana del 7 de enero de 2016, cuando tras ser descubiertos en un sembradío de soja de las afueras de San Carlos Sud -departamento Las Colonias-, se enfrentaron con efectivos de Gendarmería Nacional, hiriendo a uno de sus hombres e inutilizando dos de sus vehículos.
La resolución fue dictada pasada el mediodía por los jueces María Ivón Vella -presidente-, José María Escobar Cello y Luciano Homero Lauría y fue el corolario de un debate oral y público que, tras sucesivas postergaciones, comenzó el 5 de noviembre último y contó con la participación de los imputados a través del sistema de videoconferencia, desde la cárcel de Ezeiza.
Duras penas
La semana pasada el fiscal general Martín Suárez Faisal solicitó penas de 12 años de prisión para Martín Eduardo Lanatta y 10 años para Cristian Daniel Lanatta y Víctor Gabriel Schillaci Bonini, más declaración de reincidencia para los tres, al término de los alegatos realizados tras las declaraciones de los imputados.
El Ministerio Público Fiscal había descartado entonces la acusación por homicidio en grado de tentativa del gendarme José María Valdez que pesaba contra Martín Lanatta y en cambio, le atribuyó en su lugar el delito de “lesiones graves dolosas doblemente agravadas por haberse perpetrado para procurar su impunidad y la de los otros imputados, y por haberse ejecutado contra un miembro de las fuerzas de seguridad”.
El resto de las calificaciones -comunes a los tres acusados- fueron las de: “atentado a la autoridad agravado por el uso de armas”, “resistencia a la autoridad”, “robo doblemente agravado, por el uso de armas de fuego y por ser en despoblado y en banda”, y “daño, doblemente agravado por haber sido ejecutado para impedir el ejercicio de la autoridad y por ser en despoblado y en banda”, en calidad de coautores. Solamente en el delito de robo hubo una agravante más para Martín Lanatta que es por “causar lesiones” a una de las víctimas.
Declaraciones
Previo a los alegatos finales, tanto Martín (45) como Cristian (46) Lanatta, pidieron hacer una ampliación de su declaración indagatoria, que se basó en reforzar la teoría de que “nos querían ejecutar”, según dichos de uno de los reos.
“Tuve que dispararle donde ocasionara menos daño, que era el bíceps, para que se le cayera el arma”, dijo Martín Lanatta acerca del encuentro cara a cara con el comandante Valdez. “Él pedía refuerzos” con el handy y miraba hacia donde se encontraba (Roberto) Encina, que en ese momento ya había sido reducido” por Cristian y Schillaci. “Como última alternativa, pensé en dispararle al arma, pero le iba a romper los dedos”, destacó. “Él estaba esperando refuerzos y en ningún momento depuso la actitud de tiro. Tenía el arma en posición uno para hacer el disparo”, sostuvo.
También se refirió al tramo de la fuga en el que abordaron el utilitario Citroën Berlingo para escapar de Gendarmería. “Estaba en marcha y con la puerta abierta”, sostuvo. “Teníamos que llegar al vehículo para huir con vida”, declaró. Luego reconoció que fue él quien abrió fuego contra la camioneta Amarok de GNA en respuesta a una andanada de disparos. “Le tiré al motor para detener la marcha”, pero que “ellos dispararon primeros”.
Su hermano Cristian dijo que “nunca le quisimos hacer daño” a los gendarmes con los que se enfrentaron. “Yo no sé si Encina y Valdez eran del grupo de los malos, creo que no, pero nos querían ejecutar”, denunció. “Para no enfrentarlos salimos por la parte lateral de la casa” de campo donde estaban “aguantados”.
Además, reiteró su hipótesis de que “nos quisieron matar y que en ningún momento se buscó una detención limpia. Desde el momento en que nos obligaron a escapar de la Unidad Nº 30” de donde “es imposible salir hasta con la llave” dijo. “Fue una falsa evasión, a nosotros nos fugaron”, dijo y volvió a nombrar a Aníbal Fernández como artífice de “la cacería esta que pasó en contra nuestra”.
Derrotero
Los imputados se fugaron de la cárcel de General Alvear, la madrugada del 27 de diciembre de 2015. Allí purgaban una condena a prisión perpetua por el recordado triple crimen de General Rodríguez, ocurrido en 2008 en un caso vinculado al tráfico de efedrina.
Tras su desaparición, protagonizaron un tiroteo en un control policial a la altura de Ranchos, en provincia de Buenos Aires, el 31 de diciembre de 2015 y no se supo más nada de ellos hasta su hallazgo en campos de la provincia de Santa Fe.
Una vez descubiertos en las afueras de San Carlos Sud, los prófugos hirieron al comandante José María Valdez y redujeron al suboficial Roberto Encina, robaron sus armas, chalecos antibalas y radios y huyeron en un utilitario Citroën Berlingo blanco, que utilizaba la fuerza para tareas de inteligencia. En la escapada se tirotearon con otros cinco miembros de Gendarmería que iban a bordo de una VW Amarok con identificación de la fuerza, a la que inutilizaron con un tiro de fusil FAL en el motor.
Durante el juicio pasaron más de veinte testigos, en su mayoría miembros de la fuerza nacional; y se llevó a cabo una inspección ocular en el lugar de los hechos, que contó con la participación de los dos gendarmes.
Nuevo juicio
Este miércoles a las 7.45 de la mañana, comienza un nuevo juicio oral y público contra los mismos tres imputados. Será ante los tribunales provinciales, por el último tramo de la fuga, que comprende desde el momento en el que abordaron la camioneta de un ingeniero agrónomo que estaba trabajando en el lugar y su captura definitiva entre el 9 y el 11 de enero, en zona de la costa. El debate estará a cargo de los jueces Eduardo Pocoví -presidente-, Sandra Valenti y Héctor Candioti y se extenderá hasta el 29 de noviembre, cuando según cronograma de audiencias, se dará a conocer la parte resolutiva de la sentencia. El fiscal Estanislao Giavedoni adelantó que pedirá penas de 15 años de cárcel para los responsables.