Gonzalo Javier Zalazar tiene 33 años y es empleado de la policía provincial. Esta semana, él fue condenado por violencia de género en contra de su pareja (que tiene la misma profesión). Todo pasó en la localidad de Tacural, dentro del departamento Castellanos.
La fiscal Gabriela Lema, perteneciente a la Sección Violencia de Género, Familiar y Sexual (GEFAS) de la Fiscalía Regional 5, representó al Ministerio Público de la Acusación en un juicio en el que se abreviaron los procedimientos. Por su parte, el juez Gustavo Bumaguin fue el encargado de dictar la sentencia a tres años de prisión de ejecución condicional.
"En el mismo juicio abreviado se dispuso que el condenado realice una reparación económica de 500.000 pesos a la víctima por el daño que le causó. Además, se le impuso una prohibición de acercamiento y de contacto por cualquier medio –incluso a través de otra persona–, tanto con la víctima y como con su madre", informó la fiscal.
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La fiscal Lema indicó que "el jueves 15 de febrero de este año, aproximadamente a las 21:30, el condenado fue a una casa ubicada en calle San Martín al 600 de Tacural, donde estaba cenando la víctima".
Relató que "a los gritos, y en un estado de marcada exaltación, engañó a su pareja para que se retire del lugar en el que estaba y vaya a su casa, donde previamente el imputado había ingresado sin autorización y dañó pertenencias de la mujer".
"Una vez que fueron a la vivienda de la mujer, Zalazar volvió a entrar sin autorización, cerró la puerta con llave y la retuvo en su poder", detalló la fiscal.
"La víctima advirtió que le faltaba dinero y se lo reclamó. Él la agredió físicamente, la intimidó con su arma reglamentaria, le apuntó a la cabeza y le exigió que no tuviera contacto con otro hombre, porque si lo hacía, la mataría a ella y luego él se suicidaría", precisó la fiscal.
Celos
Lema argumentó que "dos días después, y en un notorio contexto de violencia de género, Zalazar volvió a ir a la casa de la mujer para verificar que no hubiera otra persona en el lugar".
"Finalmente, el domingo 18 de febrero, el condenado retornó a la vivienda, nuevamente ingresó sin autorización, agredió verbal y físicamente a la mujer, mientras le reprochaba que ella tenía otra relación", remarcó la fiscal. "Como consecuencia de esa acción, la víctima resultó con lesiones en diferentes partes de su cuerpo", concluyó.
Lema culminó diciendo que "el empleado policial condenado actuó en un contexto de violencia de género en el que se evidenció una clara desigualdad de poder entre él y la víctima, a quien le restringía la libertad de relacionarse con otras personas, la privaba de su libertad personal y ejercía violencia económica, psicológica y física".
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