Una joven mujer policía fue atacada sexualmente por quien era su jefe en octubre de 2020. Luego de casi tres años de proceso, esta semana, el hombre fue sentenciado a 14 años de prisión en un juicio oral y público realizado en los tribunales santafesinos.
El condenado se llama Catriel Orlando Giordano, era oficial, estaba casado y actualmente tiene 40 años.
La víctima, una suboficial que tiene hoy 28 años y un legajo sin mancha alguna, todavía sufre las consecuencias psicológicas de los abusos. Desempeña tareas administrativas en la Jefatura continúa con tratamiento.
Fueron dos los episodios investigados, en un contexto de absoluta violencia de género.
El primero de los hechos se desencadenó cuando la joven y su jefe custodiaban la vivienda de un testigo de barrio San Pantaleón, detrás del Cementerio Municipal de la capital provincial. Estaban estacionados frente al domicilio del protegido. En un momento determinado, el hombre arrancó el vehículo con la excusa de ir a buscar empanadas. Terminaron en una fiesta de cumpleaños, con una pareja amiga del oficial. Cuando la mujer policía trató de ir al baño, su jefe la siguió y la empujó hacia el interior de una habitación. No pudo concretar el abuso, porque ella se resistió y logró "zafar".
Con mucho miedo, la joven no denunció el episodio. Unas semanas más tarde, sucedió el segundo ataque, más grave que el anterior. Todo pasó en un lugar inhóspito, en la garita de guardia del Cementerio Israelita de Santo Tomé, en el extremo oeste de la ciudad, a escasos metros de la autopista.
Eran las 2 de la madrugada aproximadamente y la mujer estaba sola de custodia en el lugar, una piecita de 2 x 3 metros, que ni siquiera contaba con teléfono. Giordano llegó en el patrullero. Era el encargado de controlarla, era su jefe. Le pidió que lo deje pasar porque tenía documentación que ella debía firmar, una sanción que aparentemente él había pedido. Sin desconfiar, ella abrió la puerta y se dio vuelta para buscar una lapicera. Fue en ese momento que él se abalanzó y abusó sexualmente de la uniformada.
Totalmente en shock por lo ocurrido, la mujer volvió a callar. Tomó unos días de licencia y luego nuevamente fue a trabajar. Habían pasado unos seis días del último ataque, estaba sola en la misma garita, era de noche y otra vez el terror se apoderó de ella cuando un patrullero estacionó afuera e hizo sonar la sirena para anunciarse.
Pero no era Giordano, quien ya había sido relevado del cargo por otras cuestiones. Era la nueva jefa, quien al ingresar al puesto halló a la joven en medio de una crisis de nervios. Tras algunos minutos, la víctima le pudo contar lo que había sufrido.
Las autoridades actuaron rápido. El titular de la Brigada Operativa de Prevención Policial (BOPP), donde la joven prestaba servicio, la escuchó y rápidamente solicitó la intervención de la Comisaría de la Mujer. Todo desembocó en la detención de Giordano, quien siguió en prisión preventiva durante todo el tiempo que duró el proceso.
Unanimidad
El tribunal, integrado por los jueces Sergio Carraro (presidente), Pablo Spekuljak y Jorge Patrizi, emitió un fallo unánime que respalda lo planteado por la fiscalía. El Ministerio Público de la Acusación estuvo representado por el doctor Matías Broggi.
Giordano fue hallado culpable de abuso sexual con acceso carnal, agravado porque el autor era miembro de una fuerza de seguridad y estaba en funciones. Además de la condena a 14 años de prisión de cumplimiento efectivo, el hombre fue inhabilitado para volver a trabajar como policía.
Elementos
"Hay testigos que respaldan el relato de mi defendida, ubicándola en los lugares donde ella mencionó que estaba. Hay declaraciones de compañeros de trabajo que aseguran que Giordano trataba a las mujeres despectivamente, que le escucharon decir expresiones de violencia de género como: 'Son todas p...'. La víctima fue entrevistada por tres psicólogas, dos del MPA y una de Violencia de Género. Determinaron que tiene shock postraumático y que el relato es verosímil", explicó Javier Cóceres, el abogado querellante.
"El contexto de los episodios de violencia de género estaba marcado por situaciones de acoso sexual laboral que él generaba (…) Se aprovechaba de su superioridad jerárquica en la Policía para hostigarla", sostuvo Broggi por su parte.
Broggi afirmó que "en el juicio presentamos pruebas contundentes en relación a la conducta delictiva de Giordano". Al respecto, resaltó "el valor de los testimonios brindados por uniformados que conocen tanto a la víctima como al agresor, y de profesionales de la Salud de diversas áreas que dieron cuenta de las consecuencias sufridas por la mujer".
"Entre otros testigos también se escuchó al amigo del imputado en cuyo domicilio sucedió uno de los hechos, y a la mujer que era pareja de este hombre en aquel momento, quiénes colocaron a Giordano y a la víctima en la habitación en dónde ocurrió el abuso. Además, la propia víctima le contó a esa mujer lo que había padecido en esa casa", señaló el funcionario.
"La teoría del caso que expusimos, y que los magistrados avalaron, fue acreditada mediante la evaluación del daño psíquico de la víctima, medida a la que la mujer se sometió voluntariamente y que se practicó conforme estándares internacionales y otros documentos oficiales emitidos por la Policía de la provincia de Santa Fe", especificó el fiscal.
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